Una
segunda partida tiene lugar en 1872 por un grupo de cuatro Hermanas “llenas de
fuerza y de salud”[1] y
esas cuatro estaban destinadas a hacer en África un largo y bello trabajo: Hna
Claire, Hna Véronique, Hna Saint Joseph y, muy
particularmente, Hna. Colette cuyo recuerdo no podemos olvidar. Había nacido en
Thurins, en los Montes del Oeste lyonés y pasó más de cuarenta años en el
Dahomey. “Allá, escribe Georges Goyau, conoció tres generaciones, ocupándose de
los niños, socorriendo a enfermos y a pobres, al punto de que todos, sobre el
fin de su vida, la llamaban “Maman Colette”. Cuando murió en 1916, a los 70
años, un africano, el Sr. Achille Béraud, recordó con mucha emoción el afecto
maternal que la Hna Colette había dado especialmente a todas las jóvenes a
quienes había consagrado su vida”. “Encarna verdaderamente, dice también el
mismo autor, la acción misionera femenina en el Dahomey de los siglos XIX y XX”[2].
Algunos meses después de su llegada, el segundo grupo
se va a Lagos a abrir una segunda misión. El P. Planque no disimula su
satisfacción ni sus esperanzas ante el trabajo
que comienza: “Las Hermanas tienen más alumnas de lo que su casa puede
aguantar”. No podríamos hacernos una idea del respeto del cual están rodeadas
por parte de los jefes y de toda la población. Cuidan a las mujeres enfermas
que vienen a buscarlas y van a visitarlas a domicilio...”[3].
Otra vez hubo una tercera y una cuarta partida en
abril y en diciembre de 1874. Pero las Hermanas como los Padres pagarán también
su tributo a la fiebre y a las epidemias. Y en el verano de 1874, se recibe
casi uno tras otro, en Couzon, el anuncio de las primeras muertes: Hna Marie du
Sacré-Coeur y Hna Marie des Cinq Plaies. Al año siguiente, se conoce también el
deceso de la Hna Marie Françoise llegada al África algunos meses antes.
[1] Partieron hacia el 11 de octubre.
Cf. Les nations en héritage, p.76. La
Hna. Joseph, también originaria de Thurins, como la Hna. Colette, hizo varias
estadías en el Dahomey antes de regresar al Moulin-à-Vent. La encontramos en la
cabecera del P. Planque con la Hna. Cyr, en el momento de su muerte. Dejó un
excelente cuaderno de recuerdos.
como la Hna. Colette, hizo varias estadías en el Dahomey antes de
regresar al Moulin-à-Vent. La encontramos en la cabecera del P. Planque con la
Hna. Cyr, en el momento de su muerte. Dejó un excelente cuaderno de recuerdos.
[2] En Les Soeurs de Notre Dame des Apôtres, Georges Goyau, p.27 (Archivos
NDA)
[3] L. Pl. al Consejo central de la
Propagación de la Fe, 25.3.1869.
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