lunes, 5 de octubre de 2015

CAPÍTULO DÉCIMO: “ME DECIDÍ A FUNDAR” (2)

1. Una “sucursal” (2)
Dicho de otro modo, esa “sucursal” anunciada sería simplemente el embrión de un nuevo Instituto... Una fundación está empezando y casi no es una sorpresa, en tanto que la marcha de los acontecimientos desde hacía algunos meses conducía lógicamente a esa solución. Pero hay que reconocer que el momento es más bien mal elegido. Los años 1876 a 1878 se computarán para el P. Planque entre los más oscuros. El Obispo de Oran murió, recordémoslo, en noviembre de 1875 y las consecuencias del retiro de Argelia quedan por arreglarse. Muere también el Arzobispo de Lyon, Mons. Ginoulhiac, tan benevolente y comprensivo, y algunos meses después muere también Apollinaire Planque, el hermano muy amado de Agustín[1], y todos esos duelos son pesados de llevar[2]. Más inquietante aún para la paz y el equilibrio, un conflicto empezado en el Cabo y en Niza, amenaza causar una extrema agitación en las casas. Para restablecer la calma y la armonía, el P. Planque tendrá verdaderas dificultades.
Sin embargo, en ese mismo tiempo va a “fundar”... cuando, durante veinte años, nunca consideró hacerlo. Ahí está además el lado desconcertante, incluso paradójico, de su acción. Pero debemos ciertamente admitir que los golpes duros galvanizan y multiplican por diez sus energías. Pues él cree, en el sentido profundo de la palabra. Lee los signos y busca en ellos cuál es la voluntad de Dios que es la única norma de conducta y decisión. Esta vez la señal está aquí. La mezquina controversia que lo enfrentó a la Madre Bonaventure no le impidió alegrarse de tener finalmente hermanas en África y las de Couzon respondieron a su esperanza, de lo cual a menudo se congratuló en sus informes enviados a Roma o a la Propagación de la Fe. Hay que continuar.
Curiosamente, no parece demasiado turbado de su decisión. “Esa nueva comunidad parece ponerse en marcha de manera satisfactoria”, avanzando paso a paso[3]. Y hasta “si tuvo dificultad para decidirse, apremiado por personas muy serias y obligado por la necesidad”, escribirá más tarde “comenzó a reunir a algunas jóvenes”[4].
Para tranquilizarlo plenamente sobre lo acertado de su decisión, el P. Planque recibió de Roma no solamente las autorizaciones necesarias, sino también grandes estímulos. Se dice a menudo que, en su gestión todavía vacilante, el Cardenal Prefecto respondió con estas palabras: “¿Quiere Hermanas? ¡Hágalas!...” No es seguro que esto sea cierto[5]. No obstante podemos creerle al Fundador cuando escribe: “En la Propaganda me empujaron a fundar estas Hermanas”[6]. En Roma, no le faltaron amigos para hablarle de igual modo y animarlo en ese camino. Cuando diez años más tarde, invitará a Mons. Cretoni[7] “a tomar unas pequeñas vacaciones en Lyon, “se sentirá feliz de recordárselo: “Verá con nuestro Seminario, la otra comunidad que me empujó a fundar y para cuyas reglas me ofreció apuntes”[8]. En ese momento (1886), agregará incluso, no sin poco orgullo: “La décima casa está fundándose y me piden todavía otras dos”... ¡Eso es tanto como decir que el arranque había sido bien hecho!
Y es cierto de que, desde el comienzo de 1876, todo llegará a su tiempo. Hace falta un local, pero se puede tomar el que el Seminario - instalándose paseo des Brosses - dejó vacío en la gran calle de la Guillotière. El P. Planque, que lo había alquilado, se ocupó ya de anular el arrendamiento[9]. Eso será cosa cumplida en la primavera[10]


[1] Se trata del Padre de M. L. Planque, la futura Hermana Augustin.
[2] Otras tantas muertes que vienen a agregarse a todas las del África: 32 decesos desde la fundación de las cuales 23 en misión.
[3] L. Pl. al P. Durieu, 20.12.1876
[4] L. Pl. al C. Prefecto, 22.1.1901.
[5] La palabra aparece en Un Grand Africain, op. cit.p.102 y en otros relatos de la fundación (Archivos NDA)
[6] L. Pl. a la Srta. X... 11.9.1886.
[7] Uno de los secretarios de la Propaganda Fide.
[8] L. Pl. a Mons. Cretoni, 11.8.1886.
[9] L. Pl. al P. Codant, 28.12.1875. “Este local está en este momento en posesión de un síndico de quiebra, pero mañana mismo, debe hacer el control de los daños y el resto de las formalidades legales no tardará en ejecutarse para nuestro ingreso en posesión”.
[10] L. Pl. al P. Codant, 11.2.1876: desde hace tres días, dispone de la casa... 

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