lunes, 13 de julio de 2015

Capítulo 8º: HACEN FALTA HERMANAS (1)

1- PRIMERAS GESTIONES

En octubre de 1856 -antes de la llegada de Agustín Planque a Lyon- Monseñor Marion de Brésillac, regresando de una gira de colecta por la región de Albi, escribía en su diario: "Habiendo reflexionado, decidí ir a Castres para ver a las Hermanas de la Inmaculada Concepción, y especialmente, a quien había conocido en otro tiempo, la señorita Dupérier. Esperaba que me diera informes exactos sobre el objetivo de su institución con relación a las misiones de África y que , tal vez, habríamos podido entendernos para preparar de lejos una acción en común. Pero ella estaba ausente y la Superiora General me pareció poco abierta a la propuesta. (*1) 

Más adelante, Monseñor de Brésillac, reclama a su hermano Henri el domicilio de la señorita Dupérier: "El bien que las Hermanas de su orden hacen en Gabón y en Senegal, me compromete a preguntarle si, en el momento oportuno, no consentirían en extenderlo a Sierra Leona." (*2) 
Otra vez, cuando en camino hacia África vio en Dakar a éstas mismas Hermanas trabajando en su importante colegio, vuelve sobre el mismo tema: "Será indispensable crear escuelas de varones y de niñas, y para las niñas, tener Hermanas. Acabo de escribir a la Superiora General de la Inmaculada Concepción para que me diga en forma definitiva si éste años podrá enviarme algunas de sus Hermanas." (*3)

Mientras tanto, el padre Planque solicitó a las Hermanas de Santa Ursula (*4): "La nueva Superiora es de una capacidad infinitamente superior a la precedente...anota, y si la respuesta de Castres es negativa, espero que ella nos proveerá de cuatro a seis religiosas para la partida de noviembre." (*5)

A la muerte de Monseñor de Brésillac, el 25 de junio de 1859, el problema de las Hermanas, lejos de estar resuelto, continúa presentándose con la misma urgencia. y antes de la primera partida hacia Dahomey, el Superior desearía reemplazar a los pocos Padres por un envío de religiosas que podría incluso realizarse desde octubre. (*6)

Propósito más que arriesgado: éstas religiosas, ¿dónde las encontrará? ¡Pero en agosto de 1860, los obstáculos parecen al padre Planque, fáciles de superar (*7)! De hecho, se trata menos de resolver un asunto de cantidad que de encontrar a las personas apropiadas. Se convirtió de igual modo en un objetivo tan apremiante que repite constantemente como un leimotiv. Y más de una centena de veces, en el correo de 1862 a 1868, se lo encontrará en distintas formas: "En el Dahomey, misioneros y población, reclaman con insistencia la venida de religiosas." (*8) "Cuanto más rápido habrá religiosas, más rápido se formará alrededor de ellas, un buen núcleo de mujeres cristianas." (*9)
"Si no hay Hermanas para educar a las niñas, no se formarán familias cristianas. Creo que es un asunto de gran importancia" (*10), etc.

De acuerdo con Monseñor Kobès, el Padre piensa que hay que actuar lo más pronto posible, sin dejarse detener por el temor de ver que se considere a las religiosas como mujeres de los misioneros. "Esperen todo lo que quieran, le ha dicho el Vicario Apostólico de Dakar, lo dirán al principio, como lo dijeron por nosotros. Pero esos rumores cesarán pronto por sí mismos y las Hermanas harán un gran bien." (*11)

Tenaz y perseverante, Agustín Planque continúa su búsqueda. Después de las Ursulinas, las Franciscanas des Charpennes, en Lyon, podrían traer una nueva esperanza: "la Superiora está dispuesta a todo y parece de muy buen espíritu." (*12) Sin embargo, algunos meses después, cree estar obligado a "renunciar a ese proyecto: no encontraríamos allí ni las personas, ni la forma que desearíamos." (*13)

Otras pistas se abrirán, numerosas, según parece. Al menos es lo que el Padre Planque confía un día al Superior de los Cartujos, su amigo: "Hace siete años, fue necesario pensar en buscar Hermanas para hacer escuelas en nuestras misiones. Me dirigí a quince Congregaciones y todas me respondieron con un rechazo." (14)

De todas esas tentativas que no iban a tener futuro, se retendrán dos que tenían alguna posibilidad de éxito: la de Montauban y sobre todo, la de Couzon, porque los comienzos de colaboración que se produjeron fueron más allá...hasta suscitar una verdadera esperanza y finalmente, decidir el porvenir.







*1- "Journal de Mons. de Brésillac", octubre 1856, pag. 49.

*2- Carta de Monseñor de Brésillac a su hermano Henri, 18/1/1859, citado por Le Gallen, "Vida de Monseñor de Brésillac", edic. paquet, 1940, pág. 558.

*3- Carta de Monseñor de Brésillac a Planque, citada en Le Gallen, pág. 573. (Cf. *2)

*4- En San Irenée, las Hermanas ocupaban la casa vecina a la de los Padres.

*5- Carta de Planque a Monseñor de Brésillac, 19/5/1859.

*6- Carta de Planque a los Consejos Centrales de la Propagación de la Fe, 24/8/1860.

*7- En ese momento el Padre Planque está muy entusiasmado: el Vicariato del Dahomey ha sido recientemente creado...!

*8- Carta de Planque a la Superiora General de las Hermanas del Angel Guardián de Montauban, 14/8/1866.

*9- Carta de Planque a los Hermanos, 19/2/1862.

*10- Lo mismo repetirá al Padre Zappa muchos años después, 2/3/1904.

*11- Carta de Planque a los Hermanos, 19/6/1862.

*12- Carta de Planque al Padre Papetart, 4/3/1862.

*13- Carta de Planque a los Hermanos, 19/6/1862.

*14- Carta de Planque al Superior de los Cartujos, 28/8/1883. El Padre debió redondear la cifra..!

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