miércoles, 12 de noviembre de 2014

DOS HOMBRES...UNA MISION (4)

2- LAS MISIONES AFRICANAS (1)

Diríamos que la llegada del Padre Planque dio un nuevo impulso al proyecto de la fundación. La mejor prueba está en que el 8 de diciembre de 1856, en una actitud que explica ampliamente su fe en el porvenir, Marion de Brésillac y su pequeño grupo suben ya a Fourvière. van a "ofrecer su empresa a la Virgen, a los pues de su imagen venerada en la colina." (*1) Esta será la fecha del nacimiento de la Sociedad.
 Desde ese momento las Misiones Africanas se han puesto en camino. El obispo y el Padre Planque no tardan en organizarse y distribuirse las tareas. Naturalmente, por su impetuosidad que no titubea en insistir para hacerse abrir las puertas y obtener los recursos que le faltan, Brésillac se hace cargo de lo que podría llamarse "asuntos exteriores". Continúa recorriendo Francia, pidiendo a las diócesis, a los familiares o a los bienhechores, buscando crear una corriente favorable hacia las misiones cuya importancia quisiera hacer comprender a todos.

Le toca a menudo "poner sitio a Roma -el término no es demasiado fuerte- para que al fin le sea confiado un territorio; para dar así al grupo en preparación en Saint Irenée, la conciencia de pertenecer por entero a la iglesia y estimularlo a la acción.

Mientras que Brésillac multiplica las entrevistas con los personajes oficiales del mundo religioso y político, y hasta a Napoleón III, a quien solicita en vano un apoyo financiero para su misión, el Padre Planque por su parte comienza a ocupar su lugar y ejercer sus nuevas responsabilidades en la Sociedad. Al ser designado director del seminario, el Padre Planque está encargado de organizar su funcionamiento, los estudios y de relacionarse con los aspirantes. También debe reemplazar al obispo, ausente de Lyon a veces durante largas semanas de gira, en los asuntos materiales como en los proyectos referidos al África.


*1- Carta de Brésillac al cardenal Barnabo, 13/12/1856



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