martes, 19 de mayo de 2015

CAPITULO 7: HACIA OTRA ÁFRICA (12)

2- ¿VICARIATO APOSTÓLICO? (1)

Entre las situaciones difíciles que se fueron sucediendo en la vida del Padre Planque, hay una sobre la cual es importante volver pues se hizo más ambigua y más dolorosa con el asunto de Argelia. Se trata del largo debate que se planteó durante años, sobre el cargo de Vicario Apostólico que Roma, con toda normalidad, habría podido confiar al que se había convertido en el sucesor de Brésillac. Ante tantas discusiones y semi-soluciones, encontrar la única salida satisfactoria hubiera sido simple. La Sociedad hubiese sido apaciguada y fuertemente unida en su trabajo.

Hemos visto el problema que se presentó con la partida del Padre Borghero cuyo abandono inesperado trastornó al padre Planque privándolo al mismo tiempo de un gran misionero y de su candidato para el cargo de Vicario Apostólico del Dahomey. Cuando en 1867 fue nombrado Pro vicario (*1), y sin carácter episcopal, recibe ese gesto de Roma primero con cierta satisfacción, pues la Sociedad queda unida, ya que el gobierno como fijaron las nuevas Constituciones, permanece en manos de uno solo. Pero en el fondo está muy decepcionado: las Misiones Africanas siguen sin tener obispo. Ciertamente, no se puede sospechar al padre Planque de ambición o deseo de cualquier título. porque si bien es profundamente humilde, y si no tiene otro proyecto que el de trabajar modestamente con todos los suyos, añora, desde la desaparición del Fundador, "el honor y la dignidad que aportaba la presencia de un obispo entre ellos." "Trabajar en la sombra", sí, lo recomienda y lo quiere. Pero la Sociedad necesita ser estimada y conocida, tener para el exterior "algo de brillo que inspiraría confianza..."(*2) Por ella "habría que presentarse en los seminarios con un verdadero sucesor de Monseñor de Brésillac!", escribe (*3)
"Nos preguntan a menudo quién lo reemplaza y la ausencia de un obispo parece, a los ojos de muchos, una debilidad o la causa de una falta de estabilidad." (*4)

No hay en eso como un obstáculo al desarrollo de las misiones en África? Es tan grande la importancia que se le atribuye, en el mundo cristiano y aún, el religioso o congregacionista, a los títulos y a otros signos de dignidad (*5), que lo teme.

Desde ese momento se mira a sí mismo como "el instrumento que traba la Obra". Al ofrecer su dimisión, propone en el lugar de Borghero a los Padres Courdioux o Verdelet. Y en la espera de un reemplazante, si bien no descuida nada de las obligaciones de sus administración o de sus otras tareas, se opone sin embargo, a elegir nuevos puestos, a cambiar el personal o a tomar alguna medida que podría comprometer el porvenir.

Pero el 1º de agosto de 1870, después de varias conversaciones y conferencias y discusiones (*6), el Consejo de los Cardenales de la Propagación de la Fe, decide por fin hacerlo obispo. Sin embargo, ajustó esa nominación a una cláusula que la vuelve prácticamente irrealizable puesto que el Padre Planque deberá desde ese momento residir en el lugar de su Vicariato. Se le aconseja incluso hacer lo más pronto posible una estadía de corta duración para ver si le será posible aclimatarse al África.


*1- Carta de Planque a Barnabo, 15/5/1867.

*2- Carta de Planque a Barnabo, 30/8/1868. Cf. también, carta de Planque a Barnabo 6/7/1867 y carta de Monseñor Fava a Monseñor Jacobini, febrero de 1891: "Si el cardenal Lavigerie pudo realizar las obras emprendidas, lo debe en parte a su posición en la iglesia..."

*3- Carta e Planque a Barnabo, 12/12/1868.

*4- Carta de Planque a Barnabo, en la misma carta: "En los directores de seminario un cierto frío viene después del entusiasmo cuando se enteran que no tenemos obispo." Cf. también carta de Planque a Barnabo, 3/2/1872.

*5- Carta de Planque a Barnabo, 11/7/1868: "Ante los ojos de los marinos la condición episcopal de Monseñor Bessieux lo hace parecer Superior de nuestra jurisdicción." 

*6- La cuestión del episcopado del Padre Planque estaba en suspenso en la Propagación de la Fe desde agosto de 1869.

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