3- MISIÓN EN EL CABO (5)
En otros puntos también, como Mossel-Bay, Oudstone, comunidades cristianas comenzaban a reunirse. Si algunas de las misiones protestantes formaban como bastiones difíciles de penetrar, las relaciones estaban bastantes distendidas para que se pudiese celebrar casamientos mixtos y ayudar a los hermanos separados a arraigarse un poco más a la fe en Cristo. (*1) El Padre Planque incluso había considerado mandar religiosas a Georgetown, visto el número de niños que se recibía en las clases (*2). Y monseñor Ricardo, obispo de El Cabo oriental, que había tenido la ocasión de apreciar el trabajo cumplido por los Padres, había felicitado a su Superior, asegurando que "esa empresa sería quizás el comienzo de algo muy grande" (*3), tanto el celo, como el desinterés de la Sociedad y la eficacia de sus métodos misioneros podían, evidentemente, aportar algo nuevo.
¿Cómo no lamentar entonces, que la Sociedad haya debido decidirse a abandonar El Cabo y que la Misión haya durado poco cuando parecía tan bien iniciada? Tantas idas y venidas de una jurisdicción a otra, tantas pequeñas rivalidades que llegaban enfrentar a Institutos, sin embargo todos servidores de un mismo Evangelio, ilustran bien la situación que ha existido entonces no sólo en el sur sino en otras partes del continente. En esa época, cantidad de religiosos misioneros están atraídos y como fascinados por esas nuevas tierras todavía cerradas a la fe cristiana; cada uno encuentra los mejores motivos para buscar un lugar y sobre todo para anclarse sólidamente sin verdaderos deseos de colaborar con los demás. Y ¿quién tiene, de esos lugares, una idea exacta en cuanto a su ubicación, su clima, su tipo de vida, la densidad de la población...? Nada de sorprendente, entonces, si las jurisdicciones están lejos de estar bien repartidas entre los Institutos y di la misión no responde siempre a las necesidades de los pueblos o a las posibilidades de los evangelizadores.
Regiones extensas permanecen sin ser visitadas, mientras que se atropellan en otros lugares. Agustín Planque será uno de los primeros en hacer los relevamientos exactos de los territorios, de sus subdivisiones políticas y religiosas, e incluso de las rutas interiores seguidas por los exploradores.
Al comienzo quizás fue demasiado rápido, precipitó la partida de los Padres, en su prisa de satisfacer a los que no podían estar quietos en Lyon. Entonces se contentó en poner su confianza en Grimley para quien "¡todo marchaba por sí solo!" O en la Propagación de la Fe...pero ¿qué informaciones podía esperar de ella? Muy a menudo, en Roma, se conocía a las misiones sólo a través de los informes transmitidos por los Institutos o por los Estados coloniales como Portugal...Era difícil salir de ese callejón sin salida...
A tantos problemas complejos se agregó otro, interno a la Sociedad. Veremos más adelante qué corriente de protesta se levantó en El Cabo, que perturbó a varios.
Precisamente, uno de los brazos derechos del Padre Planque se convirtió en el principal agitador. Cuando pasó a los Metodistas después de haber sembrado el desorden alrededor de él, habrá dado un rudo golpe a los Hermanos a quienes dejará por un tiempo abatidos y desamparados...
Serán necesarios dos largos años, para que las Misiones Africanas se desprendan totalmente de El Cabo, los misioneros Espiritanos buscan por todos los medios, modificar los arreglos cerrados con la Santa Sede. Para que no se les de puestos en la costa sur, habrían finalmente aceptado ceder una parte de la "Cimbébasie". Entretanto, el Padre Planque persevera, incluso si debe esperar hasta 1882 para que sean liberados los últimos misioneros, destinados también a incorporarse a la Costa de Oro.
*1- Carta de Planque al Cardenal Franchi, 18/7/1875: "Los Hermanos me escriben...que si tuviesen el poder de otorgar las dispensas para los casamientos mixtos, ellos mismos celebrarían las uniones que se realizan entre los protestantes..."
*2- Carta de Planque al Padre Dervernoille, 21/7/1875: El Superior no pudo conseguir religiosas de la Sagrada Familia de Bordeaux.
*3- Carta de Planque al Padre Gaudeul, 11/6/1875.
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