lunes, 29 de junio de 2015

CAPITULO 7: HACIA OTRA ÁFRICA (23)

4- EN EL DELTA DEL NILO (3)

Solos y separados de la iglesia católica -de la cual han sido hasta entonces elementos activos y brillantes- los cristianos coptos deberán afrontar a conquista árabe consecutiva al nacimiento del islam (*1), y que en el nombre del Profeta, invade la región y destruye por mucho tiempo el equilibrio tanto social y político como religioso. Los coptos, sin embargo, soportan la tempestad sin renegar nada de su fe ni de su rito, y continúan, a través del presente, reviviendo un pasado al que están muy fuertemente ligados. pero como han llegado a ser un grupo minoritario, con el transcurso de los siglos, su situación se fue deteriorando, según las diversas dominaciones que sufrieron.

En la época en que las Misiones Africanas llegan a Egipto, la iglesia ortodoxa monofisista, goza de una paz relativa. La tolerancia es la ley del poder desde que Méhémet-Ali, virrey del país, ha conducido una política liberal que justifica se le hayan atribuido éstas palabras: "No quiero que haya diferencia entre mis súbditos que pertenecen a razas o a religiones diferentes." (*2)
Pero si la iglesia copta cuenta entonces con casi un millón de miembros, está lejos de ser la única en ocupar el espacio cristiano del país; los otros ritos orientales (*3) tienen también su ciudadanía. Es necesario, entre ellos, mencionar a la pequeña comunidad copta que permaneció unida a la iglesia católica habiendo sobrevivido, parece, desde Calcedonia. En esa época, no cuenta más que con algunos miles de fieles, pero por ella, el papa León XIII, se ocupará de restablecer el Patriarcado copto de Alejandría.

En el pensamiento del Padre Planque, "esos ritos numerosos son la mayor causa de la impotencia de los católicos. Reunidos, serían una fuerza considerable, pero están divididos y todo se desmigaja. yo desearía que en Egipto, no existiesen por el momento, todas esas pequeñas congregaciones orientales..." Y de buena gana, las hubiese reunido a todas en la iglesia latina, no por falta de respeto a su originalidad o sus riquezas particulares -hay que recordar como esta idea le ocupa el corazón- sino porque "la unión de todos sería una fuerza y un medio de luchar contra la debilidad de la instrucción religiosa que en ellos es una falta grave." (*4)

En medio de esa diversidad, el Padre hace un lugar aparte al rito maronita, "el mejor, dice, entre los católicos." (*5)
Y "una idea lo persigue desde hace mucho tiempo, la de tener ente sus misioneros algunos buenos Maronitas." Sería una ventaja para la iglesia de Dios, para los pueblos de la lengua árabe a los que somos enviados, ventaja para el pueblo maronita mismo, sobre quien ese sacrificio de algunos de los suyos volvería en bendiciones." (*6)
Es cierto, había precisado: "si quieren permanecer únicamente en sus ritos, no formarán nunca buenos misioneros y serán siempre Orientales..." (*7)




*1- En el siglo VII, después de la Hégira. Hay una larga historia de guerras y rivalidades. 

*2- Cf. "Histoire des Coptes de´Egypte", por Sylvestre Chauleur, Edic. la Colombe, 1960, pág. 212.

*3- Los ritos orientales son numerosos: al lado de los Coptos, encontramos a los griegos, a los caldeos, a los armenios, a los ciríacos...algunos en unión, otros en ruptura con Roma. Se agregan los maronitas y los Latinos, católicos. Se cuentan además los Protestantes  y los judíos.

*4; *5- Cf. informe del Padre Planque a la Propagación de la Fe, 2/6/1886.

*6- Carta de Planque a Monseñor Debs, arzobispo de Beirut, 20/1/1886.

*7- Carta de Planque a Monseñor Duret, 4/12/1878.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario