viernes, 30 de diciembre de 2016

CAPITULO UNDECIMO: ESENCIALMENTE MISIONERAS (7)

3- CONSAGRADAS PARA SERVIR (1)

"La vida de las Hermanas es parecida en todo a la nuestra" (1). 
Así, el Superior se ocupa de informar a los Padres que, en misión, se aprontan a recibir a las primeras Hermanas, tranquilizándolos. Ellos no son religiosos, ellas por el contrario, se consagran por votos. "Les repito, dirá aún en otra circunstancia, en la Sociedad de las Misiones Africanas, nuestra vida es la copia de la vida religiosa, menos los votos que son reemplazados por el juramento a la Propaganda Fide"(2). Pero entonces, existe para él una diferencia entre voto y juramento y lo que representa esa forma de compromiso?

Sería un error creer que el Padre no le concede importancia. Estima por el contrario, que los votos son "la base de toda la santidad de una vida que ha querido consagrarse a Dios", y "un acto serio delante de Dios" (3). Pero entre los dos, existe una diferencia de situación canónica en la Iglesia?
El voto, más que el juramento asegura estabilidad y equilibrio frente a una elección definitiva que no tiene miedo a la duración?

Mucho más importante- esencial se podría decir- es el modo de ser que resultará de esa elección.
Las Hermanas han optado por otra manera de  vivir. Y esas nuevas costumbres- o mejor la práctida de las "virtudes"- con las cuales deben familiarizarse, lejos de empobrecerlas o de causar la pérdida de sus fuerzas vivas, las liberarán de numerosos vínculos. Así estarán más abiertas a la pérdida de sus fuerzas vivas, las liberarán de numerosos vínculos. Así estarán más abiertas a recibir esos otros bienes, libertad, alegría y mayor amor que Cristo ha prometido a los que le siguen.
Más que el aspecto canónico del voto, es a ese tipo de vida que se eligió como ley: la pobreza, la castidad, la obediencia, que el Superior dedica una particular antención. Pone toda su convicción y el respeto a los consejos evangélicos dados por Cristo mismo, en ayudar a las Hermanas a fin de que vivan plenamente su compromiso.
 



  1. Carta de Planque al Padre Guérin, 23/7/1884.
  2. Carta de Planque al abate Marcellin, cura de Sorbiers (Hautes-Alpes)
  3. Carta de Planque al Hermano Xavier, 15/12/1886.

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