sábado, 14 de enero de 2017

Capítulo 12: PROTESTAS Y CRISIS (5)

2. Enfrentado con las leyes (2).

Pero a fines del verano, la Sociedad se encuentra en igual condición que las Congregaciones afectadas por las leyes de disolución. El Padre debe emplear todos los medios, escribir al Ministro y con palabras muy complidas, pero firmes, pedir "que se reconozca a sus misioneros por lo que son en verdad." El Superior declara "que no pertenecen a ninguna Orden religiosa porque como sacerdotes seculares se encuentran bajo la jurisdicción del obispo del lugar, y en pueblos todavía mal desarrollados se dedican tanto a la instrucción como a la evangelización." (1)

El obispo mencionado- Caverot- acepta certificar con una declaración conjunta, "la plena verdad de las aseveraciones del Señor Abate Planque" (2). 
Debemos asentar aquí- a modo de paréntesis- que los puentes entre Planque y Caverot, desventuradamente rotos en el momento de los problemas precedentes, fueron restablecidos y si todavía están lejos de la armonía y de la amistad que antiguamente unían al Superior con Monseñor Ginoulhiac, la claridad se hizo en la mente del Cardenal Caverot, sobre el alcance de las acusaciones dirigidas contra el Padre Planque y sobre su verdadera personalidad. 

No obstante, la gestión ante el Ministro obtuvo sólo un resultado parcial: "Los hermanos de Clermont fueron expulsados y los de Niza también" (3).
Si ésta última casa fue un hogar de desórdenes y querellas, el Padre echa de menos "el pequeño hospital donde los misioneros podían reponer su salud desmejorada por las fiebres tropicales" (4). Pero el seminario de Lyon, donde temió que se renovaran las expulsiones de 1870, no será molestado (5). Y en la escuela de Clermont, donde sólo algunos profesores serán despedidos, las clases no fueron interrumpidas. (6)  
De hecho, se hace evidente que el gobierno republicano no busca llevar demasiado lejos las medidas radicales que tomó de manera desconsiderada. Gran cantidad de congregaciones pueden quedarse en Francia y sus escuelas siguen funcionando. Se acordó un plazo...al menos hasta comienzos del siglo siguiente, en que las hostilidades entre iglesia y Estado tendrán consecuencias más graves.

Empero una amenaza permanece todavía latente y "hace temblar al Padre Planque", se trata de las leyes militares que exigirían enviar al cuartel, como a los demás, a los estudiantes eclesiásticos que se verían así, con la cláusula de excepción suprimida- favor que era admitido en tiempos en que la iglesia constituía un mundo aparte (7). Desde ese momento, para salvar a algunos, y de acuerdo con aquellos seminaristas que ya tienen tres años de teología. (8)



  1. Carta de Planque al Ministro Nacional de Educación, 28/9/1880.
  2. Cf. carta del Cardenal Caverot al mismo Ministro, 28/9/1880: "El seminario está bajo mi plena jurisdicción y los sacerdotes libres de todo compromiso religioso."
  3. Carta de Planque al Cardenal Prefecto, 8/10/1880.
  4. Cf. la carta al Ministro, citada en 1. En 1883, el Padre tentará varias diligencias en París y en Niza para obtener la reapertura de la Casa y ofrecerla de nuevo a los misioneros cansados. Cf. cartas del 16/6/1883 a un miembro de la Corte de Casación y del 20/11/1883 al obispo de Niza.
  5. El Padre no abandona sim embargo, el proyecto en España. Incluso cuenta con los buenos favores de la reina Isabel. 
  6. Carta de Planque a la Presidenta de una obra de beneficencia, 16/9/1881.
  7. Carta de Planque al Padre Duret, 1/6/1881.
  8. Carta de Planque al Cardenal Simeoni, 26/12/1880. - A cualquier precio, es necesario escapar del servicio militar...! "El cuartel no hace bien a nadie, y a menudo mucho mal a los seminaristas", a la señorita S., 20/2/1898.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario