lunes, 16 de enero de 2017

Capítulo 12: PROTESTAS Y CRISIS (8)

3- La revisión de las Constituciones (2)

Una de las desventajas más graves que pesará en ésta asunto, aumentando la disconformidad de todos, proviene de la excesiva lentitud de los trabajos. 
Entre julio de 1880 y julio de 1890, se cuentan tres viajes sucesivos del Superior a Roma, para apresurar el expediente. Incluso tendrá que ir a buscar el texto de las Constituciones, "¡tan escondido entre cajas que lo habían olvidado!" (1)
Por más que el Cardenal Prefecto se manifiesta "enojado por todos los retrasos" y afirma "que lo primero que hay que hacer, es terminar con los Estatutos de la Sociedad" (2), "no pasa nada, dice el Padre Planque, y eso que no soy yo el que pone obstáculo ya que acepté todo lo que se exigió." (3) 

Porque el segundo consultor, un Cisterciense (4), toma todo su tiempo y continúa trastornando, sin motivo, los documentos que se le han enviado de tal modo que, de los artículos y varias enmiendas enviadas por Planque, sólo quedará una pequeña parte. Por otra parte, y alabando "los grandes méritos de éste Superior tan dedicado a su Instituto", el Consultor destaca sin embargo, debido a los reclamos que llegan de varias casas de Africa, los excesos de autoridad que se le reprocha.

Es que la agitación comienza a crecer en la misión y se murmura en contra de un retraso del cual injustamente, consideran responsable al Superior, como si no hiciese nada para apresurar los trabajos. 
De hecho, se equivocó al no decir nada a sus Hermanos Sacerdotes, sobre las discusiones iniciadas con las oficinas romanas, ni de las presiones que soportó al aceptar cambios a los cuales él mismo era muy contrario. 
Hubiera sido más prudente, más realista también, prevenir sobre ello al menos a sus Consejeros y a los jefes de misión. Se hubieran colocado de su parte mientras que, por el silencio absoluto y la reserva que se impuso, despertó su desconfianza y parece cómplice de los cambios que poco a poco descubrirán. (5)

El 1 de agosto de 1890, "el asunto de los Estatutos finalmente terminó" (6) -como lo hace saber al señor Duret- luego de haber esperardo doce días en Roma, "decidido a no alejarse de allí hasta obtener satisfacción" (7). Pero como la burocracia no dijo su última palabra, a ese "Decreto de alabanza" tan esperado, le faltan las últimas rúbricas, lo que traslada la salida al siguiente 1 de noviembre. Y teniendo en cuenta los tiempos necesarios para la traducción y la impresión, las nuevas Costituciones llegarán a Africa (8) recién en el verano de 1891. Se puede comprender que, presionado entre la Propaganda Fide y algunos de los Padres, más fácilmente llevados a la sospecha y a la crítica, el Superior haya tenido los nervios algo deteriorados...




  1. Carta de Planque al Padre Poirier, 31/10/1888.
  2. Carta de Planque a Monseñor Jacobini, 4/101889.
  3. La misma carta.
  4. Se trata de Don Henri Smeulders, abad general.
  5. Se sabe sin embargo, que en otras circunstancias, el Padre se inclinaba más bien a hacer confidencias y a contar los problemas que le atormentaban. Cf. más adelante, carta del padre Guillon al Padre Planque, 30/5/1876.
  6. El Papa firmó el Decreto de aprobación de las Constituciones de la Sociedad el 3/8/1890.
  7. Carta de Planque al Padre Poirier, 30/7/1890.
  8. La carta del Padre Planque que anuncia el envío de las Constituciones, es del 24/6/1891.

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