4- DE DAHOMEY A LAS ORILLAS DEL NILO (2)
Uno de los puntos que le preocupa fuertemente, es el buen entendimiento entre los dos grupos: el de las primeras de Couzon, "las mayores", como las llama, y las nuevas Hermanas.
El Padre ha deseado a menudo "que todas formen sólo una familia y que reciban a las que llegan con bondad y caridad..." (1).
Pero el encuentro no se realiza sin tropiezos, las primeras se mantienen naturalmente en su ideal franciscano y, con su experiencia de cerca de diez años de misión en Africa, tienen tendencia a mirar "sin indulgencia a las jóvenes" de las cuales critican fácilmente la insuficiencia de las aptitudes y de la formación. Tendrá entonces que "separar a los dos grupos"?, él que "contaba tanto con las mayores para animar y estimular a las que llegan con toda su buena voluntad" (2).
Preocupado "de que la obra naciente no se hunda por la acción de ese lenguaje de reprobación y desprecio" (3), reacciona vivamente tanto más, que todo lo que se dice y escribe llega hasta el noviciado de Lyon...(4) sembrando algo de pánico...
Y luego, el tono se calma. El Padre
Louapre, superior de Porto Novo, debió intervenir. El Padre Planque que aprecia tanto a las mayores, reconoce su mérito y su devoción a la misión (5), insistiendo en reclamar un poco más de moderación y de justicia en las palabras. Y él que no pierde nunca la ocasión de informar a Roma y a los consejos centrales de la Propagación de la Fe del éxito de sus misioneros, ya ha informado a todos los responsables superiores, que "las Hermanas son muy reconocidas y que verdaderamente, hacen mucho para arraigar la misión" (6).
Louapre, superior de Porto Novo, debió intervenir. El Padre Planque que aprecia tanto a las mayores, reconoce su mérito y su devoción a la misión (5), insistiendo en reclamar un poco más de moderación y de justicia en las palabras. Y él que no pierde nunca la ocasión de informar a Roma y a los consejos centrales de la Propagación de la Fe del éxito de sus misioneros, ya ha informado a todos los responsables superiores, que "las Hermanas son muy reconocidas y que verdaderamente, hacen mucho para arraigar la misión" (6).
Desde ese momento, del Dahomey y a las orillas del Nilo, estarán así en todas partes, allí donde van a aventurarse los Padres. Y en ese compartir la misma vida apostólica, es importante que haya entre ellos una puesta en común de los proyectos, de los esfuerzos y de las tareas. "Estudiarán con el Padre Prefecto, recomienda el Superior a la Hermana Claire, cuál es el mejor medio de hacer fructífera la misión que van a realizar con las mujeres y las jóvenes. De ese acuerdo combinado y de ese pleno entendimiento, saldrá el verdadero bien." (7)
Pero como quiere también las situaciones claras, tiene mucho empeño en que las Hermanas formen comunidades autónomas. Por el momento, la obligación la tienen los Padres de "cuidar para que no les falte nada- e incluso, de ser "generosos sobre ese punto", considerando que "hay cosas que pueder serles necesarias, pues tienen otras necesidades que nosotros..!"
Que se abstengan de inmiscuírse en las cuestiones relativas a las casas de las Hermanas. Tienen sus responsables y deben arreglar sus propios asuntos ellas mismas.
Siempre trabajando dentro de los mismos territorios, se encontrarán como ellos, en situaciones muy variadas: ambientes, costumbres y condiciones de vida que deben enfrentar, a veces pintorescas o emocionantes, raramente peligrosas, aún si a menudo son cansadoras. Aquí, recuperarán, con algo de diplomacia, a las jovencitas prometidas a la esclavitud de Zounon, el rey del día o a Toffa, el rey de la noche. Allá, partirán a la recolección de los bebés abandonados en la maleza porque, si bien las mujeres están estrechamente ligadas a sus hijos, deben separarse de aquellos que podrían traer desgracias- gemelos, discapacitados, etc.
En Agoué, en un antiguo calabozo, comienzan a dar clases y pueden ver allí todavía, los restos de argollas con los cuales los negreros encadenaban a desgraciadas multitudes humanas, antes de embarcarlas para América. Por otra parte, conocerán las travesías en piraguas, y en Egipto, en las famosas "falúas" del Nilo, con sus pesadas velas, para ir al encuentro de los felás.
En Egipto, después de abrir su primera escuela en Tantah (8), deberán, por causa de los motines, huír rápido, incluso a Francia. Las que se quedaron en Alejandría, asistirán al espectáculo de los combates y de los bombardeos, seguidos del desembarco de las tropas inglesas.
Tendrán que visitar a los ancianos en las chozas, curar en el dispensario llagas u oftalmias, y pensar en abrir un asilo para los leprosos; enseñar a leer o a bordar, enseñar el catecismo y también la pintura y la música, y sobre todo, encontrarse con las mujeres, para quienes han venido...¡Las Hermanas no tienen tiempo de descansar o de soñar!
"Podría hacerse una idea del respeto del cual están rodeadas, las que viven haciendo el bien a todos?"
Y el Padre, con admiración, agrega: "Debo decir que la gente está deslumbrada de la caridad de éstas `Saaba banate´ (las siete jóvenes sin marido)!" (9)
- Carta de Planque a la Hna. Raphaël, 27/11/1878.
- Carta de Planque al Padre Louapre, 31/7/1878.
- Carta de Planque al Padre Louapre, 4/9/1878 y 16/10/1878. Cf. carta al Padre Ménager, 4/9/1878: "No dejemos ganar terreno a un espíritu que destruirá todo."
- Carta de Planque al Padre Louapre, 28/11/1878.
- El Padre se ocupa de que las primeras que han optado por la nueva Congregación, conserven allí completamente su lugar. Es por eso que no desea que continúen con Couzon una correspondencia que no parece hacer bien ni a unos ni a otros...Cf. carta al Padre Ménager, 11/6/1879.; al Padre Chausse, 25/6/1879; al Padre Louapre, 29/1/1879 y 19/2/1879.
- Carta de Planque al Cardenal Barnabo, 12/12/1868- a la Propagación de la Fe, 25/3/1869- y varias otras.
- Carta de Planque a la Hna. Claire, 24/2/1894.
- las Hermanas abrieron la misión de Tantah en 1881.
- Cuando regresaron a Tantah después del motín, a fines de 1882, eran siete... y el nombre les quedó!
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