domingo, 31 de mayo de 2015

CAPITULO 7: HACIA OTRA ÁFRICA (14)

2- ¿VICARIATO APOSTÓLICO? (3)
A partir de allí es un diálogo sordo que se instala entre Roma y Lyon. La Propagación de la Fe no retrocede en su decisión. Continúa pidiendo al padre Planque que elija él mismo. pero debe saber que solo se convertirá en obispo si va a residir al Dahomey. Por su lado, el Superior de las Misiones Africanas se mantiene firme: ¿Qué podría elegir: la mitra, abandonando el seminario y la gestión de la Sociedad o el mantenimiento de su presencia en Lyon dejando que se le atribuya la idea de que rehúsa África o incluso que le tiene miedo? (*1)

A fin de desbloquear un asunto que se eterniza, acepta que sus dos Consejeros, el Padre Arnal y Papetart, que le son cercanos y muy vinculados, vayan a roma para presentar su punto de vista sobre los problemas de la Sociedad y sobre la acción conducida por el padre Planque. Pero ese viaje, lleno de buena voluntad y de grandes deseos, quedará también sin resultado pues, desentendidos de la diplomacia vaticana, complican aún más la situación tanto que no la hacen evolucionar.

Más adelante, siempre a monseñor Jacobini que se esfuerza por sostenerlo en los centros romanos, el Superior confiará cuanta pena y decepción le causó ese largo asunto: "Hubiera podido hacer trampas porque me hubiese sido fácil partir en misión, como tan fácil regresar rápidamente por motivos serios y seguir finalmente el único plan que, con el Cardenal Barnabo, creía realizable. Pero no quise entrar en esa vía, incluso si el consejo me había sido dado por personas de alto rango en la iglesia y a la que consultaba regularmente. La Propagación de la Fe podía ordenarme y yo habría obedecido, sólo que no podía tomar la responsabilidad de lo que consideraba contrario al bien." (*2)
Vuelta la serenidad se manifestará aún y casi con los mismos términos a su amigo Fava: "Hubiese aceptado el episcopado por interés y prestigio de la Obra. pero estaba convencido que mi partida del seminario con esa cláusula de la residencia en misión habría sido el fin de todo. Menos mal que ese proyecto no tuvo éxito. Hoy creo ver en eso una protección de Dios sobre la Sociedad." (*3)

A partir de diciembre de 1872, de una y otra parte parece encaminarse, y de modo definitivo, hacia el statuo quo. Años más tarde, en 1888, otras voces autorizadas intentarán hacerse escuchar de nuevo para pedir al Papa León XIII que reconozca "la forma asombrosa en la que el Padre Planque ha sabido conducir la Sociedad desde la muerte de Brésillac." (*4) ¿No se lo podrían acordar finalmente los poderes generales que confiere el episcopado, en consideración a la magnitud de sus funciones de Superior General? (*5) Con el obispo de Grenoble, serán otros cinco prelados los que presentarán esta petición (*6) y desearán que se nombre al Padre Planque en el puesto de Vicario Apostólico de Egipto, una función que podría convenirle, no siendo incompatible en ese momento con sus otras responsabilidades (*7), facilitaría su administración consolidando el porvenir de su Obra. Pero, como las precedentes, ésta propuesta quedará en letra muerta y sin futuro. Continuará el silencio de Roma y la situación del Superior permanecerá hasta el fin sin cambios.

Entonces se comprende su alegría, que no debía estar exenta de alivio... y hasta de un cierto humor, cuando en 1891, recibió de Roma, el Breve que nombraba al Padre J.B. Chausse, Vicario Apostólico de Benín...Al fin un primer obispo era dado a la Sociedad! El Superior vivió el acontecimiento con orgullo y en paz. El mismo presentó esa candidatura, como presentó después las de los Padres Pellet, Lang, Dartois, Albert...Una gran esperanza estaba por fin colmada: la de ver a la Sociedad, por sus Vicarios Apostólicos, introducida por completo en la iglesia. Una señal se había dado de la aprobación de las Misiones Africanas, esa señal que el Padre había esperado pacientemente desde hacía tanto tiempo!

Con más de ciento veinte años de distancia, tales debates y dilaciones sin fin han perdido su importancia, parecen hasta estériles e inútiles. Pero, en el contexto de la época y sobre todo en el arraigo tan penoso de la Sociedad en África, aquellos no podían ser percibidos sino como rechazo o aceptación, con un sentimiento de decepción o de esperanza. En ciertos momentos, el rigor de la ley parecía anteponerse a un discernimiento verdadero que habría conducido a buscar antes que nada el mayor bien de la evangelización...Es seguro que el Padre Planque resultó marcado por la actitud de Roma, o al menos por la de algunos prelados, con respecto a él, aún cuando se tratara más de incomprensión que de falta de confianza. Pero no por esto fue menos hijo de la iglesia, sino siempre permaneció como tal, con tenacidad y devoción.
No recibió la gracia de la ordenación episcopal...Su propia gracia, fue continuar sirviendo en la sencillez, dando a todos los suyos el testimonio y el ejemplo del desprendimiento y de una fidelidad capaz de resistir todas las contrariedades. 



*1- Cf. Lavigerie a Barnabo, 13/12/1871.

*2- Carta de Planque a Monseñor Jacobini, 28/10/1872.

*3- Carta de Planque a Fava, 16/11/1878.

*4- Según la carta de Monseñor Fava al papa León XIII, 8/1/1888.

*5- Dieciséis años más tarde, Monseñor Fava retoma aquí, la idea del Cardenal Barnabo.

*6- Los otros cinco prelados son: C. Desprez, arzobispo de Toulouse; C. Langénieux, arzobispo de Reims; Desiré -Joseph, obispo de Arras; Gillaume-Joseph, obispo de Mans; Victor, obispo de Aire y Dax. Los Padres Desribes y Bricet habían apoyado la gestión antre Monseñor Fava.

*7- En ese momento el Padre Planque ya ha descargado una parte de sus responsabilidades sobre otros Hermanos.

martes, 26 de mayo de 2015

CAPITULO 7: HACIA OTRA ÁFRICA (13)

2- ¿VICARIATO APOSTÓLICO? (2)
En principio, y a la espera d e"instrucciones más amplias", el Padre acepta. Sin embargo señala que le será difícil, viviendo en Dahomey, asegurar sus funciones en el seminario cuya dirección exige una presencia casi continua y cree que su deber es dimitir por ese lado. (*1)
Sería sin contar con el Cardenal Barnabo, que no lo entiende así. Enojado de la decisión tomada por sus colegas de la Propagación de la Fe, sobre quienes no ha podido tener tanto peso y autoridad como lo hubiera deseado, no puede admitir que las misiones Africanas pasen a otras manos que no sean las del Padre Planque: el verdadero sucesor de Brésillac. Ahora bien, dos razones continúan oponiéndose para que parta al África: su presencia considerada indispensable en Lyon, y el temor, que permaneció siempre vivo en Barnabo, de ver reaparecer el drama de Free-Town.

El Cardenal Prefecto piensa en retomar todo el expediente concerniente al Padre Planque con los miembros de la Congregación romana, par encontrar una solución mejor y Barnabo, él mismo, no ve más que una a la que está fuertemente adherido: es que el Padre Planque se convierta en obispo en nombre de su función de Superior general, no como Vicario Apostólico de Dahomey. la misión puede conformarse con u Pro-vicario, peor la Sociedad necesita verdaderamente un obispos con las capacidades del padre Planque tan a menudo atacado y demostrarle la estima y la confianza que merece. la idea de Barnabo era sabia y podía convenir a todos. 

En ese momento llega a Francia la derrota de 1870 con todas las complicaciones que ella arrastra. Es necesario por consiguiente detener el proceso en curso y el Padre Planque regresa a los asuntos urgentes que conciernen a la vida del seminario: la expulsión de los aspirantes y la dispersión consecutiva al extranjero. 

Cuando dieciocho meses después, el orden vuelve, el Superior recién ha salido de los disgustos que la Sociedad acaba de vivir en Argelia. Si embargo, retornado a Roma para insistir sobre el expediente abierto por Monseñor Lavigerie, cree el momento favorable de replantear la cuestión del episcopado. (*2) No obstante, si en ese lapso la confianza de Barnabo permaneció intacta, la de los otros Cardenales se encontró más bien quebrantada por el hecho que parece haber llegado mal al medio romano el fracaso de las Misiones Africanas en África del norte. Una nueva reunión de la Curia hace que se mantenga la decisión anterior. (*3)

El Padre Planque, entonces,  habla claramente con monseñor Jacobini, Secretario de la Propagación de la Fe, y que lo apoya con su amistad- como lo ha hecho en Roma con el Cardenal Prefecto (*4). Comienza por recordar que "si ha venido a Lyon era con la intención de partir al África" (*5). Pero los acontecimientos en los cuales ha creído leer la voluntad de Dios han decidido de otro modo, como también la prudencia del cardenal Barnabo, siempre opuesto a que haga una estadía prolongada en África. Ahora queda convencido que un Superior no puede asegurar el funcionamiento del seminario si está ausente. espera por lo tanto de la Propagación de la Fe, que fije ella misma la línea de conducta que debe seguir. Siempre sumiso a la iglesia, obedecerá, pero en conciencia no puede hacer él mismo tal elección."


*1- Carta de Planque al cardenal Barnabo, 4/9/1870.

*2- Carta de Planque a Barnabo, 3/2/1872. El Padre recuerda una vez más "que es necesario un obispo al frente de la Sociedad."

*3- Reunión de los Cardenales, 21/5/1872.

*4- Carta de Planque a monseñor Jacobini, a la Propagación, 13 y 23/7/1872, y al cardenal Barnabo, 3/2/1872.

*5- Es una respuesta a la acusación de Lavigerie: "El Padre Planque no quiere ir a la misión y hay que obligarlo." (cf. carta de Lavigerie a Barnabo, 13/12/1871)

martes, 19 de mayo de 2015

CAPITULO 7: HACIA OTRA ÁFRICA (12)

2- ¿VICARIATO APOSTÓLICO? (1)

Entre las situaciones difíciles que se fueron sucediendo en la vida del Padre Planque, hay una sobre la cual es importante volver pues se hizo más ambigua y más dolorosa con el asunto de Argelia. Se trata del largo debate que se planteó durante años, sobre el cargo de Vicario Apostólico que Roma, con toda normalidad, habría podido confiar al que se había convertido en el sucesor de Brésillac. Ante tantas discusiones y semi-soluciones, encontrar la única salida satisfactoria hubiera sido simple. La Sociedad hubiese sido apaciguada y fuertemente unida en su trabajo.

Hemos visto el problema que se presentó con la partida del Padre Borghero cuyo abandono inesperado trastornó al padre Planque privándolo al mismo tiempo de un gran misionero y de su candidato para el cargo de Vicario Apostólico del Dahomey. Cuando en 1867 fue nombrado Pro vicario (*1), y sin carácter episcopal, recibe ese gesto de Roma primero con cierta satisfacción, pues la Sociedad queda unida, ya que el gobierno como fijaron las nuevas Constituciones, permanece en manos de uno solo. Pero en el fondo está muy decepcionado: las Misiones Africanas siguen sin tener obispo. Ciertamente, no se puede sospechar al padre Planque de ambición o deseo de cualquier título. porque si bien es profundamente humilde, y si no tiene otro proyecto que el de trabajar modestamente con todos los suyos, añora, desde la desaparición del Fundador, "el honor y la dignidad que aportaba la presencia de un obispo entre ellos." "Trabajar en la sombra", sí, lo recomienda y lo quiere. Pero la Sociedad necesita ser estimada y conocida, tener para el exterior "algo de brillo que inspiraría confianza..."(*2) Por ella "habría que presentarse en los seminarios con un verdadero sucesor de Monseñor de Brésillac!", escribe (*3)
"Nos preguntan a menudo quién lo reemplaza y la ausencia de un obispo parece, a los ojos de muchos, una debilidad o la causa de una falta de estabilidad." (*4)

No hay en eso como un obstáculo al desarrollo de las misiones en África? Es tan grande la importancia que se le atribuye, en el mundo cristiano y aún, el religioso o congregacionista, a los títulos y a otros signos de dignidad (*5), que lo teme.

Desde ese momento se mira a sí mismo como "el instrumento que traba la Obra". Al ofrecer su dimisión, propone en el lugar de Borghero a los Padres Courdioux o Verdelet. Y en la espera de un reemplazante, si bien no descuida nada de las obligaciones de sus administración o de sus otras tareas, se opone sin embargo, a elegir nuevos puestos, a cambiar el personal o a tomar alguna medida que podría comprometer el porvenir.

Pero el 1º de agosto de 1870, después de varias conversaciones y conferencias y discusiones (*6), el Consejo de los Cardenales de la Propagación de la Fe, decide por fin hacerlo obispo. Sin embargo, ajustó esa nominación a una cláusula que la vuelve prácticamente irrealizable puesto que el Padre Planque deberá desde ese momento residir en el lugar de su Vicariato. Se le aconseja incluso hacer lo más pronto posible una estadía de corta duración para ver si le será posible aclimatarse al África.


*1- Carta de Planque a Barnabo, 15/5/1867.

*2- Carta de Planque a Barnabo, 30/8/1868. Cf. también, carta de Planque a Barnabo 6/7/1867 y carta de Monseñor Fava a Monseñor Jacobini, febrero de 1891: "Si el cardenal Lavigerie pudo realizar las obras emprendidas, lo debe en parte a su posición en la iglesia..."

*3- Carta e Planque a Barnabo, 12/12/1868.

*4- Carta de Planque a Barnabo, en la misma carta: "En los directores de seminario un cierto frío viene después del entusiasmo cuando se enteran que no tenemos obispo." Cf. también carta de Planque a Barnabo, 3/2/1872.

*5- Carta de Planque a Barnabo, 11/7/1868: "Ante los ojos de los marinos la condición episcopal de Monseñor Bessieux lo hace parecer Superior de nuestra jurisdicción." 

*6- La cuestión del episcopado del Padre Planque estaba en suspenso en la Propagación de la Fe desde agosto de 1869.

CAPITULO 7: HACIA OTRA ÁFRICA (11)

1- EN ARGELIA (10)
  - NUEVO FRACASO
En Lyon, Monseñor Thibaudier, que reemplaza a Monseñor Ginoulhiac, se preocupa de las amenazas (*1), pero el Padre Planque permanece calmo y tiene sólo una respuesta: "No tenemos nada que temer de la verdad (*2)". En Roma, donde sostienen manifiestamente a las Misiones Africanas, continúan ocupándose de Feezan-Bornou y , al atribuirle ese territorio, la Propagación e la Fe decide reservar para Monseñor Lavigerie el norte de África, desde Túnez hasta las fronteras de Marruecos (*3). División inadmisible para el arzobispo de Argel, que precisamente reclama, con las partes que le corresponden por el lado de Argelia, "todo Feezan-Bornou que intentan quitarle injustamente" (*4).
Como es necesario terminar y poner punto final al estado de agresividad y de tensión que crece, Roma elige la vía del apaciguamiento. La Propagación de la Fe puede pedir a Agustín Planque que nunca rehusó colaborar con ella, que renuncie a su propio derecho para resolver la crisis (*5). Al aceptar, prueba que es bastante fuerte y dueño de sí mismo para dejar el lugar. En lo sucesivo no retrocederá sobre su decisión, a pesar que la oposición tenaz por parte de aquel que, primero cardenal y luego arzobispo de Cartago, lo obligó mucho tiempo después a hacer algunas aclaraciones con quienes se carteaba (*6), sobre su abandono de África del norte. pero los Padres que también había sufrido los procedimientos de Lavigerie no observaron siempre la misma discreción que su Superior. Este último les llamó varias veces a la prudencia para no atraer a ls Sociedad molestias (*7) más graves."
Así, Monseñor Lavigerie, ganó en Feezan...Así, después de tantos meses de tanteos y de penosas pruebas, el expediente de Argelia se cerró para las Misiones Africanas. (*8)

Pero nada se perderá de esos primeros contactos con el mundo árabe, por el contrario, habrán servido de entrenamiento para otra forma de apostolado. Pues, por muy sinuosas y caóticas que hayan sido las rutas de África del Norte, llevarán pronto a un nuevo destino, estable esta vez, y siempre en el mundo árabe: Egipto.

El Padre Planque no se equivocaba cuando, habiendo recuperado todo su buen humor, decía con una especie de mirada profética:"Dejen! ¡si no vamos a Feezan, es porque tenemos alguna misión que nos espera en otra parte!"
En cuanto a él, a menudo maltratado, criticado, humillado mientras dura esa desdichada disputa, guarda valor y busca ya nuevos puntos de referencia en el mapa del Delta del Nilo...




*1- Carta de Monseñor Thibaudier, vicario capitular de Lyon, a Planque, 18/2/1876, después de la visita de monseñor Charmetant.

*2- Carta de Planque a Thibaudier, 21/2/1876: "de Niza, egreso a Lyon para mostrarle todos los documentos del expediente."

*3- Carta del cardenal Franchi a Lavigerie, 10/3/1876. Carta de Planque a Devenoille, 10/7/1875 y a Monseñor Toroni, 23/1/1877.

*4- Carta de Lavigerie a la Propagación de la Fe, 4/4/1876: El se considera el primer postulante del Feezan..."motivos graves además debería apartar a las Misiones Africanas."

*5- La Propagación de la Fe no puede decir "no" a monseñor Lavigerie.

*6- Carta de Planque a la señorita x, 11/9/1884: La reunión "de las dos Sociedades (Misiones Africanas y de padres Blancos) fue pedida en efecto hace doce o trece años, pero en el sentido completamente inverso a los rumores que han hecho correr entre ustedes..."

*7- Carta de Planque a Desribes, 12/7/1884: "Les ruego y les suplico no decir nunca una palabra sobre Monseñor Lavigerie, que pueda parecer desfavorable..."

*8- Los Padres no regresarán a Argelia. Pero las Hermanas, radicadas en Marruecos desde 1927, se instalarán en Argel en 1937 y tendrán hasta una decena de comunidades. Vendrán a Túnez después de 1945. Actualmente, hay dos casas en Argelia.

domingo, 17 de mayo de 2015

CAPITULO 7: HACIA OTRA ÁFRICA (10)

1- EN ARGELIA (9)
- NUEVO FRACASO

Pero la razón no puede impedir a los Padres que abandonen M´Sylla y Argelia. Vuelven al seminario de Lyon con cinco de los niños del orfanato y sin perder tiempo, comienzan el estudio del árabe con esta pequeña comunidad; esperan que la Propagación de la Fe tome las decisiones deseadas concernientes a su futura misión. (*1)

Por su lado, el Padre Planque, no permanece inactivo y sabiendo de la dificultad que hay en las oficinas romanas para conseguir informaciones precisas, se entrega a investigaciones con vistas a preparar expediente y mapa de ese territorio mal conocido que podría abarcar, además de Fezaan, Bornou y la franja de terreno entre los dos países.
Todo sería posible incluso un acuerdo sobre la repartición de los lugares con los Capuchinos que están implantados en Trípoli y tienen jurisdicción sobre las regiones al sur de la ciudad...si Monseñor Lavigerie no estuviera resuelto a expulsar definitivamente al padre Planque y a los suyos fuera de África del norte, y decidido para eso en emplear los grandes resortes.

El superior de Lyon había juzgado oportuno presentar una demanda de indemnización recordando al prelado que, como consecuencia de un acuerdo entre Monseñor Callot y él mismo, un pre-aviso de tres años de ambas partes era necesario para romper sus compromisos. De todas maneras, agregaba Planque, "el perjuicio material y moral sufrido por los Padres y la Sociedad existe y su Excelencia, estoy convencido, encontrará una petición fundada completamente justa." (*2)

Pero desgraciadamente, no hay texto escrito(*3). Al Arzobispo le es fácil rechazar el acuerdo y constituir en Orán, un tribunal eclesiástico (*4) que no solamente no acuerda indemnidad, sino pretende juzgar a los Padres y "su gestión deplorable": cuentas mal llevadas, gastos inútiles, subvenciones indebidas...(*5) Más fuerte aún, se les reprocha su comportamiento con respecto a los niños. Quejándose también de los malos comentarios que el Superior de Lyon y los Padres han difundido respecto a él, Lavigerie asegura que en caso de reincidencia, estará obligado a divulgar las acusaciones manifestadas en ese proceso: "Será un golpe mortal para usted y su Sociedad", escribe al Padre Planque (*6).



*1- Carta de Planque al Padre Duret, 15/11/1875.

*2- Carta de Planque a Lavigerie, 7/1/1876- El padre renueva un pedido explícito de reparación.

*3- Carta de Lavigerie a Planque, 12/2/1876. El arzobispo rechaza el acuerdo puramente oral con el fallecido Monseñor Callot.

*4- Esa investigación administrativa a la Sociedad se hace del 24 al 28/1/1876. El texto está firmado por Lavigerie, por su canciller Combet y asentado con su sello, AMA.

*5- Cf. Carta de Planque a Monseñor Callot, 10/3/1874; al padre Courdioux, 24/8/1874, y al padre Duret, 20/7/1875. Mientras vivía Monseñor Callot, los Padres, habiéndose dado cuenta de la mala gestión del orfanato, habían prevenido al Superior que, desde entonces, buscaba desprenderse de esa obra para consagrarse a Kabylie.

*6- Carta de Lavigerie a Planque, 12/2/1876 en roma, abril de 1876: acusaciones muy duras e infundadas.

martes, 12 de mayo de 2015

CAPITULO 7: HACIA OTRA ÁFRICA (9)

1- EN ARGELIA (8)
  ORAN

Pero hay un nuevo problema: las dos parroquias a cargo de las Misiones Africanas están demasiado alejadas entre ellas para que los Padres vivan juntos. El Superior debe conseguir que se lo libere de Rouban porque la vida común constituye un punto esencial de las Constituciones sobre lo cual no hay que ceder. "Sin éste modo de actuar, saldríamos de nuestras reglas, que no debe ser así, por el interés del bien mismo que buscamos hacer." (*1)
Los dos Hermanos conservarán sólo Maghnia como residencia común. "El título de párroco no podrá predominar."

En compensación de Marruecos que es todavía inaccesible, la Propagación de la Fe examina la posibilidad de atribuir a las Misiones Africanas dos territorios al sur de Trípoli: Fezzan y Bornou (*2). Entonces Kabylie podría ofrecer "un excelente medio para aclimatar a los jóvenes Hermanos, enseñarles el árabe y darles una cierta experiencia de las maneras de comportarse y de vivir con pueblos cuya cultura es para ellos tan extraña.(*3)


Desgraciadamente a fin de año, sobrevino el suceso que se temía: enfermo y de regreso a Francia desde hace algunos meses, Monseñor Callot muere en Beaujeu (*4); su desaparición arriesga golpear a la Sociedad cuyos proyectos desde hace tres años conocen tantos obstáculos. Un nuevo período sombrío aparecerá puesto que el arzobispo de Argel seguramente se impondrá como administrador apostólico del sitio vacante. Hipótesis verificada: a los tres días del anuncio del deceso, Lavigerie llega a Orán.

En un primer tiempo, confiando y lleno de ilusiones como le sucede a veces, el padre Planque no se inquieta desmesuradamente por ese presencia. No cree que, "durante su tránsito, Lavigerie aflija a los Padres en los distintos puestos donde están." (*5) Pero las ilusiones duran poco...porque uno de los primeros actos del nuevo Administrador fue suprimir el orfanato árabe de M´Sylla. "Nuestros Hermanos regresarán", observa simplemente el Padre Planque. (*6)

En la carta de destitución, el arzobispo se cuidó también de agregar que: "La Sociedad de los Misioneros de Argel que cuenta con un número suficiente de miembros, considera poco natural que las Misiones Africanas continúen teniendo representantes en Argelia." (*7) 
La rapidez y autoridad con la cual la orden de partir acaba de serle notificada sorprende al Padre Planque. Con toda la seguridad que le da su derecho, hace notar que su Sociedad, fundada bajo el impulso de la Propagación de la Fe para África, fue llamada por el obispo de Orán: "No nos hemos alejado de nuestro fin al responder a su pedido, dice." (*8)



*1- Carta de Planque a Monseñor Callot, 26/1/1874. Sobre la necesidad de conservar la vida en comunidad, varias cartas al Padre Courdioux, Poupart, Louapre, Beaugendre, enero a marzo de 1874.

*2- Carta de Planque al Cardenal Franchi, 23/6/1875- Cf. también al Padre Duret, 10/7/1875

*3- Carta de Planque a Duret (*2)

*4- Carta de Planque al Padre Moreau, 10/11/1875.

*5- En la misma carta a Moreau (*4)

*6- Carta de Planque al Padre Guillet, 11/11/1875 y al Padre Pourret, 11/12/1875.

*7- Carta de Lavigerie a Planque, 7/11/1875: Es una carta de expulsión no solamente fuera de Orán, sino fuera de Argelia.

*8- Carta de Planque a Lavigerie, 15/11/1875.

domingo, 10 de mayo de 2015

CAPITULO 7: HACIA OTRA ÁFRICA (8)

1- EN ARGELIA (7)
ORAN

Por otra parte, el trabajo con los huérfanos continua en la zona fronteriza de Marruecos, en los territorios de Lalla Mghnia y de Gar Rouban. Asimismo la apertura  de éstos últimos puestos no deja de plantear otra pregunta, puesto que se trata solamente en los dos casos de un ministerio parroquial, ¿las Misiones Africanas deben aceptarlos? pero el padre Planque no perdió nunca de vista el objetivo de la primera evangelización: "Puesto que monseñor Callot nos coloca en las fronteras de Marruecos, responde a los que están dudosos, habrá que relacionarse con la gente del país y estudiar la posibilidad de tener una misión allí. Por otro lado, Lalla está cerca de las montañas donde hay kabyles, y si se ve una esperanza por allá, podríamos establecer una nueva misión. Así, no es simplemente ser cura, es apoyarse en una curia par orientarse hacia una verdadera misión y es en ese sentido que quisiera ver trabajar a nuestros Hermanos." (*1)

Para intentar un primer paso hacia Marruecos, el Superior envía al Padre Beaugendre que se adelanta hasta Oujda, pero regresa muy decepcionado porque no existe comunicación entre los centros y la inseguridad es grande por las razzias que hacen las tribus beduinas. Por otra parte, las autoridades militares francesas no dejan penetrar a nadie en "el suelo sagrado" y menos a un sacerdote católico, por temor a complicaciones políticas con el sultán de Marruecos. En conclusión, al menos por el momento, ese país permanece impenetrable. (*2)

La única pista todavía abierta, es la región de Lalla Maghnia designada con el nombre de "Pequeña Kabylie." "Pienso siempre, monseñor, en esos kabyles que están en los alrededores de Nedrona. ¿No cree que podríamos fundar más adelante en ese lugar una pequeña residencia de misioneros?" (*3)
Pero para vencer la resistencia de monseñor Callot, que no espera nada de esa población, el Padre Planque debe insistir mucho: "He dicho a su Excelencia que la Pequeña Kabylie nos agradaba ,igualmente, hemos sido fundados para ser misioneros ante todo y para ocuparnos de los pueblos originarios de África, aunque sean difíciles los primeros contactos con ellos." Y para que todo esté bien claro, agrega: "Los puestos que ocupamos junto a los colonos europeos no deben  hacernos olvidar el fin principal de nuestra institución." (*4)


*1- Carta de Planque al Padre Courdioux, 19/11/1873.

*2- Sobre las esperanzas e imposibilidades de acceso a Marruecos: carta de Planque al Padre Beaugendre, 15/4 y 24/8/1874. Sobre todo, carta al Cardenal Franchi, 10/11/1874.

*3- Carta de Planque a monseñor Callot, 26/1/1874- al padre Courdioux, 17/2/1874: "No soy de la opinión de monseñor Callot que no hay nada que hacer con los kabyles. Sin ninguna duda, hace falta tiempo y paciencia, pero sobre todo, nuestra tarea, es una tarea de paciencia. Y además, es una verdadera misión. ¿No habremos hecho mucho por África si lográramos conquistar algunas familias kabyles?"

*4- Carta de Planque a monseñor Callot, 17/2/1874.

miércoles, 6 de mayo de 2015

CAPITULO 7: HACIA OTRA ÁFRICA (7)

1- EN ARGELIA (6)

ORAN

Por muy decepcionante y penoso que haya resultado ese fallido episodio en la diócesis de Argel, a los ojos del Padre Planque no es más que un incidente en el camino. Pero hay otra vía que se abre en los meses siguientes: ¿Permitirá ésta encontrar un lugar más estable para otra misión?
De paso por Lyon, Monseñor Callot, obispo de Orán, se reúne con el padre Planque. Ambos se conocen de larga data: el obispo, originario de Beaujeu en el departamento del Rhône, estuvo de párroco en la parroquia del Buen Pastor en Lyon. ¿Por qué las Misiones Africanas no irían a instalarse en su país, en M´Sylla, a unos diez kilómetros de Orán? La invitación de Monseñor Callot es tanto más urgente cuanto que ya se ha adquirido una propiedad que querría trasformarla en un establecimiento agrícola para los huérfanos recogidos como consecuencia de los años de hambre.(*1)
El necesita entonces, sacerdotes y Hermanos para tomar la dirección de esa casa.

La idea seduce al Superior siempre en busca de territorios. ¿No será una compensación a los desengaños anteriores y la ocasión de regresar a Argelia con la cabeza en alto?
Al mismo tiempo, esa implantación favorecería la realizadión de otro proyecto cuya idea madura desde hace mucho tiempo: adjuntar a las Misiones Africanas una comunidad de Hermanos para secundar a los misioneros en las tareas de enseñanza, aprendizaje de los oficios y otros trabajos manuales.(*2)
Un acuerdo fue cerrado con monseñor Callot...pero por desgracia sólo fue verbal. tres años más tarde, un texto escrito hubiera facilitado más las cosas. (*3)  
Para ir hasta el final de sus planes, Planque quisiera crear en M`Sylla lo que él llama, en una carta al padre Louapre, un verdadero "lugar nuestro"(*4), una casa que sea propiedad de la Sociedad y le asegura su independencia. Así se evitaría que se repitieran las molestias que acaban de vivir y la necesidad de abandonar los lugares de trabajo sin nada a cambio. Pero la Propaganda Fide le pedirá que renuncie a su idea de noviciado pues está demasiado cerca de Argel y se teme despertar nuevos enfrentamientos. (*5)

El Padre Planque obedece, no sin decir su pena y su sorpresa: "No pensaba que Monseñor arzobispo de Argel debiera ocuparse de lo que pasa en la diócesis de Orán" y agrega -lo que da la prueba de su rectitud y su deseo de paz: "lo que sucedió entre Monseñor Lavigerie y nosotros, no era un conflicto real...y creía éste asunto completamente terminado"(*6) 
En cuanto al noviciado de los Hermanos, esperará hasta más adelante para establecerlo. Pero frente a Monseñor Callot y a los Padres de M´Sylla, el Padre que no busca verdaderamente reanimar las querellas, permanece muy discreto ante el rechazo de Roma, y para justificar su retiro, adelanta simplemente la idea que, para reclutar Hermanos, la diócesis de Clermont podría ofrecer más oportunidades de éxito." (*7)



*1- Una terrible hambruna en 1867-68, había diezmado a la población.

*2 y *4- Carta de Planque al padre Louapre, 2/10/1872.

*3- Carta de Planque a Lavigerie, 23/1/1876: "Entre Monseñor obispo de Orán y nosotros, no ha intervenido nada en forma estricta de tratado escrito, pero un acuerdo que tiene por sí mismo la fuerza de un contrato obligatorio." Sin embargo no tuvo éxito.

*5- Carta del Cardenal Barnabo a Planque, 19/11/1872: "En cuanto al noviciado que espera fundar en Orán, le advierto que será necesario renunciar...Temo que esa fundación tire aceite al fuego..."

*6- Carta de Planque a Barnabo, 31/12/1872: el Padre acepta, pero se siente verdaderamente apenado. "Nosotros existíamos con la aprobación de la Propaganda, teníamos una misión, nuestro nombre y un fin asignado por su Eminencia, aún antes que Monseñor (Lavigerie) estuviese en Argel..."  

*7- Carta de Planque al padre Louapre, 31/1/1873 y 5/3/1873- a Monseñor Callot, 5/3/1873: "En otra ocasión, hablaré a su Excelencia de ciertos obstáculos que tienen que ver con esa obra."

martes, 5 de mayo de 2015

CAPITULO 7: HACIA OTRA ÁFRICA (6)

1- EN ARGELIA (5)

MISIÓN SIN FUTURO

Acusaciones graves que el obispo de Argel se considera "de conciencia obligado a hacer conocer confidencialmente a Roma para no comprometer el porvenir de los que llevan, también, el nombre de Misioneros de África. Un documento duro, sin matices, sin ninguna palabra de benevolencia...¿verdaderamente merecieron semejante tratamiento y tal injusticia?

A pedido de Roma (*1), el padre Planque también da su versión de los hechos, lo que le permite refutar las críticas mal intencionadas y rehabilitar a sus sacerdotes, después de haber insistido con honestidad en una carta anterior sobre el estado de su administración (*2). La Sociedad no tiene deudas, y el Padre explica como los préstamos e hipotecas que le reprocha el arzobispo están ampliamente cubiertos. Además no está al borde de la quiebra...Se le cree sin esfuerzo, por cuanto se lo conoce tan atento al equilibrio de los recursos, en África como en Francia.

A los puntos débiles de la Obra, el Padre también los reconoce francamente. Sus sacerdotes son jóvenes e inexpertos, pero "cómo mejorar, dice con humor, no se envejece a los hombres en un día." (*3) Está muy consciente de que algunas partidas a la misión son a veces prematuras. Tantos vacíos se producen en las filas que se encuentra obligado a tales medidas. Es una laguna que debe remediar. Al menos, el Superior tiene el derecho de esperar que, en el contacto con los más ancianos, los Padres jóvenes puedan adquirir algo de lo que les falta-especialmente la experiencia de la vida misionera- y entrenarse más fácilmente en el estudio de las lenguas locales. Pero ¿como monseñor Lavigerie se atreve a sostener que esos mismos Padres que mueren en el lugar con tanto coraje, y no regatean ni su entrega, ni su vida, no tienen espíritu de vocación? La conducta de los mismos incluso rechaza "ese agravio" (*4).

En cambio, hay que reconocer que el obispo de Argel tenía algo de razón al ver en el Padre Planque un hombre "siempre en búsqueda de dinero"...El Superior de Lyon está verdaderamente desbordado, acaparado por tareas que se multiplican todos los días y no le dejan ningún descanso...
Sin embargo, hubiera sido más justo y conforme a la bondad evangélica saludar la devoción de un jefe que se daba en todo y a todos, sin medir su esfuerzo...Eso, no lo hace Monseñor Lavigerie pues está aferrado a una actitud de oposición y de rivalidad, bastante inexplicable por otra parte.

Sin embargo, en los días difíciles del comienzo de ese año 1872, le queda al padre Planque un verdadero consuelo: no está solo y puede contar con sus amigos. Primero es Monseñor Ginoulhiac que, invitado a dar su opinión, aporta un testimonio muy fuerte de estima y de amistad (*5) a la Sociedad y al Superior que conoce bien. Se añadirá además la palabra favorable de Monseñor Comboni, que estimaba mucho al Padre Planque (*6). En cuanto al cardenal Barnabo, que no puso nunca en duda la sinceridad, el desinterés y la voluntad enérgica del padre Planque, pide a Monseñor Lavigerie una información más precisa sobre los hechos que condenó, porque él mismo no encuentra la prueba. (*7)
En Lyon, los Padres pueden apreciar todavía la confianza y el apoyo de la Propagación de la Fe y de su Prefecto...Pronto necesitarán prepararse para volver a partir.


*1 - Carta del Cardenal Barnabo al Padre Planque, 18/1/1871, AMA.

*2 y *4 - Carta de Planque a Barnabo, 24/1/1872: interrogado por el Prefecto, el Padre Planque responde a las acusaciones del obispo que le fueron transmitidas.

*3- Carta de Planque a Lavigerie, 13/10/1871.

*5- Carta del Cardenal Prefecto a Monseñor Ginoulhiac, 15/2/1872. Respuesta de Ginoulhiac a la Propagación de la Fe, citada en la Ponenza del 31/5/1872- El arzobispo hace registro de la "inteligencia del gobierno del seminario, de la preparación cuidadosa que reciben en ella los aspirantes, aunque se pueden lamentar las partidas demasiado rápidas..."

*6- Carta de monseñor Comboni al Padre Planque, mayo de 1872: "Le puedo confiar que aquí, en la Propagación, estamos todos a su favor. Usted lo merece ciertamente pues ha hecho mucho por el África y esperamos que estará consagrado hasta la muerte." AMA. Comboni, a quien encontraremos más tarde, fundó una Sociedad de misioneros en África central.

*7- Carta de Barnabo a Lavigerie, 16/2/1872: "Frente a una acusación general, no he podido obtener informaciones que me hubieran convencido completamente."

lunes, 4 de mayo de 2015

CAPITULO 7: HACIA OTRA ÁFRICA (5)

1- EN ARGELIA (4)

MISIÓN SIN FUTURO

En el siguiente diciembre, el Padre Charmetant, un sacerdote enviado de Argel por Monseñor Lavigerie, va a Francia para visitar los seminarios y llega a Lyon. Monseñor Ginoulhiac desea que, antes de dirigirse a los seminaristas, se encuentre con el Padre Planque. Este, una vez más, intenta el apaciguamiento. No hace objeciones a la visita, recibe al Padre Charmetant, le desea incluso buena suerte asegurándole "que hay vocaciones para todos". Sólo se muestra firme e intransigente en un punto: que el Padre Charmetant deje de confundir sus dos Sociedades como lo ha hecho en sus discursos en otras diócesis y que no cuente inexactitudes graves que sólo pueden dañar a las Misiones Africanas.

En Argel, entretanto, desacuerdo u oposición continúan y se agravan. El episodio más serio se produce en Saint-Eugène, una semana después de Navidad y es la gota  de agua que hace desbordar todo. Un hecho banal, una cuestión de disciplina como sucede en todos los establecimientos escolares y que no habría debido dejar huellas (*1). Pero Monseñor Lavigerie por supuesto dramatiza las cosas. Solamente, el Padre Louapre, que desea excusarse ante él por la vivacidad de sus palabras, no acepta reconocer errores que, en conciencia, dice no haber cometido. Esa vez, la tensión deviene demasiado fuerte para no causar la ruptura. El Padre Planque, "lamentando que el obispo no se sienta satisfecho con sus Hermanos, le pide que le sean devueltos" (*2). Y de Aumale, como de Saint-Eugène, regresarán con intervalo de algunos días. (*3)

Monseñor Lavigerie está muy disgustado. El gran proyecto de fusión que ambicionaba acaba de revelarse irrealizable.(*4) Debía haber quedado ahí, puesto que de hecho no tenía ningún interés en prolongar esa experiencia, siendo que las visitas del Padre Charmetant a los seminarios comenzaban a llenar su propio noviciado. Por otra parte, lo más penoso en éste desdichado asunto, el más incomprensible también- las cualidades excepcionales que han hecho de Charles Lavigerie uno de los grandes obreros de la evangelización en el siglo XIX- fue precisamente la continuidad que quiso dar a la ruptura de las relaciones con las Misiones Africanas bajo la forma de un extenso informe dirigido a la Propagación de la Fe, informe en el cual una gran parte es un cuestionamiento fuera de su lugar, de la Sociedad y de su Superior. (*5)



*1- Carta de los Padres Louapre y Guillet, 31/12/1871.

*2- Cartas de Lavigerie al Padre Planque, 30/12/1871 y 1/1/1872. El obispo critica el desorden que reina en toda la Sociedad. cf. Carta de Planque a Lavigerie 2/1 y 5/1/1872: pide el regreso de los sacerdotes.

*3- Los Padres de Saint-Eugène irán a pedir hospitalidad a los Trapenses de Staouëli. Los de Aumale les seguirán poco después.

*4- Desde julio de 1871, el Padre Planque no ha dejado subsistir ilusiones sobre una fusión entre las dos Sociedades. Este fracaso de "su proyecto considerable" es el motivo, sin duda,de la oposición que Lavigerie no dejará de manifestar ante todos los otros proyectos del Padre Planque.

*5- Carta de Lavigerie al cardenal Barnabo, 31/12/1871.