lunes, 27 de octubre de 2014

UN NUEVO HORIZONTE (8)

3- HORA DE LA PARTIDA (3)

La decisión de Agustín es sin embargo algo sorpresiva y hasta imprevisible...El ofrecimiento que le hace Brèsillac no es más que un esbozo de proyecto, un esquema posible de Sociedad. ¿Quiénes serán los compañeros de armas? ¿Dónde se alojarán? El obispo ha previsto apenas un punto de encuentro... ¿De qué vivirán?¿Con qué recursos? Y la perspectiva de tener "por lo menos lo que serìa suficiente al profeta, una cama, una mesa, y un candelabro." (*1), si bien se abre a promesas entusiastas de desprendimiento, entusiasmantes para un  corazón generoso, no trae consigo una gran seguridad... ¡Agustín, sin duda, ha debido hacerse todas estas preguntas (*2), pero nada parece haberlo perturbado! Pues, por encima de todo, es feliz al seguir su ilusión. Y su alegría aunque contenida, viene de lo más alto, revela la íntima convicción que es la suya, de haber encontrado su destino y de responder a su vocación.

Durante el verano, las noticias recibidas de Monseñor Marion de Brèsillac, son algo más precisas.
El obispo está en Lyon, donde, desde junio, parece resuelto a quedarse. (*3). Ha encontrado por fin, la casa que le conviene y a fines de julio el asunto está concluido "con las Damas Carmelitas que eran las propietarias." "Una casa, que no deja de tener su encanto, escribe, en su pequeño espacio cercado, cerca de la ciudad, con una vista magnifica", una admirable ubicación en la colina de Sainte-Foy"... Todo ésto hará olvidar tal vez "las cosas que faltan", una pobreza acerca de la cual el obispo previene con sencillez a su corresponsal...(*4) Y agrega: "Rece mucho, haga rezar también a las personas piadosas que conoce y pida a Dios que nos dè fuerza en las contradicciones, paciencia en las pruebas y los inconvenientes inseparables de todo comienzo." (*5)

La hora llegó por fin. Su hora, en la cual por intermedio de la Misiones Africanas se consagrará a la causa de la lejana evangelización.
Entonces, parte hacia Lyon, pronto a caminar sobre las aguas, ya que su energía es grande pero lo es más aún su confianza en el Señor. 
Llega el 6 de noviembre por la noche y encuentra donde pernoctar cerca de la plaza Bellecour.



*1- Brèsillac al P. Planque, fin octubre 1856, cf. DMF, p. 176.

*2- Carta de Planque a Brèsillac: "Permìtame, Monseñor, preguntarle ¿dónde piensa fijar su casa?" La pregunta sin embargo no parece trasuntar ninguna inquietud.

*3- Cartas de Brèsillac al Sr. Vian 21/6/1856, a la Sra. Blanchet 24/6/1856, citadas en "La vie de Mons. de Marion Brèsillac", por el R.P. Le Gallen, edic. Paquet, 1910, p. 487.

*4- Brèsillac al P. Planque, fin de julio de 1856; a Barnabo, 18/11/1856. Cf: "Journal 1856-1859. p. 42-43.

*5- Brèsillac a Planque, a fin de julio de 1856.

domingo, 26 de octubre de 2014

UN NUEVO HORIZONTE (7)

3 - HORA DE LA PARTIDA (2)

La respuesta de Monseñor De Brèsillac llega enseguida en una carta larga, cálida y hasta entusiasta. El futuro Fundador de las Misiones Africanas fue conquistado por la rectitud y simplicidad de su corresponsal y parece haber percibido inmediatamente el gran deseo de Agustín y lo impulsa a partir. "La perseverancia hasta su edad en el deseo de trabajar en la obra de las Misiones me parece ser un signo poderoso de vocación"..."su posición, los antecedentes que me hace conocer, todo me hacer creer que su vocación es segura." (*1)
Tambìen para el obispo, la gestión de Agustín tiene un carácter providencial ya que necesitará precisamente "a hombres como él, que no partirían inmediatamente, sino que esperando unìrsele más adelante, serían muy útiles para la nueva asociación." 
"Dios que dispone de los hechos y de nuestro propio corazón como Él quiere...¿no habrá querido reservarlo a usted para la obra en la que medito?" (*2)

Desde ese momento todo parece transcurrir sin dificultades. De un lado como del otro, las cartas intercambiadas revelan que los contactos son excelentes. hacen pensar que, desde el primer instante, hubo una connivencia y una proximidad, "átomos ensamblados", entre Brèsillac y el joven Planque. Sus futuros se unieron enseguida en la confianza, la sinceridad y el afecto.
Tanto como la seriedad de Agustín que no toma su compromiso a la ligera, lo que transparentaba también en esa correspondencia es la libertad de espíritu en la cual parece evolucionar ahora que un camino se le ha abierto y que crece su esperanza de dejar el seminario en el otoño de 1856, antes del inicio escolar. 

"Por la gracia de Dios y el designio particular de su Providencia, escribe al obispo, todo parece unirse a favor del proyecto que le he comunicado y en el cual ha tenido usted la bondad de animarme." (*3)
"Todo me hace desear, Monseñor, la pronta apertura de su casa...confío en que no habrá más obstáculos." (*4) 
Pero llevado por una gran necesidad de equidad y de delicadeza, quiere arreglar los asuntos pendientes con las Misiones Extranjeras, la Sociedad de San Bertin y el obispo de Arras. En cuanto a la Tía Poupart, no le ocultará su partida pero le resultaría difícil no prometerle una visita casi todos los años.


*1 y *2- Brèsillac al Padre Planque, fin de mayo 1856, AMA y DMF, p. 157 y sig.

*3- Carta de Planque a Brèsillac, 10/6/1856.

*4- Carta de Planque a Brèsillac 3/7/1856

sábado, 25 de octubre de 2014

UN NUEVO HORIZONTE (6)

3- HORA DE LA PARTIDA (1)

En efecto, pasarán dos largos años hasta ese 23 de marzo de 1856, en que se cumplirá definitivamente el destino del Padre Planque.
Ese día, el diario "L`Univers" publica un artículo en el que trata de los pueblos más abandonados de África. El que escribe es un obispo misionero, Monseñor de Brèsillac, que regresa de India, y quisiera, según el deseo de la Sagrada Congregación de la Propaganda Fides, fundar una Sociedad en favor de los países donde hasta entonces el Evangelio ha penetrado muy poco y piensa en Dahomey. Pero para alcanzar su meta debe asegurarse la colaboración de algunos sacerdotes que como él estuviesen convencidos de la urgencia de la tarea.
Esto es lo que Agustín acaba de ver casi por casualidad. Decir que siente como un flechazo por la propuesta que se le ofrece, serìa olvidar su temperamento de flamenco, reflexivo, que no puede tomar una decisión tan importante antes de haberla madurado largamente. Pero es seguro, el artículo de "L`Univers" atrae inmediatamente toda su atención. Con su fe y su hábito de hallar al Señor en lo cotidiano de la vida, Agustín siente que ese llamado está destinado a él, tanto más que se ajusta en todo a su situación personal. Monseñor de Marion de Brèsillac prevé en efecto, "que un cierto número de misioneros deberán permanecer momentáneamente en Europa para comunicarse con las Misiones y proveer a sus necesidades." (*1) No se trataría entonces de una partida inmediata. Y eso es lo que él desea.
El futuro se aclara, sin embargo el joven sacerdote no se apura, mide todo, pide consejo y recién en mayo -dos meses más tarde- escribe a Monseñor de Marion de Brèsillac para exponerle su caso y proponerle ya su colaboración. Una carta franca, abierta, en la que "se toma la confianza de pedir información y opiniones necesarias para instruirlo"..."Me he preguntado cuando he visto nacer su bella obra si Dios no me ofrecía un medio de ejecutar un proyecto alimentado durante tan largos años." (*2)
No oculta nada de su situación familiar, de sus gestiones y fracasos, ni de su impaciencia por "volar hacia el terreno a desmalezar." "Sin embargo, confesará más tarde, mi primer pensamiento, Monseñor, era de no hablarle de todo esto...pero creí más conforme al espíritu de sencillez, no ocultarle nada." (*3) 


*- Esta cláusula está expresada en la reseña redactada por Brèsillac y cuyo original se encuentra en los archivos de la Propaganda Fide. Sobre ésta reseña, ver "Journal 1856-1859, p. 12 y nota 7, AMA. Ver también "Documents de Missions et de Fondations", presentados por J. Bonfis, edit. Mediaspaul, 1985, p. 273, nota 56.

*2- Carta de Planque a Brèsillac, 23/5/1856

*3- Carta de Planque a Brèsillac, 10/6/1856

lunes, 20 de octubre de 2014

UN NUEVO HORIZONTE (5)

2- PROYECTOS (3)

A pesar de sus sueños sobre Australia, el joven Padre Planque se vuelve hacia los Lazaristas, sin señalar preferencia por ningún continente, atraído quizás por la personalidad de San Vicente de Paul que conoció en el Seminario.
Aunque no se poseen las cartas que escribió al Superior de esa congregación, sí se tienen las respuestas recibidas sin duda al pedido de informaciones. Estas respuestas no le aportan nada que pueda convenirle, menos aún entusiasmarle. La Sociedad de San Vicente no es exclusivamente misionera, envían solamente "a las Misiones a quienes expresan el deseo". El proyecto queda asì, sin consecuencias.
Nueva gestión ante las Misiones Extranjeras. Esta vez, la correspondencia intercambiada podría hacer pensar que va a decidirse por ese lado. Puesto que en una de las cartas del Superior se encuentras éstas palabras: "Tengo el agrado de anunciarle su admisión en nuestro Noviciado." (*1)
Pero cómo seguir el consejo que le dan en el Seminario de París? Allá, los Superiores no han comprendido su problema... ¿Agustín podría partir son hablar con la Tía Poupart? Además, sabe que comunicárselo podría ser fatal para la anciana. Al ofrecerle las Misiones Extranjeras tan sólo una posibilidad de partida inmediata par el Extremo Oriente, se encuentra de nuevo en un callejón sin salida. ¿Qué hacer? sino "seguir los consejos de su director de Arras, y para realizar sus proyectos, contar con un cambio de circunstancias? (*2)
Pero su impaciencia crece, se la percibe en algunos de sus escritos posteriores: "Reconozco que el obstáculo que me ha retenido es frágil y puede desaparecer de un día para el otro, pero puede permanecer por algunos años...y ya voy a tener treinta." (*3) "Si sólo se tratara de mí, ninguna consecuencia personal me detendría y hubiese partido hace dos años. pero seguí consejos que consideré entonces sabios, esperé y espero todavía." (*4)


*1-  Se tienen 4 cartas de Superior de las Misiones Extranjeras de París al Padre Planque: 2
3/3/1854, 19/4/1854; 2 y 24/8/1854.

*2- Este será el contenido de las cartas que Agustín escribirá inmediatamente a Monseñor de Brèsillac, cuando le expondrá sus dificultades y su confusión. Cf. las del 23/5/1856 y siguientes.

*3- Carta del Padre Planque a Mons. de Brèsillac, 23/5/1856.

.*4- Carta del Padre Planque a Mons. de Brèsillac, 10/6/

viernes, 10 de octubre de 2014

UN NUEVO HORIZONTE (4)

2- PROYECTOS (2)

¿Cómo no pensar que tantas ideas entusiastas e iniciativas generosas compartidas durante estos años no iban a llevar y sostener a Agustín en su propia reflexión?Los compromisos de sus mejores amigos no podías sino estimular su deseo y alentarlo en la búsqueda de una solución. Porque la situación del joven Padre Planque no es sencilla. De hecho, no puede disponer de si mismo, ni alejarse del norte. Paradójicamente, el obstáculo proviene de quién más le ayudó a seguir su camino: la tía Poupart. Próxima a sus 90 años, siempre lúcida y valiente, al pensar en su eternidad, confía en que su sobrino la asistirá cuando lleguen sus últimos momentos(*1).
Agustín muy unido a ella, y consciente de su gran deuda le promete lo que ella espera. Pero es una promesa que le pesa, y que corre el riesgo si no de comprometer su proyecto, por lo menos de retrasarlo por largo tiempo.
Sin embargo, no se echará atrás en su decisión de partir. Desde 1854, resuelto a intentarlo todo para alcanzar su fin, comienza a pasar a los hechos. Si tenemos en cuenta una carta dirigida al Padre Sullivan, sus primeras gestiones habrían comenzado mucho antes (*2): "...agradezco a Dios el abrirle las puertas de ese hermoso país, que es Australia, escribe. Cuando era joven seminarista, tuve la idea de ir en misión a esos parajes y hasta escribí, con ese motivo, al alguien que creía que podía informarme. No logré lo que buscaba. pero durante muchos años me dediqué a seguir el desarrollo de ese país, en los Anales de la Propagación de la Fe."(*3)
Otras cartas confirman la misma orientación: "Hace cincuenta años soñaba con ser misionero (*4) en los países donde está usted. Australia y los países vecinos me obsesionaban. Hasta escribí al secretario de la Propagación de la Fe para saber dónde dirigirme para realizar mi proyecto. En ese tiempo era alumno del seminario. Después me enfermé y por mucho tiempo tuve que cuidar mi estómago que mejoraba con dificultad..."(*5)
Años más tarde insiste con respecto a lo mismo: "Permítame decirle que Perth, en Australia, despierta en mí antiguas aspiraciones...Dios ha dispuesto para mí otra cosa, pero el nombre de Perth, lo he guardado en mi corazón."(*6)

*1- Agustín no podrá asistir a su tía Poupart que muere el 8 de diciembre de 1856, ya que ese mismo día está en Fourviére, con Monseñor de Brésillac y los otros compañeros, para consagrar a María, la nueva Sociedad de Misiones Africanas.
*2- Sería al terminar el seminario menor, o en los primeros años de filosofía, en el seminario mayor.
*3- Al Padre O. Sullivan, 06 de marzo 1889.
*4- Agustín Planque al Padre Sullivan, 22 mayo 1890. Hay que ubicar esta gestión poco tiempo antes de enfermarse, es decir en 1845 o 1846.
*5- Esta enfermedad del estómago, que le hizo abandonar sus estudios por algún tiempo, le dejará algunas secuelas.
*6-Agustín Planque al obispo de Perth, el 01 enero 1893.

UN NUEVO HORIZONTE (3)

2- PROYECTOS (1)

A lo largo de sus años de adolescencia y de estudios, hemos podido señalar algunos mojones que han jalonado la marcha de Agustín.
En Lille, la lectura de los Anales de la Propagación de la Fe y más aún, toda esa nueva corriente que, en los cristianos de la época, es favorable al apostolado de las Misiones sólidamente animada por la acción de los Papas Gregorio XVI y Pío IX.
En Cambrai, superado el período del Obispo Belmas, se ingresa con Monseñor Giraud en un clima de apertura a la iglesia universal. 
Desde entonces, las puertas de los colegios ya no se cierran a los misioneros que regresan a Francia.
Estos, cuando visitan las parroquias, escuelas, instituciones, relata sus adelantos trabajosos en tierras no cristianas y los riesgos que corren por la evangelización.
Muchos visitantes vienen al seminario: Monseñor de Forbin-Janson, Fundador de la Infancia Misionera, que es incansable contando historias de China y de América; un misionero marista de Lyon, el señor Espales, que habla de Oceanía, lugar donde morirá un año más tarde. También vienen el señor Ratisbonne, hermano de Alphonse, el convertido de Roma que fundó la Congregación de las Hermanas de Sión, luego, monseñor Venables, el Padre Libermann, que recorre las diócesis de Francia en búsqueda de vocaciones y muchos otros...
Marcq reserva igualmente a Agustín otro encuentro con uno de sus colegas, el señor Wibaux, quien en ese momento se cuestiona sobre un eventual cambio de orientación y va a pedir consejo al Cura de Ars...

miércoles, 8 de octubre de 2014

UN NUEVO HORIZONTE (2)

PROFESOR (2)

Cómodo en una tarea que le conviene, con un porvenir que debía desarrollarse sin problemas, seguro de la confianza de los estudiantes y de los Directores que lo nombraron par ese importante puesto, el Padre Planque tiene todo, aparentemente, para ser feliz. Sin embargo, nada es definitivo.
De hecho, la carrera de profesor ya no puede colmar sus expectativas porque desde la época de Bergues había decidido irse.
¿Será el azar de os encuentros, de las conversaciones lo que lo empujó al cambio de orientación?
Lo que conocemos de él bastaría para desmentir esa interpretación. 
¿Teme la monotonía de una vida de docencia con perspectivas evidentemente muy limitadas?
Y sin duda su temperamento más profundo, la necesidad de espacios más amplios como también sus sueños de adolescente no fueron ajenos a su elección; no hay vocación desencarnada.
Porque es ciertamente de vocación que hay que hablar aquí. 
Y que el porvenir que atrae a Agustín - y desde hace mucho tiempo- es la partida hacia las Misiones lejanas, las que llevarán "a los confines de la tierra".
Ese es el lugar en el que presiente que servirá al Señor. Y en las numerosas coincidencias que orientarán sus acciones nada será a sus ojos un producto de la casualidad.
En adelante todo se convertirá para él, en lenguaje y signo de Dios.

UN NUEVO HORIZONTE (1)

PROFESOR (1)

Una vez terminado el seminario, todo parece contribuir para mantener al joven sacerdote en la docencia puesto que en el comienzo de clases de 1850, aún antes de su ordenación, abandonó Marcq para ir a Bergues, a algunos kilómetros de Dunkerque.
El colegio de SaintWinoc, lugar al que llegó Agustín, era una casa venerable, respetada en la región por su antigüedad pero también por las horas de desgracia o de gloria que había pasado alternativamente (*1).
Debido a la ley Falloux, el Colegio retomó vida ese año y reabrió sus puertas. En efecto, en el norte, como en toda Francia, los obispos aprovechaban la libertad recuperada para fundar nuevos institutos secundarios o agrandar los ya existentes.
En ese momento, el Padre Planque, cuya cultura y cualidades de maestro todos aprecian, es propuesto por el señor Leleu, con el consentimiento de sus superiores de San Bertin, para convertirse en director legal en Saint Winoc, un cargo que equivale ya a una promoción.
Allí se queda cuatro años, luego por a rotación del cuerpo docente, lo encontramos nuevamente en Marcq como prefecto de estudios.
Un año más tarde, en el comienzo de clases de 1855, al estar vacante el cargo de profesor de filosofía del Seminario Medio de Arras, los Padres de San Bertin, con la autorización de los obispos responsables y conociendo las habilidades particulares de Agustín, le proponen ese nuevo cambio.
Tienen quizás la intención de vincularlo cada vez más al profesorado para mantenerlo en el Norte...pues los superiores no ignoran que Agustín piensa en dejarlos.

*1- El Colegio de Saint Winoc, fundado en 1600 por los archiduques de Flandes, siguiò alternativamente el curso de los èxitos y desgracias de la Provincia. Vio sus bienes confiscados por la Revoluciòn Francesa. En 1850, pasò a manos de los sacerdotes de San Bertin.

lunes, 6 de octubre de 2014

HACIA EL SACERDOCIO (6)

El 21 de diciembre de 1850, Agustín Planque recibe la ordenación sacerdotal de manos de Monseñor Règnier, que acaba de suceder al cardenal Giraud fallecido en abril. El nuevo sacerdote celebrará su primera misa en su iglesia natal, el lunes 23 de diciembre de 1850, y el párroco, Pbro. Baligaud, que reemplaza en Chemy al querido viejo párroco Coudrelier, hace todo lo que puede para que la fiesta sea muy solemne y que el pueblo entero participe.

Nos gustaría conocer los sentimientos de Agustín en el momento de su ordenación. No encontramos ningún rastro en sus recuerdos personales, pero sin embargo queda de él un conjunto de textos, notas de sermones, conferencias que dicen más que cualquier confidencia sobre la idea que él se hacía de su ministerio sacerdotal. 
De los textos en que expresa toda su fe, casi habría que decir toda su admiración, ante el sacrificio eucarístico al que gusta definir como "el misterio de la bondad divina" y su acción de gracias por el don de Dios que salva al mundo. "¡Qué importante es el sacerdote, escribe, puesto que recibió del Señor, después de los Apóstoles, el poder de renovar cada día esa ofrenda de Cristo que nos da la reconciliacìon y la paz!" "¡Misterio incomprensible, tan profundo como el amor de Dios por nosotros! Pronuncio palabras ¿pero quién puede comprender? Hay que creer  adorar!"

Convencido de la grandeza del sacerdocio, Agustín tiene plena conciencia de su situación de humilde servicio, pues el sacerdote es, según su expresión, sólo el "portavoz de Dios", llamado a darlo a conocer con la palabra y la Eucaristía hasta el extremo de la tierra. 
Entonces ¿vivió ya su ordenación sacerdotal como un primer paso -realmente decisivo- hacia un apostolado más lejano?

HACIA EL SACERDOCIO (5)

Durante dos años más Agustín Planque prosigue con regularidad sus estudios de teología. En esa época Alfonso de Ligorio es canonizado y sus escritos sirven a menudo de base en particular en la enseñanza que se les imparte sobre la moral. Una base que el futuro Superior de Lyon utilizará más tarde en sus numerosos cursos o sermones. Luego, a fines de 1849, después del examen ante el Cardenal, que aprueba con la calificación "Bueno", Agustín es admitido al sub-diaconado. Fue una ceremonia grandiosa por el número de participantes. En efecto había entre ellos veintidós sacerdotes, de los cuales dos Benedictinos del monasterio inglés de Darai, ocho diáconos de los cuales tres Trapenses de Notre Dame du Mont y veintidós sub-diáconos, entre los cuales Agustín Planque, Armando Fava y un Benedictino. Pero finalizada la ordenación, Agustín Planque no regresa a Cambrai. El obispo acaba de confiar una responsabilidad a ese estudiante de segundo año nombrándolo profesor en Marcq-en-Baroeul, en las afueras de Lille. Su preparación para el sacerdocio no está terminada, pero desde ahora la seguirá al lado del Superior de su nueva casa.

El colegio de Marcq, fundado en 1840 con el apoyo de católicos influyentes, estaba dirigido por los sacerdotes de San Bertìn, una sociedad cuyos miembros tenían como tarea principal la enseñanza, y que deseaba formar una élite de educadores, dándoles la oportunidad de agruparse y de compartir sus experiencias de maestros. Agustín no fue un societario, sino un miembro agregado, sometido, por lo demás al mismo reglamento minucioso y muy exigente. Aquí se sintió feliz y cómodo en medio de sus colegas y recordará con placer el buen espíritu y la unión fraterna que reinaban entonces en la Sociedad.

En la  primavera de 1850, breve retorno a Cambrai. Con vistas al proyecto de diaconado y al sacerdocio, Agustín debe rendir un nuevo examen en el que recibirá la mención "supra bene". Sin duda no pudo obtener, como varios de sus compañeros un "optime", a causa de la responsabilidad de cursos y por estar ausente del Seminario por varias semanas. Sin embargo cuando se conoce al trabajador infatigable y concienzudo que siempre fue, serìa injusto señalar una preparación insuficiente.
Agustín Planque recibió el diaconado el 16 de marzo de 1850. Se invitó al obispo de Gand para la ceremonia que se realizó en el monasterio de los Benedictinos de Esquermes porque la salud del Cardenal Giraud, desde hace mucho tiempo disminuida por una enfermedad del corazón, le exige que se cuide. Con Agustín, son veinte diáconos, cinco sub-diáconos y nueve sacerdotes entre los cuales tres Trapenses y por última vez se encuentra allí al amigo Armando Fava, que unos meses después, entrará en el seminario de los Padres del Espíritu Santo.

HACIA EL SACERDOCIO (4)

Agustín Planque debía participar en todos estos acontecimientos asistiendo a las ceremonias, leyendo los textos....¿Cuáles podían ser entonces, en ese joven, salido de un medio rural, naturalmente conservador, los sentimientos, los temores quizás, o también las reticencias, frente a la evolución política y en especial frente a las tomas de posición expresadas por su obispo? No se ha expresado especialmente al respecto. Pero, independientemente de cuáles hayan sido sus preferencias políticas, junto con cierta desconfianza hacia la República y hacia los movimientos que exteriormente parecen de agitación o de insurrección, es seguro que Agustín Planque está del lado del Cardenal Giraud cuando éste opta por los pobres. Es solidario con ésta gente mal alimentada y mal pagada que por la miseria de vuelve cada vez más hostil a Dios y a la Iglesia.
Conservará siempre el sentido de la pobreza, el respeto a las desdichas y el deseo de ayudarlos.
Todo lo que más tarde marcará su vida de misionero lo debe quizás en buena medida a las lecciones de aquellos años. Tambìen deberá comprometerse para luchar contra la esclavitud y denunciar las injusticias. Recordará a los Sacerdotes y Hermanas que tienen que acercarse a los más humildes entre los africanos, que la Misión fue creada para ellos y que deben tenerse en cuenta todas sus necesidades.


HACIA EL SACERDOCIO (3)

En el verano siguiente, Monseñor Giraud, recientemente nombrado cardenal, recibió la birreta de manos del rey Luis Felipe (1) y al reinicio académico de 1847, en Cambrai, hace una entrada que podemos calificar de triunfal, para ser entronizado con su nuevo título. Siempre preocupado por la renovación espiritual de su diócesis y de todo aquello que pudiera favorecer el culto y la oración, el nuevo cardenal tiene no obstante un lugar de primer plano en la vida política y social del país cuando los acontecimientos toman un carácter grave en los años 1847-1848. Después de Monseñor Belmas que se había pronunciado contra la sed desmedida de riquezas y contra una civilización que convierte a los hombres en otras máquinas, Monseñor Giraud en distintas instrucciones denuncia el abuso del trabajo excesivo que oprime hasta a las mujeres y los niños y "todas las formas de explotación del hombre por el hombre". "La religión, dice, no transige con la trata de los Blancos como no transige con la de los Negros." (2)

Ese prelado ardiente, comprometido, profundamente sensible ante la miseria material, la desocupación, la pobreza creciente ¿podría no acoger con cierta esperanza en cambio de régimen que sobreviene en Francia con la Revolución de 1848? Pide a sus sacerdotes que adhieran a la República (3) y reconozcan al nuevo poder. El mismo participa en el desfile oficial y saluda al Árbol de la Libertad plantado en el atrio de la catedral, recordando con palabras muy fuertes la dimensión evangélica de las ideas de fraternidad, de libertad y de igualdad. (4)


1- Desde el Concordato, los nombramientos a los cargos episcopales se hacen según acuerdo entre la Santa Sede y el Estado francés.
2- Ver la Carta pastoral del Cardenal Giraud en la cuaresma de 1845. Histoire des Diocèses de France, op. cit., p. 233. Si bien los prelados que tomaron posiciòn en cuestiones sociales de la època fueron poco numerosos, sin embargo hay que nombrar al C. de Bonald en Lyon, y al C. de Croÿ en Rouen.
3- Se trata de la II Repùblica-Instaurada en Francia el 25/02/1848, que durò hasta el 02/12/1852- Se verà còmo la adhesiòn a la repùblica serà difìcil de conseguir en 1890, a pesar de los esfuerzos del papa Leòn XIII y del C. Lavigerie.
4- Plantar èstos àrboles, sìmbolos a la vez del acontecimiento y de las libertades reconquistadas era una costumbre que databa de 1789 y se habìa renovado en 1848. ¿Quièn enseñò a los hombres a celebrar las palabras de libertad, de igualdad y de fraternidad? habìa exclamado el obispo. (cf. notas Douau, documentos Planque)

HACIA EL SACERDOCIO (2)

A lo largo de los cuatro años que lo llevan hacia el sacerdocio, algunos acontecimientos se cruzan en la vida de Agustín, entre ellos, una interrupción en sus estudios, porque sufre graves dolores de estómago. Ya habituado en el seminario menor a seguir las penitencias de la Cuaresma, en esa primavera de 1846, sin duda exageró demasiado el ayuno pues se vio obligado a tomarse un período de descanso que se prolongará hasta el verano. Pero toda su vida padecerá la secuela de ese problema de salud, lo que explica que siempre diese importancia a la salud de los Sacerdotes y Hermanas y fuese enemigo de toda clase de penitencia que pudiese disminuir la resistencia física de los mismos. Su ausencia forzada no impide a Agustín de terminar con éxito su año de filosofía y entrar en el otoño siguiente a la clase especial reservada a los mejores alumnos, aquellos a quienes se los juzgaba capaces de obtener el bachillerato. Agustín lo logra con éxito, si tenemos en cuenta los cargos de enseñanza que le fueron confiados a continuación. En adelante se encuentra libre para empezar los estudios de teología.

HACIA EL SACERDOCIO (1)

En 1807 urgido por abrir un seminario y no teniendo un lugar adecuado, Monseñor Belmas había comprado en el barrio del Badar un convento de religiosas. Pero cuando, treinta años más tarde pudo por fin adquirir el ex colegio de los jesuitas, sin tardar transfirió allí a los seminaristas mayores. La belleza y las dimensiones de la capilla favorecieron esa elección. Con su altar de mármol, sus órganos y tres grandes naves, estaba señalada para las futuras ordenaciones. Agustín iba a menudo a rezar allí y en ella fue dando los distintos  pasos hacia el sacerdocio.
El 28 de octubre ingresa en la clase de filosofía. Nadie podrá disputarle el primer lugar en ésta materia en la que su espíritu sólido le sirve para ser clasificado notablemente por sobre sus compañeros. En su legajo se dice "Buen alumno en filosofía", mensiòn muy elogiosa cuando se sabe que el señor Leleu no era pródigo en alabanzas.
Ese nuevo superior de Agustín, joven todavía, que primero había pensado en orientarse hacia la Trapa, conservaba de ese deseo nunca realizado, el gusto por el ascetismo y la sobriedad.Y al modo de un monje, tenìa el culto por la regla que definía como el mejor medio de formación de los clérigos...Tenemos que reconocer que, desde la Tía Poupart, los educadores del Padre Planque siguieron todos la misma línea de austeridad. Le ofrecieron sucesivamente un marco de vida más bien rígido, donde la puntualidad cobraba valor de ideal. Sin embargo a ninguno de ellos le faltaba comprensión ni bondad. Ese ambiente en que el rigor sabía aliarse a la humanidad influyó en la evolución del futuro padre Planque.
El señor Leleu no fue una excepción, detrás de una apariencia de firmeza, se conservaba sencillo y benévolo. Lleno de sensatez, dotado de un gran espíritu de decisión, le gustaba aproximarse a los seminaristas y ganarse su confianza. Su relación con Dios era la de un hombre que contempla y medita, pero que al mismo tiempo adhiera a las "prácticas". Monseñor Giraud encontraba en él un colaborador ideal para devolver a la casa un clima de oración y restablecer, como lo deseaba, "los ejercicios espirituales" a los cuales la época concedía una gran importancia: lectura, examen de conciencia, rosario en común, etc. No hay duda de que semejante superior haya contribuido a afianzar a Agustín en su elección y en sus aspiraciones personales. Le dio, entre otras cosas, el ejemplo de una sumisión absoluta a la autoridad infalible de Roma, de la cual se había hecho un ardiente defensor mucha antes del Concilio Vaticano I. Cuando el Padre Planque, convertido en Fundador, redacte las Constituciones de sus dos Sociedades, se podrá evaluar lo que había retenido de los consejos de sus maestros. 
Con el deseo de mejorar la calidad de la enseñanza, Monseñor Giraud y el Superior agregan a las materias tradicionales el estudio del Derecho Canónico y crean una cátedra de hebreo. Para el curso de física se compran nuevos instrumentos. Para botánica, los jardines de Neuville sirven de campo de experimentación. Estas innovaciones permiten hacerse una idea de las facilidades de trabajo ofrecidas a los alumnos.