viernes, 20 de julio de 2018

Capítulo 13: EN PLENA EXPANSIÓN (25)

5- Misioneros y colonos (6)

¿Qué balance para los pueblos de Africa? 

La pregunta de fondo es: ¿En qué fueron beneficiosas esas relaciones Estados/Misión, a veces cordiales y conflictivas, para los países que veían arribaar -casi juntos- ese mundo de ocupantes, tanto misioneros como colonialistas, de diversos lugares?

Ya se sabe que por criba han pasado los gobernantes -más aún desde las descolonizaciones- con algunos comportamientos por intereses nacionales más que por respetar el bien de las poblaciones  sus derechos más elementales. Es evidente que los colonizadores se instalaron con frecuencia en los territorios de Africa, como países conquistados sin preocuparse primero de sostenerlos en su evolución hacia la modernidad. 
Entonces se puede comprender que para los africanos, "la colonización sigue siendo un mal". "Nadie puede seriamente sostener que colonizar es humanizar, como si, antes de la colonización, el colonizado no era "humano", leemos en una obra reciente (1) y ¿cómo no comprender ese punto de vista? 

Pero tal vez estamos "todavía muy próximos del gran movimiento de descolonización para poder juzgar con equidad la colonización"...¿No habría que reconocer que esa "fue una modalidad histórica del encuentro entre los pueblos y las culturas?"...(2) 
Sin extraviarse en la controversia o volver a examinar lo bueno o lo mal fundado de esos comportamientos del pasado, lo que interesa aquí es situar, en su verdadero lugar, el esfuerzo de un Agustín Planque y sus maneras de actuar a través de las corrientes que marcaron los comienzos de lo que se denomina hoy, las relaciones Norte-Sur. 
Con demasiadoa frecuencia, éstas se limitaron en el pasado, a una política de integración en todos los dominios.

No negaremos -y el Padre Planque no escapa por entero al reproche- que los misioneros no evitaron el riesgo de someter las poblaciones que encontraban a las costumbres de sus propios países, así como a los ritos y liturgia del mundo católico  romano y buscar a menudo a "hacer prosélitos", más que a proponer su fe y a testimoniarla con su propia vida. No obstante, en la acción del Superior de las Misiones Africanas, y en las directivas que da a los Padres y a las Hermanas, cierto número de elementos se inscriben contra los juicios demasiado negativos. 
En primer lugar, sabemos que siente por los africanos - y eso, desde el momento en que el Padre Borghero llegó a Dahomey- gran interés y benevolencia, y hasta una especie de atención paternal, la del "Anciano" que ayuda a las generaciones jóvenes a administrar su vida. Sus "valientes Negros", como los llama con frecuencia, según las palabras de la época, se convirtieron en sus hijos. 
"Estamos allí para ellos", repite a todos.

Entonces, ¿se trata primero de civilizar o de evangelizar? 
No parece que Agustín Planque se haya interrogado sobre esos dos momentos de una misma acción, de la cual espera primero, en nombre de Cristo, que sea liberadora. Quiere -y envía a sus misioneros con ese fin- convertir a la gente a la Palabra de Dios, y no a la religión de los colonizadores.

Por otra parte, en el dominio de la fe y de las maneras de vivir, el europeo en Africa, no da siempre el mejor ejemplo, y a menudo plantea a los misioneros, más problemas que sostén, ofreciendo el espectáculo de sus costumbres ligeras, de su egoísmo y de su dejarse estar.
¿Acaso el Padre no temió siempre el contacto de los niños y de las familias africanas con los europeos de la costa, cuyas costumbres no son siempre ejemplares? Aconseja alejarse de ellos: "Cuando más lejos se establezcan de esos lugares de vicios de los europeos o de los americanos, más los frutos de sus trabajos estarán protegidos de la corrupción" (3).
Y si los Hermanos deben manternerse "en paz con los agentes de comercio" u otros funcionarios, que se cuiden de "toda familiaridad o de una gran amistad con ellos".
Menos aún, deben intervenir en los asuntos comerciales o servir de intermediarios. Que muestren gran prudencia para no crear situaciones ambiguas. Se comprende la ventaja importante para la misión, de alejarse de la costa, avanzando hacia el interior al encuentro de la verdadera Africa. Agustín Planque retoma en otros términos, el consejo de Libermann: "Si quiere ser ´Negro con Negros´, despójese de Europa, de sus costumbres y de su espíritu." (4)



  1. Expresiones tomadas de Francisco Kabalase-Lumbala, "Le christianisme et l´Afrique, une chance réciproque", Edit. Karthala, 1993, pág. 40.
  2. Cf. "Misión y colonización, un problema ambiguo", reportaje del Sr. René Rémond, en el cuadro de la preparación en Planeta-Misión 1994, Archivos de las Hermanas N.S.A., revista "France-Horizon", n° 56, pág. 7. 
  3. Carta de Planque, al Consejo de la Infancia Misionera en París, 15/2/1863, y otras muchas cartas...
  4. Cf." Noirs dans le regards des Blancs", op. cit. en n° 116, pág. 382.

miércoles, 18 de julio de 2018

Capítulo 13: EN PLENA EXPANSIÓN (24)

5- Misioneros y colonos (5)

Diferencias...Divergencias...(2)

Nuevos enfrentamientos se producen cuado se prepara la fundación de Porto Novo. "Las dificultades que no esperábamos, precisamente Francia las produce..." (1)
Mientras que las intrigas inglesas frenan el desembarco del material necesario, son los oficiales de marina, con el Sr. Idelot a la cabeza, quienes sostienen que, como ese territorio está bajo el protectorado francés, la jurisdicción corresponde al Sr. Bessieux y a los Padres del Espíritu Santo. Pero la Santa Sede confió esa parte de la costa (2) a Las Misiones Africanas.
La preferencia del gobierno se explica por el hecho que "en Porto Novo se querría un clero colonial". "Tenemos en misión, un genovés y un español, responde el Padre Planque, pero no nos faltan franceses, aún si muchos ya están muertos". 
También "combatirá paso a paso, todas las objeciones que le presenten": porque "el Padre Borghero no es más inglés, italiano o portugués que francés, es un misionero que busca propagar el Evangelio y nada más". "Esos valientes fraceses se equivocan, escribirá, cuando se imaginan que nuestra misión debe hacer obra nacional francesa." (3)

Con igual determinación rechaza dejarse encerrar en la cuestión del idioma. Como en Wydah, en Porto Novo, hay que enseñar en portugués - al menos durante un cierto tiempo.
¿Se va a emplear el francés, que los niños no comprenden, con el peligro de verlos desertar de la escuela y privarse así de poder enseñarles el catecismo? El Superior lo aclara con el Ministro:" Sería importante que nuestros comandantes en Porto Novo, comprendan que una población no cambia de golpe sus costumbres y su idioma..." (4)
Y las consignas que da a los Padres, se resume bien en esas palabras dirigidas al Padre Noché: "Hagan lo que puedan para ser agradables al comandante, pero no tomen ningún compromiso absoluto con respecto al idioma francés. Si ese idioma fuese dominante  en Porto Novo, facilitaría mucho la tarea de los misioneros. Pero antes de buscar nuestro agrado, y el de Francia, recordemos que somos agentes de la Propagación de la Fe Católica..." (5)

También su costumbre de hablar francamente, lo lleva más adelante, a cuestionar la manera en que el gobierno parece animar el "mahometismo". "Varios gobernadores ven en el establecimiento de los musulmanes, un medio de conducir los pueblos a la civilización. Es un error. No es un progreso ni un bien para Africa...", afirma; "y quizás presente una apariencia de verdad, pero en realidad, al sostenerlo, se abre una puerta a la esclavitud para muchas mujeres, con todos los procedimientos consecutivos de repudios y cambios. Por lo tanto, no se tendrán verdaderas familias." (6) Y más grave aún, "se perderá la esperanza de llevar el Evangelio y la conversión cristiana a los países de Africa".

Otros acontecimientos lo condujeron a tomar una actitud de oposición tan radical. Se recuerda, por ejemplo, que en el momento de la ocupación del seminario, en 1871, o en los años 1880, cuando se manifiesta la hostilidad a las Congregaciones, Agustín Planque, dice entonces, muy fuerte su descontento, y reivindica las medidas de justicia a las que tiene derecho. A partir de 1901, en el período difícil que en Francia terminará con la separación de la iglesia y del Estado, empleará firmeza y ahínco, pero también verdadera diplomacia para hacer intervenir a favor de su obra a aquellos senadores y otros oficiales que siguen estando a favor de las misiones.



  1. Carta de Planque el Cardenal Barnabo, 24/1/1864.
  2. Carta de Planque al ministro de marina, 16/12/1863. Cf. también sobre la fundación de Porto Novo: carta de Planque al Padre Borghero, 18/5/1863; al Cardenal Barnabo, 2/8/1863; al Padre Régis, 31/7/1863.
  3. Carta de Planque al Padre Lafitte, 20/12/1863 y 18/1/1864; al ministro de marina, 16/12/1863; al Padre Noché, 20/12/1863. 
  4. Carta de Planque al ministro de marina, 7/6/1864. Cf. también, 16/12/1863.
  5. Carta de Planque al Padre Noché, 19/5/1864.
  6. Carta de Planque al Sr. Chabat, al Liceo de Auch, 20/10/1900.

sábado, 14 de julio de 2018

Capítulo 13: EN PLENA EXPANSIÓN (23)

5- Misioneros y colonos (4)

Diferencias...Divergencias...(1)
Tales palabras y gestiones pueden sorprender en éste Superior de naturaleza francamente independiente, el menos interesado en ligarse a los intereses de una potencia protectora. Que se entienda: si muchos aspectos -no omisibles sin duda, y muy lamentables- han acercado a los evangelizadores a sus respectivos gobiernos (1), hay uno que crea entre ellos, una distancia esencial, en cierto modo, fundamental, la que no permite asimilar la misión y la colonización, o de acercar, aún menos, confundir, sus objetivos: La Misión es respuesta a un llamado de Cristo, mientras que lo otro se fijó como fin u na expansión y una dominación territorial. 

Las intenciones primeras son las que permanecen irreductibles unas con otras. El verdadero misionero, no tiene nada de un colono, o incluso, de un Cruzado conquistador.
Cuando Monseñor De Brésillac, a su regreso de India, habla de su sueño de "partir directo a lo apostólico", a cualquier lugar del mundo donde Cristo no es aún conocido; cuando Planque abandona Arras para seguir "el proyecto que madura desde hace muchos años" (2), no desean dotarse en esos nuevos países de un poder, ni siquiera eclesial, aliándose a las potencias temporales. Mientras que el colonizador busca primero, extenderse y dominar, el misionero tiene la única ambición de "salir, según el sentido bíblico de la palabra (3), para anunciar a Dios, e incluso, si a veces se equivocó en sus maneras de actuar, nunca perdió de vista o subestimó el sentido de su partida. 
La diferencia así establecida, podría corregir apreciaciones demasiado apresuradas.

Por otra parte, no se tardará en remarcar que el Padre Planque-que continúa solicitando ayuda a los poderosos de este mundo- tomará cada vez más distancia de ellos, afirmando tan a menudo como fuera necesario, la originalidad del andar misionero y las exigencias de una tarea para la cual, reivindica respeto y libertad. Si a veces, el fin apostólico que perseguía pudo justificar a sus ojos los medios de los cuales se servía, honestamente, hay que reconocer que siempre supo guardar el control de aquellos que empleaba. 

Iniciadas fácilmente, y en forma bien amistosa, sus relaciones con Francia no permanecerán estables por mucho tiempo. Uno de los primeros choques se producirá en Wydah, donde el Padre Borghero es maltratado por los habitantes al haber rechazado el pago de una multa (probablemente a los fetichistas), lo que habría considerado una concesión a la idolatría. Pero los oficiales lo censuraron y temen las consecuencias de ese gesto. El Padre Planque va a París para apoyar a sus Misioneros y lo hace enérgicamente:"Somos agentes de la Propagación Catolica o del gobierno? En consecuencia, que nos dejen hacer nuestro trabajo de misioneros y aplicar los medios para alcanzar nuestro fin!" (4).





  1. Las relaciones del Padre Planque, también fueron frecuentes con los gobiernos extranjeros, aunque bastante conflictivas, como por ejemplo, con España, Portugal, Gran Bretaña...
  2. Ver en 2a. Parte, Capítulo 4, y en 1a. Parte, Capítulo 3.
  3. Toda misión "es salida", siguiendo a Cristo, salido El mismo del seno de su Padre Dios, para encarnarse en el mundo...
  4. E esos términos, el Padre Planque, hace conocer su entrevista a los Hermanos, 20/12/1863.

Capítulo 13: EN PLENA EXPANSIÓN (22)

5- Misioneros y colonos (3):

Los primeros servicios recíprocos.
Y cómo reprocharle que haya buscado algún apoyo donde podía encontrarlo, cuando solo en Lyon, y escaso de todo: dinero y medios de acción, lanza, no obstante, sus primeras huestes con la intrepidez de los que creen en su ideal? Porque los obstáculos son grandes: Dahomey, por más acogedor que sea, tiene jefes que hay que convencer de la oportuna presencia misionera. En Wydah, los portugueses reivindican los derechos del primer ocupante y sostienen al Padre de San Tomé, mientras que los ingleses desean ampliar sus kilómetros de conquistas más allá de Lagos - o de Accra_ y se establecerían con agrado en la parte de la costa que va de Porto Novo a Wydah.

En ésta situación compleja, Agustín Planque juzga correcto que el ministerio esté al tanto de las intrigas inglesas, de las cuales tiene información a través de los Padres que están en Dahomey (1).
Se dice satisfecho de que "el nuevo Director de las Colonias, desee mantener la influencia francesa en el país, y no la deje reemplazar por otra" (2). Y se sabe que en el Padre Planque, esa preferencia es más bien misionera que política, porque con los ingleses, también los Protestantes serán mantenidos aparte. Puede alegrarse de que "la creación de una agencia consular en Widah y el nombramiento del Sr. Daumas", lleguen a término para reforzar el crédito de Francia (3).

¿Cómo sorprenderse que haya gobernado  - y en los primeros años, sobre todo- remitiéndose al Cardenal Barnabo, y también a los personajes oficiales de su propio país? (4).
Solamente su situación financiera, difícil de equilibrar, o las incertidumbres de la política lo han colocado más de una vez, en la difícil posición de pedigüeño. Y en esos momentos, se puede lamentar de su parte, actitudes o un estilo que parecen más próximos a la adulación o una buena diplomacia, que a su habitual simplicidad.
Así escribirá al Ministro de Asuntos Extranjeros:" Su Excelencia sabe que todo el bien que se hace por los misioneros franceses en los países infieles, sirve al mismo tiempo a la gloria de Francia y a la expansión de su influencia" (5).
"No interesa  lo que suceda - encontramos en otra correspondencia- sabemos que la protección de la Marina nos está asegurada y debemos grandes acciones de gracia a Vuestra Excelencia, por las órdenes que ha dado a favor de nuestra Misión" (6).





  1. Carta de Planque al Ministro de Marina, febrero de 1863 y al adre Régis, 13/2/1863.
  2. Carta de Planque a los Hermanos, 20/3/1863.
  3. Carta de Planque a los Hermanos, 16/1/1863.
  4. Se encuentra un ejemplo típico de ese comportamiento en una carta de Planque al Padre Borghero, 18/5/1863.
  5. Carta de Planque al Ministro de Asuntos Extranjeros, 30/11/1860.
  6. Carta de Planque al Ministro de Marina, fines de diciembre de 1866; 2/9/1861.

lunes, 25 de junio de 2018

Capítulo 13: EN PLENA EXPANSIÓN (21)

5- Misioneros y colonos (2):

Los primeros servicios recíprocos.
Entonces, ¿Cómo los colonizadores no esperarían favorecerse con la Misión que aseguraba la presencia francesa en Africa -incluso si esa presencia era simple y únicamente cristiana? y ¿cómo negarle, sobre todo en los comienzos, los favores que solicitaba?

Desde 1860, el Padre Planque -encomendándose a Brésillac "que había obtenido del Ministerio de Asuntos Extranjeros, buenos favores"- hace un primer contacto con todos aquellos que, en las oficinas de la Marina o de las Colonias, no pueden permanecer indiferentes a la fundación del Dahomey. Siempre en búsqueda de auxilios materiales, pide y obtiene con bastante facilidad la semi-gratuidad de los transportes en tren y en barco. 
Particularmente importante, es la ayuda de los Oficiales de Marina, que solicita tanto por el prestigio que repercutirá sobre los modestos batallones de misioneros, como tambíen por la seguridad que quedará garantizada a través de sus visitas regulares. "Me atrevo a esperar, escribe al Ministerio, que nuestros Oficiales visitarán alguna vez a nuestros Misioneros" (1). No obstante, no aceptará que inspeccionen la escuela. Y cuando se trata de instalar a niños negros (del Africa Subsahariana) en Argelia, de tener un intermediario para la compra de un terreno y la promoción de las colonias agrícolas en Egipto, o sostener escuelas, granjas y centros de cuidados, puede contar con el gobierno francés que no se hace rogar..

Entre otros pequeños servicios significativos, ¿por qué no mensionar el préstamo de numerosos instrumentos de medida para la marcación de los lugares, lo que testimoniaba a la vez la buena voluntad del Director General de las Colonias, y de las reales preocupaciones geográficas del Superior? (2)  

De todo eso, el Padre se congratula. Se siente particularmente feliz de hablarlo con el Cardenal Barnabo, así como con los Hermanos, declarando "que encuentra siempre la misma acogida simpática en las oficinas de los Ministerios, mientras le prometen ayudar poderosamente a la Misión" (3).
Entonces cuánto mejor, piensa el Padre, si la Misión ayuda a Francia a extender su influencia- que es civilizadora y transporta a su manera, los valores cristianos, por otra parte, es el único Estado cristiano entre las grandes potencias, que profesa la religión Católica. 
Ama lealmente a su país y no ve obstáculo en colaborar con él. "No dudamos, escribirá en el momento de la primera fundación, que las relaciones de la Marina Imperial con Dahomey, hayan favorecido el buen recibimiento de los Misioneros"...Desde entonces, "trateremos de hacer amar y estimar cada vez más a nuestro país... Esas relaciones mutuas, me parece, pueden ser beneficiosas a la causa de la religión y de Francia" (4).
Si las intenciones respectivas se unen de alguna manera, eso no puede comprometer, le parece, la independencia de la Misión.





  1. Carta del Padre Planque al Ministro de las Colonias, 13/9/1861. Cf. Carta de Planque a los Hermanos, 18/3/1863 y al Padre Régis, 16/9/1863.
  2. Carta de Planque al Director General de las Colonias, 1/9/1865, y 11/11/1865. Al Ministro de Marina, 1/12/1889.
  3. Carta de Planque a los Hermanos, 18/9/1861 y 18/3/1863. Al Cardenal Barnabo, 17/1/1862 y 2/8/1863. El Barón de Idelot prometió su asistencia, en caso de que los Padres se enfermaran. Cf. carta al Cardenal Barnabo, 24/11/1861.
  4. Al Ministro de Marina, 13/9/1861.

jueves, 21 de junio de 2018

Capítulo 13: EN PLENA EXPANSIÓN (20)

5- Misioneros y colonos (1)
Cuando -con la fundación de las primeras casas de Costa de Marfil- el Padre Planque ha llegado casi al término de su larga vida activa, se puede hacer algunas puntualizaciones sobre las relaciones que mantuvo con los estados europeos: Portugal, Inglaterra y Francia en particular, relaciones que lo llevaron a menudo a colaborar, pero también a encontrarse en oposición con ellos.
La historia está allí para permitir que se establezca una comprobación auténtica de lo que algunos han llamado la connivencia entre la Misión y la acción, tanto política como militar, de las potencias coloniales- sin hablar de su apoyo financiero a los Institutos, objeto de frecuentes negociaciones.
No se trata de volver a hacer aquí el estudio de las situaciones cuyo interés sólo es igual a la dificultad de conducirla de manera objetiva. Pero no se puede hablar de la actividad misionera del Padre Planque, sin volver a lanzar de alguna manera un debate al cual actualmente, gran cantidad de artículos, de búsquedas y de libros, aportan una primavera de actualidad.

Para comprender el tiempo en que vivió -siglo XIX y comienzos del XX- se notará que los misioneros se instalan en el Golfo de Guinea en el momento en que esa zona se prepara a entrar  en la turbulencia de las guerras llamadas "coloniales", que la harán caer, por casi un siglo, bajo la tutela de Europa. La coincidencia es grande: Misioneros y colonos empezaron juntos (1).

¿La colonización-en esos años- se benefició del impulso de los evangelizadores... o a la inversa?
Un hecho parece cierto. El gran movimiento a favor de las misiones lejanas aue levantó Europa, y particularmente, Francia, después de la oleada de hostilidad de la Revolución del ´89, volvió a dar a los cristianos, una especie de impulso conquistador, como si se les recordara la época en que "la hija mayor de la iglesia, se decía la elegida de Dios, para propagar el Evangelio" (2).

El Cardenal Lavigerie parece  haber compartido esos proyectos de grandeza y dominación cristiana. Y el Padre Desribes, misionero en Dahomey, escribía también, que "la Providencia había destinado a Francia todo el continente negro para que cumpliese allí, su obra de evangelización"(3).






  1. "Los misioneros llegados en los furgones de los colonizadores, es una imagen que debe ser atenuada..incluso si "la penetración del cristianismo aparece ligada a la expansión europea", cf. "La mission en question", de Claude Prud´homme, en la revista "Golias", n° 35, pág. 125.
  2. La idea está expresada en "Noirs dans le regard des Blancs", Edit. Francés y Africana, por W. Cohen, cap. IX, pág. 381.
  3. Op.cit., n° 16, p

lunes, 18 de junio de 2018

Capítulo 13: EN PLENA EXPANSIÓN (19)

4- Costa de Marfil (5).
De nuevo, es necesario abandonar Bassam donde los Padres regresarán cinco años más tarde. Pero la Hna. Aloysia, que está agotada de cansancio y de pena, también muere (1). Y después de los días tan duros que vivieron valientemente, el Padre Hammard -que sucedió al Padre Ray como Prefecto- les rinde a todas un hermoso testimonio "por los ejemplos de virtud que dan y por el profundo espíritu de fe que las anima". "Saben trabajar, sufrir y morir por Dios, escribe, es el mejor elogio que puedo hacerles" (2).
Dos años más tarde, cuando abandonan Dabou, se instalan en Mossou, en una casa nueva, y luego, en Jacqueville. Pero tendrán que esperar hasta después de la guerra de 1914-18, para que su misión alcance, en Costa de Marfil, todo su esplendor, con un número importante de comunidades y actividades cada vez más diversificadas (3). 

En cuanto a los Padres, por más que tuvieron que cerrar Bassam, ellos sin embargo, están dispuestos a irse a otros lugares y particularmente a dotar de escuelas las "sucursales" que animan cada misión. Pero reciben un nuevo golpe con la ley de 1901 tan violentamente hostil a la enseñanza confesional, y que corre el riesgo de detener sus proyectos puesto que exige, para cada escuela, la autorización legal para subsistir. 
En 1904 la securalarización aumenta al ser prohibida la enseñanza para cualquier miembro de una Congregación religiosa. El ministro de las colonias, que sin duda hubiera preferido apaciguar la ley en lo que concernía al Africa, debe adoptar el tono y las medidas de la metrópoli. Esto ocasiona a la Sociedad de Misiones Africanas, la ruptura de la Convención escolar de 1900, y a partir del 1° de enero de 1904, la supresiónd de las subvenciones.
No obstante, para las Padres, no es cuestión de abandonar la escuela, su mejor instrumento de apostolado. Están bien decididos a encontrar otros medios de vivir. Y en el año 1904, particularmente difícil, no tienen miedo de iniciar la misión de Korhogo. Un verdadero desafío a los acontecimientos...otros seguirán por otra parte con Bingeville, luego, Abidjan y Abosso. 

No obstante, deberán cerrar siete escuelas. Pero nada está perdido, se irá un poco más a los esencial: la catequesis, las visitas, las preparaciones de bautismos, la pastorarl, y también en esa "aldea de libertad" próxima a Korhogo, en Wassonville, se podrá reunir a los esclavos liberados y darles una tierra para cultivar. Tantos caminos abiertos a los laicos que podrán ser responsables de comunidades.

El Vicariato Apostólico de Costa de Marfil, será creado en 1911. A la muerte del Padre Planque, en !907, la historia de esa iglesia que arrancó rápido, no tiene más de diez años y ciertamente fue el Padre quien le dio un fuerte y decisivo impulso. Durante los primeros años, siguió todo, compartió de su experiencia y de su comprensión. Pero, gravemente atacado en su salud y envejecido, deja a Monseñor Pellet la tarea de velar por la fundación. Para él, sus años de actividades africanas que nacieron con el Dahomey-y con enorme esperanza- finalizan en el tiempo de Abidjan, siempre con la misma expectativa. Entre las dos, cuántos trabajos y penas, y qué irradiación de inteligencia, de creatividad y fe de un apóstol...





  1. Muerte de la Hna. Aloysia en Jacqueville, 471071903.
  2. Carta del Padre Hammard a la Superiora General de las Hermanas nsa, en diciembre 1903. Cf, con la carta del Padre Vacheret en agosto de 1904, con otro testimonio: "Las Hermanas nos secundan de una manera admirable. Sin su presencia, nos sería difícil formar familias verdaderamente cristianas."
  3. La congregación tuvo hasta 35 casas en Costa de Marfil. A pesar de cerrar algunas casas y del paso de algunas misiones a las Hermanas de Notre Dame de la Paix, aún se mantienen 14 comunidades además del Noviciado para las jóvenes de lengua francesa, en Abengourou. 
  4. El Vicariato de Costa de Marfil será erigido el 17 de noviembre de 1911, y el Padre Jules Moury será el primer obispo, el 6/6/1912.

domingo, 17 de junio de 2018

Capítulo 13: EN PLENA EXPANSIÓN (18)

4- Costa de Marfil (4)

Los Padres volverán a encontrar el favor de las autoridades con la creación de las escuelas profesionales que darán a los niños una posibilidad de ganarse la vida y, al mismo tiempo, de trabajar en el desarrollo de su país. Porque en Costa de Marfil la competencia es fuerte, y se deben formar carpinteros, albañiles, herreros o mecánicos, si se quiere dejar de ser tributario de Senegal y de las colonias inglesas que hacen venir a sus artesanos. Por ese motivo, sobre todo la enseñanza manual, es fuertemente recomendada por la administración colonial que, por otro lado, tiene derecho de inspección sobre las escuelas que subvenciona. 
Así, Dabou tendrá su imprenta y Mossou, su famosa fábrica de ladrillos que servirá para las construcciones (1).
Más tarde vendrán las plantaciones de bananeros, cafetales, caucho...y de éste modo, se habrán creado los recursos locales para asegurar la vida de cada misión.

Para llevar a buen término esos múltiples proyectos, el Padre Ray, desde su llegada a Costa de Marfil, reclama insistentemente al Padre Planque, que envíe Hermanas: ellas son absolutamente necesarias para sacar a las mujeres del estado de abandono y de gran ingorancia en el que se encuentran encerradas, pero ¿"de dónde obtendrán los recursos para tener esas Religiosas?...y sin embargo sin ellas, la mujer no podrá salir de la clase de degradación en la que vive." (2)

Después de un acuerdo con la Hermana Augustin, nombrada Superiora General, las Religiosas se instalan en Grand-Bassam. Ellas son tres: las Hermanas Damien, Basilide, Adrien, y luego, también la Hermana Aloysia que será la Superiora. Y desde marzo, habiendo tomado contacto con las familias, "comienzan seriamente, la escuela" (3), que será la primera de otras numerosas, que más tarde se abrirán en el país. Pero ese bello comienzo se detendrá pronto, porque una fuerte epidemia de fiebre amarilla, estalla en Grand Bassam, en el mes de mayo. Una de las primeras víctimas es el Prefecto, el Padre Ray, que muere en los días siguientes.Otros tres Padres lo seguirán, luego será la Hermana Damien, que sucumbe en Memni, donde fueron a refugiarse. (4)

Sin perder coraje, las otras Hermanas van a instalarse en la colina de Dabou, donde todo parece estar mejor. 
Allí abrirán un orfanato donde son acogidos una quincena de niños y jóvenes, la mayoría, novias, que deseaban al mismo tiempo, prepararse para el Bautismo y Matrimonio cristiano. Los Padres ya han tentado esa experiencia con los varones del internado, ofreciendo ésta posibilidad, sobre todo a aquellos cuya situación familiar es difícil. Al asegurarles "una educación más asistida, esperan prepararlos para que en el futuro, sean la verdadera clase dirigente" (5) del país, y por qué no, de la Iglesia. 

Habiendo llegado refuerzos de Francia, las Hermanas se sienten felices - sin abandonar Dabou, que confían al nuevo equipo-  deciden regresar a Grand Bassam donde parece que ya han terminado los malos tiempos.
Mientras esperan ocupar su primera casa (6), ocuparán la que llaman "la casa romana", al margen de la laguna, y que los Padres han alquilado para ellas, con ese propósito.
Pero en julio de 1902, un nuevo foco de fiebre amarilla obliga a las misioneras a alejarse por segunda vez. Sin embargo, no demoran en regresar, y en setiembre, la vida retoma su curso. La Hna. Aloysia puede escribir, entonces, al Superior General, que todo va mejor.
La Hermana Jules en Grand Bassam y la Hermana Adrien, en Dabou, llevan adelante la educación de los niños y niñas, y son muy amadas por ellos. Ambas realizan un muy buen trabajo. 

Desgraciadamente, la tercera alerta está próxima y será la más terrible, es así en que 1903, por mucho tiempo, se detendrá una misión, que sin embargo puso mucho empeño en vivir. 
En marzo, la Hermana Macaire (7) sucumbe al mal, le siguen otros dos Padres, y es una gran desolación para todos, presenciar la completa destrucción de la casa por las llamas de fuego, mientras que los restos de la Hermana, son enterrados en cal viva, por temor al contagio.

 

  1. Carta del Padre Hammard al Padre Ray, 12/11/1897.
  2. Carta del Padre Ray al Padre Planque, marzo de 1896. Cf. "Les Missions Catholiques, 23/4/ 1897 en Cote d´Ivoire, les premiers pas d´une Eglise.
  3. Las Hermanas llegan a Grand Bassam en noviembre de 1898, y la Hna. Aloysia se les une en diciembre. 
  4. El Padre Ray muere el 13/5/1898, la Hna. Damien, el 18, y otros tres Padres, en los mismos días.
  5. Relato posterior, del Padre Hammard, noviembre de 1909.
  6. La casa de los Padres, después de haber sido destruída por el fuego, a causa de la primera epidemia, se habían instalado en la casa de las Hermanas, que en ese momento se había ido a Dabou. 
  7. La Hermana Macaire (Gabriela Quinteros), es la primera argentina, oriunda de la provincia de Córdoba, que ingresó en la Congregación de las Hermanas nsa.