lunes, 25 de junio de 2018

Capítulo 13: EN PLENA EXPANSIÓN (21)

5- Misioneros y colonos (2):

Los primeros servicios recíprocos.
Entonces, ¿Cómo los colonizadores no esperarían favorecerse con la Misión que aseguraba la presencia francesa en Africa -incluso si esa presencia era simple y únicamente cristiana? y ¿cómo negarle, sobre todo en los comienzos, los favores que solicitaba?

Desde 1860, el Padre Planque -encomendándose a Brésillac "que había obtenido del Ministerio de Asuntos Extranjeros, buenos favores"- hace un primer contacto con todos aquellos que, en las oficinas de la Marina o de las Colonias, no pueden permanecer indiferentes a la fundación del Dahomey. Siempre en búsqueda de auxilios materiales, pide y obtiene con bastante facilidad la semi-gratuidad de los transportes en tren y en barco. 
Particularmente importante, es la ayuda de los Oficiales de Marina, que solicita tanto por el prestigio que repercutirá sobre los modestos batallones de misioneros, como tambíen por la seguridad que quedará garantizada a través de sus visitas regulares. "Me atrevo a esperar, escribe al Ministerio, que nuestros Oficiales visitarán alguna vez a nuestros Misioneros" (1). No obstante, no aceptará que inspeccionen la escuela. Y cuando se trata de instalar a niños negros (del Africa Subsahariana) en Argelia, de tener un intermediario para la compra de un terreno y la promoción de las colonias agrícolas en Egipto, o sostener escuelas, granjas y centros de cuidados, puede contar con el gobierno francés que no se hace rogar..

Entre otros pequeños servicios significativos, ¿por qué no mensionar el préstamo de numerosos instrumentos de medida para la marcación de los lugares, lo que testimoniaba a la vez la buena voluntad del Director General de las Colonias, y de las reales preocupaciones geográficas del Superior? (2)  

De todo eso, el Padre se congratula. Se siente particularmente feliz de hablarlo con el Cardenal Barnabo, así como con los Hermanos, declarando "que encuentra siempre la misma acogida simpática en las oficinas de los Ministerios, mientras le prometen ayudar poderosamente a la Misión" (3).
Entonces cuánto mejor, piensa el Padre, si la Misión ayuda a Francia a extender su influencia- que es civilizadora y transporta a su manera, los valores cristianos, por otra parte, es el único Estado cristiano entre las grandes potencias, que profesa la religión Católica. 
Ama lealmente a su país y no ve obstáculo en colaborar con él. "No dudamos, escribirá en el momento de la primera fundación, que las relaciones de la Marina Imperial con Dahomey, hayan favorecido el buen recibimiento de los Misioneros"...Desde entonces, "trateremos de hacer amar y estimar cada vez más a nuestro país... Esas relaciones mutuas, me parece, pueden ser beneficiosas a la causa de la religión y de Francia" (4).
Si las intenciones respectivas se unen de alguna manera, eso no puede comprometer, le parece, la independencia de la Misión.





  1. Carta del Padre Planque al Ministro de las Colonias, 13/9/1861. Cf. Carta de Planque a los Hermanos, 18/3/1863 y al Padre Régis, 16/9/1863.
  2. Carta de Planque al Director General de las Colonias, 1/9/1865, y 11/11/1865. Al Ministro de Marina, 1/12/1889.
  3. Carta de Planque a los Hermanos, 18/9/1861 y 18/3/1863. Al Cardenal Barnabo, 17/1/1862 y 2/8/1863. El Barón de Idelot prometió su asistencia, en caso de que los Padres se enfermaran. Cf. carta al Cardenal Barnabo, 24/11/1861.
  4. Al Ministro de Marina, 13/9/1861.

jueves, 21 de junio de 2018

Capítulo 13: EN PLENA EXPANSIÓN (20)

5- Misioneros y colonos (1)
Cuando -con la fundación de las primeras casas de Costa de Marfil- el Padre Planque ha llegado casi al término de su larga vida activa, se puede hacer algunas puntualizaciones sobre las relaciones que mantuvo con los estados europeos: Portugal, Inglaterra y Francia en particular, relaciones que lo llevaron a menudo a colaborar, pero también a encontrarse en oposición con ellos.
La historia está allí para permitir que se establezca una comprobación auténtica de lo que algunos han llamado la connivencia entre la Misión y la acción, tanto política como militar, de las potencias coloniales- sin hablar de su apoyo financiero a los Institutos, objeto de frecuentes negociaciones.
No se trata de volver a hacer aquí el estudio de las situaciones cuyo interés sólo es igual a la dificultad de conducirla de manera objetiva. Pero no se puede hablar de la actividad misionera del Padre Planque, sin volver a lanzar de alguna manera un debate al cual actualmente, gran cantidad de artículos, de búsquedas y de libros, aportan una primavera de actualidad.

Para comprender el tiempo en que vivió -siglo XIX y comienzos del XX- se notará que los misioneros se instalan en el Golfo de Guinea en el momento en que esa zona se prepara a entrar  en la turbulencia de las guerras llamadas "coloniales", que la harán caer, por casi un siglo, bajo la tutela de Europa. La coincidencia es grande: Misioneros y colonos empezaron juntos (1).

¿La colonización-en esos años- se benefició del impulso de los evangelizadores... o a la inversa?
Un hecho parece cierto. El gran movimiento a favor de las misiones lejanas aue levantó Europa, y particularmente, Francia, después de la oleada de hostilidad de la Revolución del ´89, volvió a dar a los cristianos, una especie de impulso conquistador, como si se les recordara la época en que "la hija mayor de la iglesia, se decía la elegida de Dios, para propagar el Evangelio" (2).

El Cardenal Lavigerie parece  haber compartido esos proyectos de grandeza y dominación cristiana. Y el Padre Desribes, misionero en Dahomey, escribía también, que "la Providencia había destinado a Francia todo el continente negro para que cumpliese allí, su obra de evangelización"(3).






  1. "Los misioneros llegados en los furgones de los colonizadores, es una imagen que debe ser atenuada..incluso si "la penetración del cristianismo aparece ligada a la expansión europea", cf. "La mission en question", de Claude Prud´homme, en la revista "Golias", n° 35, pág. 125.
  2. La idea está expresada en "Noirs dans le regard des Blancs", Edit. Francés y Africana, por W. Cohen, cap. IX, pág. 381.
  3. Op.cit., n° 16, p

lunes, 18 de junio de 2018

Capítulo 13: EN PLENA EXPANSIÓN (19)

4- Costa de Marfil (5).
De nuevo, es necesario abandonar Bassam donde los Padres regresarán cinco años más tarde. Pero la Hna. Aloysia, que está agotada de cansancio y de pena, también muere (1). Y después de los días tan duros que vivieron valientemente, el Padre Hammard -que sucedió al Padre Ray como Prefecto- les rinde a todas un hermoso testimonio "por los ejemplos de virtud que dan y por el profundo espíritu de fe que las anima". "Saben trabajar, sufrir y morir por Dios, escribe, es el mejor elogio que puedo hacerles" (2).
Dos años más tarde, cuando abandonan Dabou, se instalan en Mossou, en una casa nueva, y luego, en Jacqueville. Pero tendrán que esperar hasta después de la guerra de 1914-18, para que su misión alcance, en Costa de Marfil, todo su esplendor, con un número importante de comunidades y actividades cada vez más diversificadas (3). 

En cuanto a los Padres, por más que tuvieron que cerrar Bassam, ellos sin embargo, están dispuestos a irse a otros lugares y particularmente a dotar de escuelas las "sucursales" que animan cada misión. Pero reciben un nuevo golpe con la ley de 1901 tan violentamente hostil a la enseñanza confesional, y que corre el riesgo de detener sus proyectos puesto que exige, para cada escuela, la autorización legal para subsistir. 
En 1904 la securalarización aumenta al ser prohibida la enseñanza para cualquier miembro de una Congregación religiosa. El ministro de las colonias, que sin duda hubiera preferido apaciguar la ley en lo que concernía al Africa, debe adoptar el tono y las medidas de la metrópoli. Esto ocasiona a la Sociedad de Misiones Africanas, la ruptura de la Convención escolar de 1900, y a partir del 1° de enero de 1904, la supresiónd de las subvenciones.
No obstante, para las Padres, no es cuestión de abandonar la escuela, su mejor instrumento de apostolado. Están bien decididos a encontrar otros medios de vivir. Y en el año 1904, particularmente difícil, no tienen miedo de iniciar la misión de Korhogo. Un verdadero desafío a los acontecimientos...otros seguirán por otra parte con Bingeville, luego, Abidjan y Abosso. 

No obstante, deberán cerrar siete escuelas. Pero nada está perdido, se irá un poco más a los esencial: la catequesis, las visitas, las preparaciones de bautismos, la pastorarl, y también en esa "aldea de libertad" próxima a Korhogo, en Wassonville, se podrá reunir a los esclavos liberados y darles una tierra para cultivar. Tantos caminos abiertos a los laicos que podrán ser responsables de comunidades.

El Vicariato Apostólico de Costa de Marfil, será creado en 1911. A la muerte del Padre Planque, en !907, la historia de esa iglesia que arrancó rápido, no tiene más de diez años y ciertamente fue el Padre quien le dio un fuerte y decisivo impulso. Durante los primeros años, siguió todo, compartió de su experiencia y de su comprensión. Pero, gravemente atacado en su salud y envejecido, deja a Monseñor Pellet la tarea de velar por la fundación. Para él, sus años de actividades africanas que nacieron con el Dahomey-y con enorme esperanza- finalizan en el tiempo de Abidjan, siempre con la misma expectativa. Entre las dos, cuántos trabajos y penas, y qué irradiación de inteligencia, de creatividad y fe de un apóstol...





  1. Muerte de la Hna. Aloysia en Jacqueville, 471071903.
  2. Carta del Padre Hammard a la Superiora General de las Hermanas nsa, en diciembre 1903. Cf, con la carta del Padre Vacheret en agosto de 1904, con otro testimonio: "Las Hermanas nos secundan de una manera admirable. Sin su presencia, nos sería difícil formar familias verdaderamente cristianas."
  3. La congregación tuvo hasta 35 casas en Costa de Marfil. A pesar de cerrar algunas casas y del paso de algunas misiones a las Hermanas de Notre Dame de la Paix, aún se mantienen 14 comunidades además del Noviciado para las jóvenes de lengua francesa, en Abengourou. 
  4. El Vicariato de Costa de Marfil será erigido el 17 de noviembre de 1911, y el Padre Jules Moury será el primer obispo, el 6/6/1912.

domingo, 17 de junio de 2018

Capítulo 13: EN PLENA EXPANSIÓN (18)

4- Costa de Marfil (4)

Los Padres volverán a encontrar el favor de las autoridades con la creación de las escuelas profesionales que darán a los niños una posibilidad de ganarse la vida y, al mismo tiempo, de trabajar en el desarrollo de su país. Porque en Costa de Marfil la competencia es fuerte, y se deben formar carpinteros, albañiles, herreros o mecánicos, si se quiere dejar de ser tributario de Senegal y de las colonias inglesas que hacen venir a sus artesanos. Por ese motivo, sobre todo la enseñanza manual, es fuertemente recomendada por la administración colonial que, por otro lado, tiene derecho de inspección sobre las escuelas que subvenciona. 
Así, Dabou tendrá su imprenta y Mossou, su famosa fábrica de ladrillos que servirá para las construcciones (1).
Más tarde vendrán las plantaciones de bananeros, cafetales, caucho...y de éste modo, se habrán creado los recursos locales para asegurar la vida de cada misión.

Para llevar a buen término esos múltiples proyectos, el Padre Ray, desde su llegada a Costa de Marfil, reclama insistentemente al Padre Planque, que envíe Hermanas: ellas son absolutamente necesarias para sacar a las mujeres del estado de abandono y de gran ingorancia en el que se encuentran encerradas, pero ¿"de dónde obtendrán los recursos para tener esas Religiosas?...y sin embargo sin ellas, la mujer no podrá salir de la clase de degradación en la que vive." (2)

Después de un acuerdo con la Hermana Augustin, nombrada Superiora General, las Religiosas se instalan en Grand-Bassam. Ellas son tres: las Hermanas Damien, Basilide, Adrien, y luego, también la Hermana Aloysia que será la Superiora. Y desde marzo, habiendo tomado contacto con las familias, "comienzan seriamente, la escuela" (3), que será la primera de otras numerosas, que más tarde se abrirán en el país. Pero ese bello comienzo se detendrá pronto, porque una fuerte epidemia de fiebre amarilla, estalla en Grand Bassam, en el mes de mayo. Una de las primeras víctimas es el Prefecto, el Padre Ray, que muere en los días siguientes.Otros tres Padres lo seguirán, luego será la Hermana Damien, que sucumbe en Memni, donde fueron a refugiarse. (4)

Sin perder coraje, las otras Hermanas van a instalarse en la colina de Dabou, donde todo parece estar mejor. 
Allí abrirán un orfanato donde son acogidos una quincena de niños y jóvenes, la mayoría, novias, que deseaban al mismo tiempo, prepararse para el Bautismo y Matrimonio cristiano. Los Padres ya han tentado esa experiencia con los varones del internado, ofreciendo ésta posibilidad, sobre todo a aquellos cuya situación familiar es difícil. Al asegurarles "una educación más asistida, esperan prepararlos para que en el futuro, sean la verdadera clase dirigente" (5) del país, y por qué no, de la Iglesia. 

Habiendo llegado refuerzos de Francia, las Hermanas se sienten felices - sin abandonar Dabou, que confían al nuevo equipo-  deciden regresar a Grand Bassam donde parece que ya han terminado los malos tiempos.
Mientras esperan ocupar su primera casa (6), ocuparán la que llaman "la casa romana", al margen de la laguna, y que los Padres han alquilado para ellas, con ese propósito.
Pero en julio de 1902, un nuevo foco de fiebre amarilla obliga a las misioneras a alejarse por segunda vez. Sin embargo, no demoran en regresar, y en setiembre, la vida retoma su curso. La Hna. Aloysia puede escribir, entonces, al Superior General, que todo va mejor.
La Hermana Jules en Grand Bassam y la Hermana Adrien, en Dabou, llevan adelante la educación de los niños y niñas, y son muy amadas por ellos. Ambas realizan un muy buen trabajo. 

Desgraciadamente, la tercera alerta está próxima y será la más terrible, es así en que 1903, por mucho tiempo, se detendrá una misión, que sin embargo puso mucho empeño en vivir. 
En marzo, la Hermana Macaire (7) sucumbe al mal, le siguen otros dos Padres, y es una gran desolación para todos, presenciar la completa destrucción de la casa por las llamas de fuego, mientras que los restos de la Hermana, son enterrados en cal viva, por temor al contagio.

 

  1. Carta del Padre Hammard al Padre Ray, 12/11/1897.
  2. Carta del Padre Ray al Padre Planque, marzo de 1896. Cf. "Les Missions Catholiques, 23/4/ 1897 en Cote d´Ivoire, les premiers pas d´une Eglise.
  3. Las Hermanas llegan a Grand Bassam en noviembre de 1898, y la Hna. Aloysia se les une en diciembre. 
  4. El Padre Ray muere el 13/5/1898, la Hna. Damien, el 18, y otros tres Padres, en los mismos días.
  5. Relato posterior, del Padre Hammard, noviembre de 1909.
  6. La casa de los Padres, después de haber sido destruída por el fuego, a causa de la primera epidemia, se habían instalado en la casa de las Hermanas, que en ese momento se había ido a Dabou. 
  7. La Hermana Macaire (Gabriela Quinteros), es la primera argentina, oriunda de la provincia de Córdoba, que ingresó en la Congregación de las Hermanas nsa.