viernes, 30 de diciembre de 2016

CAPITULO UNDECIMO: ESENCIALMENTE MISIONERAS (7)

3- CONSAGRADAS PARA SERVIR (1)

"La vida de las Hermanas es parecida en todo a la nuestra" (1). 
Así, el Superior se ocupa de informar a los Padres que, en misión, se aprontan a recibir a las primeras Hermanas, tranquilizándolos. Ellos no son religiosos, ellas por el contrario, se consagran por votos. "Les repito, dirá aún en otra circunstancia, en la Sociedad de las Misiones Africanas, nuestra vida es la copia de la vida religiosa, menos los votos que son reemplazados por el juramento a la Propaganda Fide"(2). Pero entonces, existe para él una diferencia entre voto y juramento y lo que representa esa forma de compromiso?

Sería un error creer que el Padre no le concede importancia. Estima por el contrario, que los votos son "la base de toda la santidad de una vida que ha querido consagrarse a Dios", y "un acto serio delante de Dios" (3). Pero entre los dos, existe una diferencia de situación canónica en la Iglesia?
El voto, más que el juramento asegura estabilidad y equilibrio frente a una elección definitiva que no tiene miedo a la duración?

Mucho más importante- esencial se podría decir- es el modo de ser que resultará de esa elección.
Las Hermanas han optado por otra manera de  vivir. Y esas nuevas costumbres- o mejor la práctida de las "virtudes"- con las cuales deben familiarizarse, lejos de empobrecerlas o de causar la pérdida de sus fuerzas vivas, las liberarán de numerosos vínculos. Así estarán más abiertas a la pérdida de sus fuerzas vivas, las liberarán de numerosos vínculos. Así estarán más abiertas a recibir esos otros bienes, libertad, alegría y mayor amor que Cristo ha prometido a los que le siguen.
Más que el aspecto canónico del voto, es a ese tipo de vida que se eligió como ley: la pobreza, la castidad, la obediencia, que el Superior dedica una particular antención. Pone toda su convicción y el respeto a los consejos evangélicos dados por Cristo mismo, en ayudar a las Hermanas a fin de que vivan plenamente su compromiso.
 



  1. Carta de Planque al Padre Guérin, 23/7/1884.
  2. Carta de Planque al abate Marcellin, cura de Sorbiers (Hautes-Alpes)
  3. Carta de Planque al Hermano Xavier, 15/12/1886.

jueves, 29 de diciembre de 2016

CAPITULO UNDECIMO: ESENCIALMENTE MISIONERAS (6)

2- DEL CENÁCULO A PENTECOSTÉS (4) 

D) Comunidad.

Aunque la Congregación no nació para crear comunidades de vida, sin embargo la comunidad constituye uno de los componentes esenciales, uno de los sostenes indispensables de su acción apostólica. Pues, en el orden de las cosas de Dios, no se hace nada si se está aislado, hay siempre equipo, reunión de hermanas y hermanos, de pueblos...y todos están en marcha, no uno solo.
Por ello el Instituto considera cada comunidad como la célula de base donde se vive la participación en las tareas que le son confiadas. A su vez, cada Hermana recibe de su comunidad, el sitio preciso que debe ocupar como piedra de toda la construcción. Y esa cohesión que es ante todo fraternal- y es que el Padre Planque ha recomendado a menudo con insistencia- asegura a todas, equilibrio y fuerza para el apostolado.

Sim embargo, no es fácil ni evidente una vida en común, cuando se viene de los horizontes más diversos, familias, regiones, medios, grupos de edad...Para ellas como para los Padres de la sma, pueden surgir incomprensiones, choques o desacuerdos sobre todo cuando se agrega a ello "el clima, en esos países del trópico, donde el sol excita la irritabilidad y hace difícil el apoyo del prójimo y hasta de los Superiores..."(1)
Más delicado aún es el encuentro de diversas nacionalidades. Originarias de numerosos países (2), las Hermanas aportan consigo todo un abanico de culturas, de estilos de vida, de lenguas y hasta de ritos religiosos o familiares, cuya riqueza y variedad no son fáciles de compartir. 
"Creo que ustedes se hacen ilusiones sobre la vida en común", escribía un día, recordando que es difícil de vivir, "sólo se puede amar a su prójimo con el sudor de su frente!" (3).

Pero Jesucristo no eligió a sus Apóstoles ni en el mismo lugar, ni con una absoluta identidad de propósitos. Eran todos galileos? Entre Pedro que no conoce más que su barca y el mar de Tiberíades, pero impulsivo y sin rodeos, elos hijos de Zebedeo que buscan siempre el primer lugar, Judas que piensa en llenar sus bolsillos; Mateo, funcionario, hombre de dinero; Simón, el zelote, sin duda hostil a los romanos y más bien conservador... la armonía sólo podía ser perfecta alrededor del Señor, su amigo. Por eso es tan importante vivir en la caridad. El Padre, sin dudas, ha dado ejemplo: "Desde que entré en la Congregación hace cuarenta años, advierte una Hermana, nunca escuché una palabra no caritativa que saliera de la boca de nuestro Padre Fundador." (4)

La primera comunidad es el modelo al cual debemos volver continuamente para aprender a superar las deficiencias y llevar con éxito una vida fraternal dichosa y fecunda. Pues la amistad entre todas será fuente de fuerza y de alegría. Tal era el pensamiento del Padre Planque cuando multiplicaba sus llamados a la unidad, a la concordia, a la dulzura: "¡Pongan aceite, decía, en los engranajes y suavicen las asperezas...!", y sobre todo, "Acéptense tales como son, llevando las cargas las unas de las otras, sosteníendose en la amistad y la alegría, pues ésto es un verdadero alivio en las miserias de la vida" (5). Pero desde los primeros conflictos con España, el padre vigila principalmente a que el espíritu de nacionalidad no dañe a la buena armonía. "Que no haya nunca pequeños clanes de nacionalidades". "Que se diga a las Hermanas hasta qué punto el padre Superior es enemigo de todo lo que espíritu de partido en la Congregación. ¡Quiere un solo corazón y un solo espíritu..! (6).
Que cada una se sienta estimada, respetada, que encuentre en el Instituto la posibilidad de tener éxito en su vocación, sacando el mejor provecho de sí misma...entonces el Superior "bendecirá a Dios por haber establecido entre todas la amistad y la paz, rogándole mantener en casa esos dones preciosos." (7)

Pero si la comunidad es el lugar por excelencia donde pueden vivirse la fraternidad y la alegría, ante todo está constituida para el logro de la misión. Allí está su función, su responsabilidad de ofrecer el testimonio de la caridad para todos los que viven a su alrededor. "si el amor reina entre ustedes, decía el Padre Planque, serán como los primeros cristianos, un buen ejemplo ante los demás. "Para ser fuertes en la obra de Dios, es necesario que estemos unidos". "Allí donde se instala la cizaña, nada bueno puede hacerse para el Reino". Entonces, recomienda "rezar al Maestro para que introduzca entre ustedes la unidad que ha pedido a su Padre, para los que trabajan en la evangelización del mundo" (8). Y la comunidad podrá representar verdaderamente su papel de célula apostólica en el Instituto.




  1. Carta de Planque al Padre Crétas, 13/6/1888.
  2. La internacionalidad no ha cesado de crecer, ver , http://padreagustinplanque.blogspot.com.ar/2015/10/capitulo-decimo-me-decidi-fundar-3.html  nota 6.
  3. Carta de Planque al Padre Vermorel, 18/1/1869.
  4. Según el cuaderno de la Hermana Joseph.  
  5. Varias cartas a las Hermanas y al Padre Beaugendre, 20/5/1872.
  6. Carta de Planque a la Hermana Raphaël, 3/7/1890.
  7. Carta de Planque a la Hermana Frumence, 5/1/1887.
  8. Numerosas cartas del Padre Planque a los Padres y Hermanas sobre la vida fraterna y muy a menudo, en vínculo con la evangelización. Cf. Carta a la Hermana Claire, 12/2/1879.

miércoles, 28 de diciembre de 2016

CAPITULO UNDECIMO: ESENCIALMENTE MISIONERAS (5)

2- DEL CENÁCULO A PENTECOSTÉS (3)

C)... y presentes en el mundo.

Si las Hermanas han hecho de la fe el principio de sus vidas, se sentirán entonces motivadas para actuar, salir de sí mismas al encuentro de los otros.
Hablaríamos igual de misión o de vida apostólica sin la fe en Cristo y en su evangelio?
Lejos de ser un privilegio personal, menos aún una especie de depósito que se conservaría celosamente por miedo de perderlo o de ponerlo en peligro, la fe es la Palabra misma de Dios que se hace viviente en nosotros. Y esa Vida, esa Noticia, no están para permanecer ocultas bajo la parva de nuestras timideces y nuestros miedos. Actuar así, dice, sería "volverse homicida de la fe" (1), privándola de su fuerza y de la llama a la cual otros son convocados para que enciendan su vida. 
Toda el alma apostólica de Agustín Planque, transparenta éstas convicciones que quiere compartir con todos los suyos.

Entonces, lejos de "permanecer enclaustradas", las Hermanas estarán presentes en todas partes donde puedan establecer relaciones, "disponer las mujeres en favor de la misión, educar las hijas" (2).
Deben salir, visitar, recorrer el país, encontrarse con la gente allí donde está.
"Difundir la noticia de Jesucristo, ese es el objetivo por el cual están en misión" (3), les escribbe.
Así son provocadas a una disponibilidad constante y a un servicio desinteresado que acepta los cambios, los imprevistos, el destierro de un territorio a otro y también ese carácter "de extranjero en la casa de su Padre" que queda ligado- quiérase o no- a la condición de misionera.
¿Hay algo más doloroso, a veces, que abandonar "su misión" para entrar en otra y readaptarse?
Es una vida dura, una labor a menudo ingrata, "sólo lentamente se irá ganando la confianza de los africanos" les ha predicho el Padre. Y con frecuencia "cuando se cree que todo ha salido bien, hay qe volver a comenzar y armar su tienda en otra parte"...(4)
Qué interesa, si se quiere ir hasta el don más absoluto de sí mismo: "¡Sus vidas no son sólo para ustedes, y deben estar dispuestas a todo...! (5)

Es por eso que tenía alguna razón para querer "mujeres" que, para poder mantenerse firmes, debían estar bien dotadas de perseverancia y generosidad... Y ciertamente, las primeras Hermanas no decepcionaron sus expectativas; "habían aumentado en ellas", como lo pedía, "el celo apostólico a fin de atraer hacia Dios a todos esos pueblos". Para educar las primeras generaciones de niños y de jóvenes, en esa costa de Guinea que había llegado a ser tan querida como su propio país, no se fijaron ni en su propia pena ni en su propia vida, sino solamente en amarlos mucho. (6)




  1. Es la expresión que emplea en una homilía sobre la fe, para designar a los que la matan por la inutilidad de su vida cristiana. (Archivos nsa)
  2. Carta de Planque a la Hermana Emile, 1887.
  3. Idem 2.
  4. "la paciencia y la perseverancia son virtudes de primera necesidad", 18/1/1864- (y otras cartas), pues "las primeras conversiones son las más difíciles...", 7/3/1888.
  5. Carta de Planque a las Hermanas del Niger, 28/12/1877.
  6. Fueron ciertamente correspondidas de afecto, pues, en los africanos, el reconocimiento y la fidelidad son innatos. Es particularmente bello ver como el recuerdo de las primeras Hermanas, permanece vivo en aquellos que las han conocido...

martes, 27 de diciembre de 2016

CAPITULO UNDECIMO: ESENCIALMENTE MISIONERAS (4)

2- DEL CENÁCULO A PENTECOSTÉS (2)

B) Presentes ante Dios...

En una jornada apostólica hay tiempos privilegiados reservados al Señor, durante los cuales las Hermanas se encuentran unidas en su presencia: tiempo de la celebración eucarística, donde se construye la comunidad alrededor de Cristo, horas del Oficio, de la oración, de la meditación de la Escritura...

Pero hablando de la oración, el Padre insiste aún en otra forma de encuentro personal con el Señor, de oración incesante y que llama "la unión con Dios": "Todas ustedes vivan en la más íntima unión con Dios", recomienda a la Hna. Benoît, su sobrina, superiora en Zifta (1). Y ese hábito que crea la interioridad en el recogimiento y el silencio, es indispensable a toda vida de apóstol, también- y sobre todo quizás- en medio de los días más sobrecargados de trabajo: "Sobre todo en medio de sus ocupaciones, no se olviden de ustedes mismas. Tomen su tiempo para descender al fondo de su corazón, y en presencia de Dios, darse cuenta de dónde están." (2)
Para convencer mejor a las Hermanas, el Padre Planque gusta citar el episodio de Betania, en el evangelio de Lucas (3), en que María permanece junto al Señor, dejando a Marta la carga de las cosas de la casa. "Ustedes son Martas, dice, pues tal es ciertamente vuestra vocación. Entonces sean buenas Martas"- hay tanta gente que acoger en vuestra casa como en Betania- pero en medio de vuestras ocupaciones, sepan siempre estar recogidas como María, para dialogar con el Maestro en el Cenáculo de vuestro corazón." (4)
"A nosotros, se nos ha dicho como a Abraham: `Caminen en presencia de Dios´"(5).

Esto es lo que él mismo vive profundamente, "manteniéndose junto a Cristo, como hacían los apóstoles durante la vida pública de Jesús." Siente particularmente la necesidad de encontrarse delante de Dios, y dice: "en medio de nuestra vida civilizada, me es necesario más que a nadie, un auxilio particular para no desviarme lejos del verdadero sendero." (6).
Su espiritualidad completamente sencilla, directa, pero fuerte, da un lugar importante a la meditación del Padre Nuestro y de la Pasión de Cristo, así como al Espíritu Santo que da sentido a su vida y fuerza para poder seguir la voluntad de Dios, su guía, como lo dice, "para trabajar en el nacimiento del Reino"  (7).
Son los caminos muy seguros que aconseja tomar, a las Hermanas. Así podrán con María, permanecer atentas y perseverar en la fe.

Pues allí está el fundamento: la fe, la roca sobre la cual vendrán a estrellarse la duda y el desaliento, mientras que se afirmarán en la bondad del Padre y la audacia de continuar arriesgando por Él, una vida tantas veces amenazada...
"No tengan miedo", repite a menudo, "vayan a Dios con una gran confianza, pues ustededs también, vencerán todo por la fe..."

"En la difícil vida de las misiones, hace falta en los misioneros más que en otros cristianos, una fe sólida y convencida." (8)
El que habla así, hizo la experiencia de la fidelidad de Dios que nunca lo ha defraudado. Escribió después de la muerte de uno de sus misioneros: "Sería irreparable, si hubiese algo de irreparable ante Dios."(9)...

Se puede descubrir así, a través de las cartas del Padre Planque, una verdadera espiritualidad de la confianza. Si habla a menudo del pecado, más a menudo todavía, evoca el perdón y la ternura del Padre quien nos pide solamente que nos recociliemos con él. 
"Desanimarse sería injuriar a Dios, olvidar su bondad y el amor que nos da."



  1. Carta de Planque a la Hermana Benoît,21/1/1903.
  2. Carta de Planque al padre Cloud, 19/2/1903.
  3. En Lucas, 10, 38-42.
  4.  Pero el recogimiento y silencio que recomienda el Padre no son sin embargo los del claustro, como lo dirá en otras ocasiones. Al leer ciertos comentarios, se podría olvidar todo el hermoso ímpetu misionero que sabía comunicar tan bien. Las Hermanas son, también, "contemplativas en la acción."
  5.  Cf. "conferencias del Noviciado", Archivos nsa.
  6. Carta de Planque al Padre Cloud, 18/101863- y al Padre Borghero, 20/2/1864, declara "Tengo gran necesidad de oración para librarme ventajosamente de las mil cosas que me llenan la cabeza e introducen la distracción en mi espíritu."
  7. Conferencias del Noviciado, Archivos nsa.
  8. Carta de Planque al Padre Mairesse, 20/3/1862 y varias otras cartas.
  9. Carta de Planque a la Hermana Claire, 30/6/1886. 


lunes, 26 de diciembre de 2016

CAPITULO UNDECIMO: ESENCIALMENTE MISIONERAS (3)

2- DEL CENÁCULO A PENTECOSTÉS (1)

A) Un nombre.
Lejos de ser una casualidad, el nombre del instituto elegido por el Fundador, expresa ya en sí mismo lo esencial de la espiritualidad. 
"Hermanas de las Misiones Africanas" (1) serán muy pronto y siempre "para las Misiones Africanas" las "Hermanas de Nuestra Señora de los Apóstoles", un título al cual el Padre Planque de mucha importancia hasta el punto que llegó a pedir a la Propaganda Fide, en el momento de la aprobación de la Congregación, que le permitieran conservar el nombre que él le había dado. (2)

La elección del nombre la habrá hecho en el transcurso de sus numerosos viajes romanos, en la Basílica de San Pedro, o incluso en la de los Santos Apóstoles, no lejos de la ciudad antigua y del Coliseo? No se sabe nada...Lo que sí se sabe, en cambio, y con certeza, es que quiso colocar en el corazón de su instituto, "a la Virgen María, en su título de Reina de los Apóstoles, en el Cenáculo y en sus trabajos apostólicos." (3)

"¿Qué habrían hecho sin Ella, en los primeros tiempos de la Iglesia, durante esos importantes comienzos?", osará decir el Padre yendo un poco más allá de lo que nos dicen los textos. Muy seguro de que María, después de haber compartido con los Doce el tiempo de recogimiento en el Cenáculo, estaba allí aún con ellos cuando se dispersaron a través de Jerusalén en el entusiasmo de Pentecostés. 
"Nadie duda que no haya sostenido a los que se mostraban débiles y que representó magníficamente su papel de madre junto a todos los nuevos convertidos.
"Nosotros mismos, gustaba repetir, qué seríamos sin María? Sin Ella, no habríamos existido!" (4)

Esa maravillosa historia- contada en los primeros capítulos de los Hechos de los Apóstoles- es lo que las Hermanas son llamadas a revivir con Pedro y sus compañeros.
Invitadas, ellas también, a ir a la "Sala alta", en el Cenáculo, para recogerse con María, Madre de Jesús, a fin de dejarse invadir por el Espíritu para conocer y amar a Dios. Así podrán a su vez, ser enviadas, para hacerlo conocer y amar por sus hermanos y hermanas de Africa. (5)

Allí está el espíritu apostólico verdadero en sus dos aspectos inseparables de contemplación de Dios Padre y de servicio al Reino. Allí está, pues, la espiritualidad sobre la que reposa toda la formación de las Hermanas de la nueva Congregación.



  1. Tal era el primer nombre de la Congregación. 
  2. Carta de Planque al Cardenal prefecto Ledochowski, 22/2/1901.
  3. En los cuadernos de notas de las primeras Hermanas...
  4. Idem y conferencias del Noviciado.
  5. Se trata de orientaciones-claves en la espiritualidad de la Congregación.

domingo, 25 de diciembre de 2016

CAPITULO UNDECIMO: ESENCIALMENTE MISIONERAS (2)

1- El proyecto de vida (2)

Pero en su pensamiento- aún cuando exija de ella una muy estricta observancia- la regla es algo más que la letra que expresa al espíritu, ella misma reviste un aspecto fuertemente espiritual: "Por el cumplimiento de la regla se hará el bien" (1) y se ganará "la bendición de Dios por añadidura" (2).
De hecho, de la regla de San Ignacio, es donde más tomará prestado, inspirándose en particular del Compendio de las Constituciones de la Compañía (3). Eso tiene dos razones y cuando menciona en sus Cartas de referencia a los Jesuitas aclara siempre lo que ha guiado su elección: "Si esa regla le parece la más adaptada a la vida apostólica, es porque no incluye austeridad. Por otra parte, la vida de misión, tampoco." (4)
Así, pues, busca una regla que sea "humana" y su experiencia personal lo induce a ello tanto como el sentido común. Sabe lo que le costó en la época del seminario Mayor, haber abusado de las penitencias y nunca autorizará los ayunos o las mortificaciones corporales.
"La salud y el trabajo son, con frecuencia, incompativles con el ayuno" (5), dirá; "necesitan de todas sus fuerzas para realizar sus tareas." (6)

Pero si bien no desea "nada que debilite el cuerpo", anima vivamente a las hermanas a vivir una ascesis personal aceptando las ocasiones que se presentan de mortificarse. "Les quedan muchas otras penitencias por hacer." (7) El peso de las contrariedades, del cansancio y de las enfermedades, el dominio de sí mismas que exige el cumplimiento de sus tareas y los pequeños problemas de la vida común, son motivosque reemplazan los ayunos y serán asimismo meritorios..!" (8)

El segundo aspecto que recoge en la Regla de los Jesuitas, "es que se presta a toda forma de obras, está verdaderamente adaptada al apostolado." (9) Y su deseo, es precisamente, no introducir ninguna contradicción, ninguna imcompatibilidad entre los ejercicios cotidianos de la oración, la vida comunitaria y las actividades de la misión.

El hombre de equilibrio que es Agustín Planque, no puede dejar de apreciar y desear orientaciones en las cuales "todo esté coordinado para hacer más fácil y más segura toda la vida de las Hermanas, particularmente "la práctica de las virtudes" a la cual se han comprometido.
Lo que lo lleva a la conclusión de que hay que desmitificar la vida religiosa: "Muchas personas del mundo buscan allí toda clase de misterio, dice, cuando solamente hay vida cristiana"- bautismal- "vivida de una manera más radical." (10) 

El texto que sigue siempre ha sido mirado como fundamental en el instituto, pues expresa, todavía más fuertemente, todo lo anterior; uno de los caracteres particulares con el cual el Padre quiso marcar, desde el origen y con insistencia, la espiritualidad de las Hermanas: "No deseo nada insólito, sino solamente la sencillez vivida en una gran amplitud de proyecto verdaderamente apostólico." (11)
Hay allí, no solamente una actitud que le era muy familiar, sino una verdadera opción de vida espiritual, un modo de ir a Dios de alquien para el cual nada puede ser más importante que reconocerse, ante sí mismo y ante sus hermanos y hermanas, humildemente, con recititud y sin simulación, natural, como quien simplemente hace lo que ha prometido.

Sencillos como María, como Pedro, como los Apóstoles y particularmente como ese Nathanael bajo la higuera, en quien Cristo ha exaltado "un verdadero israelita, sin artificio." Aquí están los modelos.
Es en eso, habría dicho a las Hermanas, en lo que deberían ser reconocidas, en la sencillez de sus vidas. No es una actitud fácil, pues la verdadera sencillez, importante como una bienaventuranza- es ante todo, la búsqueda de Dios, con un corazón recto y disponible. Y en ese servicio que se cumple, en nombre del Señor, no pueden entrar ni mezquindad, ni estrechez.
El espíritu que se deja modelar por la ternura de Dios, no puede ser más que "generoso". Si permanece lúcido, sin ningún compromiso con el mal, no es por lo pronto, llevado a la sospecha sino al amor, a la benevolencia, a la disculpa y al perdón. 
Vivir así en la simplicidad de los hijos de Dios, no se puede hacer sin una fuerza venida de lo alto. 
Agrega inmediatamente: "El Espíritu Santo secundará nuestras intenciones y obtendrá su gloria de nuestros esfuerzos." (12)


  1. Carta de Planque 1897- Cf. Carta de Planque a la Hermana Honorius, 24/6/1895.
  2. Según el texto de las primeras Constituciones y la carta del Padre Planque a las Hermanas de Cork, 19/5/1899.
  3. Este compendio es un documento simple en su espíritu y su redacción, que se dirige particularmente a Aspirantes.
  4. Carta de Planque al Padre Durieu, 18/7/1877, y al Padre Guérin, 23/7/1884.
  5. Carta de Planque a la Hermana Catherine, 25/6/1888.
  6. Carta de Planque a la Hermana Alexandre, 3/12/1888.
  7. Carta de Planque a la Hermana Édèse, 28/12/1886.
  8. Carta de Planque a la Hermana Héliodore, 2/11/1888.
  9. Carta de Planque a un abate, citada en el capítulo anterior.
  10. Carta de Planque al Padre Guérin, 22/7/1884.
  11. y 12. Carta de Planque a la Hermana Dominica, 17/10/1876

viernes, 23 de diciembre de 2016

CAPITULO UNDECIMO: ESENCIALMENTE MISIONERAS (1)

En el momento en que preparaba "sus planes para la organización de la nueva Congregación", el Padre Planque escribía: "Creo que sería mejor no formar Dominicas...sino buenas y verdaderas religiosas misioneras". Porque la experiencia que acaba de vivir con las Hermanas Franciscanas-aún sin ser negativa, sería suficiente para probarle que su proyecto para el Africa, difícilmente puede coincidir con la meta de otro Instituto, lo cual lo compromete a hacer algo nuevo. (1)

Su intención está bien firme, en efecto, de "fundar para las Misiones", y tener así, Religiosas que trabajarán en forma complementaria con los Padres (de la Sociedad de Misiones Africanas).
"Por el bien de Africa, Dios hizo nacer esa pequeña institución" (2).
El objetivo está por lo tanto, bien definido desde el origen. Pero el Superior tendrá a menudo, la ocasión de recordarlo: "Sería necesario ciertamente hacer comprender, volverá a decir más adelante, que las Hermanas están únicamente para las Misiones." (3)

No hay ninguna ambigüedad. Pues si se quiere hablar del carisma de la congregación, se lo hará siempre dentro de la línea del Padre Planque. Así, pues, la gracia que él ha recibido es la de dejar que la fuerza del Espíritu obre en él, para que progrese la evangelización en Africa. Como su Fundador, los miembros del instituto conservan la misma meta y la misma dirección: en fidelidad al Espíritu, se hacen disponibles al servicio del Evangelio y especialmente junto a las mujeres africanas, niños y familias.

1- El proyecto de vida (1)

Para definir la orientación de su congregación, no tenía necesidad de consultar a nadie. Por otra parte, convencido de su ignorancia en lo que concierne a la vida regular regida por el derecho de la Iglesia, ya ha pedido la ayuda del padre Codant (4) y, "agradeciéndole su celo en servir a la Misión", no tendrá temor de reconocer con su franqueza habitual: "Usted tiene de las comunidades de Religiosas, una experiencia que yo no tengo y que sin embargo es indispensable en la cuestión actual." (5)

Pero el Fundador se dirige primero a Roma, al secretario, Monseñor Cretoni, en quien tiene completa confianza. "Decidido a buscar en las Reglas aprobadas por la Santa Sede", en "las del Buen Socorro", por ejemplo, todo lo que concordará con su propio fin.", quisiera que "las Hermanas tengan pronto una apropiada." (6) Pues necesita pensar en Las Constituciones . "Cómo podría existir una sociedad sin reglas fijas que sean observadas por todos los miembros?" (7) Y cómo él, sin esos puntos de referencia, dirigiría los destinos de la Congregación y cumpliría con su función de Superior?"
La Regla será entre sus manos, una medio de gobernar y de resolver los conflictos. Para decidir sobre la marcha de una obra, de un grupo, o incluso de la iglesia ¿no es acaso en su época, sobre todo, la autoridad del jefe, la organización jerárquica y el derecho, los que pasan a menudo al primer lugar, antes que toda otra consideración?


  1.  Carta de Planque al Padre Codant, 29/12/1875.
  2. Carta de Planque a la Hna. Marie de l´Assomption, 3/11/1877.
  3. Carta de Planque al Padre Terrien, 29/5/1903. En el momento de la ley sobre las Asociaciones, ésta afirmación del Superior en cuanto al objetivo del instituto no es sólo un medio de evitar un peligro y de protegerse de eventuales persecuciones, es la sencilla verdad.
  4. Confrontar nota nº 1.  
  5. Carta de Planque al Padre Codant, 29/12/1875.
  6. Carta de Planque a la Hna. Dominica, 20/10/1876, y al director de la Propagande Fide, 20/7/1884.
  7. Carta de Planque al Padre Courdioux, 19/9/1864.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

CAPÍTULO DÉCIMO: “ME DECIDÍ A FUNDAR” (8)

3- De la Guillotière al Moulin-à-Vent (2)
 
Ante éste nuevo  golpe, Agustín Planque no baja los brazos. Confiado en el apoyo romano, acaso no encontró también, como una suerte de contrapeso a la desconfianza de su arzobispo, la tan cálida acogida de su amigo Fava, convertido en obispo de Grenoble? Éste, feliz de apoyar a su ex condiscípulo lo ha comprometido par que vaya a construir allí su noviciado para las Misiones. (1) Por otra parte, el Padre confiará más tarde que "la Propagande Fide lo ha comprometido a poner a sus Religiosas bajo la jurisdicción inmediata de Monseñor Fava: es una apertura casi oficial que puede cubrirlo frente a ciertas eventualidades" (2)
¡Cuántas Hermanas no supieron nunca- y hasta mucho tiempo después- que su Congregación recién nacida habría podido naufragar, de no haber existido la confianza inalterable de Roma en la seriedad de acción del Padre Planque, y sin la amistad fiel del antiguo Vicario Apostólico de Zanzibar...!

Bastante reconfortado y seguro del camino a seguir, en el verano de 1878, el nuevo Fundador adquiere- a media hora de La Guillotière, un gran terreno casi contiguo a la iglesia de Sauterelles, en el barrio del Moulin-à-Vent- y comienza a hacer construir la casa definitiva de las Hermanas. "Podrán instalarse allí en el mes de setiembre del año próximo. Habrá un jardín más grande que el del Seminario." "Se construirá la mitad solamente, pero cuando esté terminada, será más grande que el seminario de los Padres (de la sma)". (3)

Sin embargo será necesario una larga paciencia- como para la construcción del Paseo des Brosses- y muchas preocupaciones, idas y vueltas entre La Guillotière y la obra, para ver llegar el fin de los trabajos...El Superior confiesa que tiene "toda clase de inconvientes para hacer terminar la casa de las Hermanas." "Sin embargo aquí está, escribe, he logrado una casa habitable con un año de atraso y con infinitas dificultades" (4) "Y estoy apurado para que ellas estén en su casa." (5)
 
¡La mudanza fue un poco como la primera instalación, en mayo de 1876: una verdadera pequeña epopeya de familia!.. "El tiempo apremiaba! cuentan las primeras Hermanas. ¡Éramos más de cuarenta y si el único salón de La Guillotière permitía que el aire fuera respirable, es porque allí se habían instalado dos ventiladores colocados hacia el alto de las ventanas mientras esperábamos la partida deseada tanto por el Padre como por  nosotras" (6), que tuvo lugar el 8 de junio de 1881. 
A un primer grupo se le encargó poner la nueva casa en condiciones después de la partida de los obreros. Después vino el segundo grupo, tres días más tarde. Esta construcción bastante espaciosa (7) fué rápidamente conocida por todos, no como un noviciado- las dificultades de esa época muy anticlerical inducen a no mostrarse- sino como el Pensionado San José (8), que sirvió de externado a los chicos del barrio hasta los difíciles años del principio del siglo siguiente, en que las congregaciones religiosas no tuvieron más el derecho de enseñar. Era una escuela importante si damos fe a la carta dirigida al Señor Devoucoux en Irlanda: "La universidad reconoce que la Casa puede recibir 187 pensionadas, sin contar las maestras. Usted podrá enviar gran cantidad de alumnas." (9)
La señorita Holley, una joven de Normandía, llegó para ser titular de la escuela (10) y tomó la dirección.

Las Hermanas tienen en adelante, su casa (11) y se encuentran bajo la jurisdicción del Obispo de Grenoble. Las ha aprobado. Vion a bendecir las construcciones y la capilla. Celebrará la toma de hábito y la Primera Profesión. (12). 
El padre Planque está tranquilo. Y siempre seguro de que "el Espíritu Santo sabe arreglar a la perfección, todas las cosas a su tiempo"; mira con confianza el porvenir de su Instituto.





  1. Monseñor Armand Fava, salido del seminario de Cambrai, al igual que  Agustín Planque, convertido en Padre del Espíritu Santo, fue misioner en La Reunión y en Zanzíbar, luego, obispo de Saint Pierre y Fort-de-France en La Martinica. En 1875 es nombrado obispo de Grenoble, después de 24 años de minsiterio en las colonias francesas. Fue para el Padre Planque, el más fiel de los amigos y a menudo, el más eficaz. 
  2. Carta de Planque a una Reverenda madre x...2/2/1880.
  3. Carta de Planque a la Hna. Elesbaan, 8/10/1878, y a la Hna. raphaël, 27/11/1878. La segunda parte de la construcción de la cual habla el Padre se realizará recién entre 1930-31 y será terminada en 1932.
  4. Carta de Planque al Padre Devoucoux, 28/5/1881.
  5. Carta de Planque al Padre Moreau, 27/4/1881.
  6. Según el cuaderno de recuerdos de las Hermanas Vianney y Joseph.
  7. Carta de Planque a la Hna. marie-Véronique, 27/11/1878: "El edificio de tres pisos con sótano y planta baja tiene 24 metros de largo por 17 metros de ancho. Es más o menos la mitad de lo que tendrá la cada en total."
  8. Una estatua de San josé, fue colocada en la fachada oeste, en el último piso (todavía existe). "Será bendecida la semana próxima por el Monseñor de Grenoble", escribe el Padre al Padre Boutry, el 17/5/1883. Las personas mayores del barrio, recuerdan haber escuchado hablar a sus padres de ese Pensionado de San José...
  9. Carta de Planque al Padre Devoucoux, 28/5/1881.
  10. Carta de Planque al Padre Terrien, 29/5/1903. La señorita Holey se convertirá en la Hna. Théodore, y formará parte del primer Consejo General de la Congregación (hasta 1910).
  11. La Congregación abandonará ésta casa construida por Planque, en 1971, después de 90 años de presencia en Moulin-à-Vent, para adquirir otra más funcional y menos grande, en Sainte-Foy-les-Lyon (a unos doscientos metros de la prmera casa del Petit Sainte-Foy).
  12. Carta de Planque a un abate y a una reverenda madre 2/2/1880.

lunes, 19 de diciembre de 2016

CAPÍTULO DÉCIMO: “ME DECIDÍ A FUNDAR” (7)

3- De la Guillotière al Moulin-à-Vent (1)

La Guillotière estaba bien, y el lugar podía convenir cuando eran solamente nueve postulantes... Además, era muy práctico para un Superior como él, dividido entre dos casas y que podía pasar fácilmente de una a otra (1). 
También para las Hermanas la carpa se vuelve demasiado pequeña, es necesario ampliarla, buscar otra morada, pues la Congregación crece rápido. Pronto deberá incluso, obtener un estatuto canónico. 

¡Decididamente, los caminos del Padre Planque no están nunca sin piedras ni rodeos!
En los años 1878-1880, el clima político está lejos de ser favorable a las Congregaciones, y el arzobispo de Lyon, considerando el número de comunidades religiosas establecidas en su diócesis (2), estaría más dispuesto a cerrar algunas que a abrir otras. ¿cómo, en esas condiciones, esperar recibir una aprobación oficial?...
Es un primer obstáculo. De hecho, no es ni el único, ni el principal.

Pues sucede que, casi al mismo tiempo, el Cardenal Caverot, debe proveer a Roma, informes que conciernen al estado de las Misiones Africanas y de su Superior, y más adelante veremos el contenido de ese informe como también, las razones que lo provocaron.
Sobre el testimonio de los dos informantes que él eligió, el Señor Courdioux y Madre Bonaventure, cuya versión de los hechos recientes, vista las circunstancias, podía ser difícilmente objetiva- el cardenal Caverot transmite a Roma un informe donde el padre Planque es más bien maltratado. (3)
Y en la última parte de su exposición- la que interesa a la fundación de las Hermanas- declara que "el padre Planque acaba de hacer tentativas para crear una congregación de religiosas que dependen de él y consagradas a su obra". Pero, agrega, "positivamente se lo he prohibido." Si el Padre Planque ya ha disuelto "esa especie de congregación híbrida que rechazo reconocer, lo ignoro.  Será pues, urgente, que la Propaganda Fide le ordene licenciar a esas Hermanas y sobre todo, ¡hacerlas salir de su seminario..! (4)

La actitud intransigente y sin apelación del Cardenal de Lyon, hacia la iniciativa valerosa del Padre Planque, no encuentra de hecho, ningún eco en Roma, donde desde hace más de dieciocho meses, se conoce ese proyecto de congregación; se congratula e impulsa al Superior a terminar su organización lo antes posible.
Pero Monseñor Caverot parece ignorarlo...ésto se comprende porque el padre Planque, que busca establecer la casa de las Hermanas, eligió deliberadamente pasar - a tres kilómetros de allí- las fronteras de la diócesis de Lyon y asentarse en la de Grenoble (5).
En la desautorización del obispo, hay que encontrar el verdadero motivo de la fundación en Moulin-à-Vent, como también la decisión de no hacer las Profesiones de Votos, mientras estén en la Guillotière, sino esperar para eso a que las Hermanas estén en Africa. Pues el Cardenal nunca habría acordado la aprobación canónica requerida para esas Profesiones.
También, "se ha adoptado provisoriamente, declara el Padre, que las Hermanas hagans sus Votos al llegar a la misión. 
Esta medida se debe todo a que viven en un local que es sólo provisorio y no creo prudente pedir autorización al arzobispo de Lyon, para una comunidad que no permanecerá donde está, y que será llevada a Grenoble, a veinte minutos de aquí. (6)





  1. Las dos casas están muy próximas una de la otra.
  2. Se trata del C. Caverot que sucedió a Monseñor Ginoulhiac en 1876. En esa época, se cuentan más de 350 comunidades religiosas en la diócesis de Lyon.
  3. Cf. En la 4ª parte, capítulo 12, el conjunto de ese informe, las razones que lo provocaron y lo que pensaba el padre Planque del pedido que había hecho el C. Caverot a éstos dos "informantes".
  4. Carta del C. Caverot al C. Simeoni, prefecto de la Propaganda Fide, 28/1/1878. El arzobispo agrega además, en una segunda carta, 10/11/1878, "Que le parece evidente que la creación de un instituto de hombres y de mujeres sometidos al mismo Superior, ofrece inmensos peligros."
  5. Cuando el sector de Vénissieux/ Moulin-à-Vent volverá a la diócesis de Lyon (en 1955), como consecuencia de un reacomodamiento de las diócesis limítrofes, la Casa-madre, será integrada a su diócesis de origen.
  6. Carta de Planque al Padre Louapre, 30/10/1878.

CAPÍTULO DÉCIMO: “ME DECIDÍ A FUNDAR” (6)

2. Humildes principios (2)
Una vez abierta la casa de La Guillotière, el Superior está impaciente por ver llegar a la persona con quien cuenta asegurar la formación. Parece que apeló a una Hermana dominica del Santo Rosario, propuesta por el Padre Codant, él mismo, dominico también. (1)
Como no obtiene respuesta, reitera su pedido: "Esperamos solamente a su hija que será la Madre de nuestras futuras misioneras" y expresa su deseo de ver ésta cuestión resuelta lo antes posible para "instalar la pequeña comunidad antes de viajar a Roma donde lo llaman varios asuntos" y decidir previamente, "de acuerdo con el Padre Codant, las reglas y constituciones adaptadas a su fin."(2)

En octubre, nueva carta, a la Dominica, ésta vez:"Sería el momento para ocuparnos de nuestras futuras Hermanas". "Tengo un grand deseo de verla llegar lo más rápido posible, sus hijas la necestian mucho" (3). Pero la Maestra esperada no está decidida a colaborar...rumores mal intencionados procedentes de Niza le han hecho creer que las Hermanas que se encuentran allí son solamente las sirvientas de los Padres, y se alojan bajo el mismo techo...El Superior trata de tranquilizarla, pero no puede convencerla (4). No vendrá. Y la señorita De Cossigny, una persona relevante, que habla varios idiomas, tampoco se quedará en el noviciado, más allá de algunos meses. "No sólo falló, sino que incluso causó un espantoso embrollo" (5), reconoce el Padre, decepcionado una vez más.

¿Qué le queda por hacer..sino presentarse como voluntario para el puesto vacante y tomar él mismo la dirección del grupo?
Esta clase de situaciones de reemplazo las conoce bien, pero ésta vez, el suplemento de trabajo que le traerá, es considerable, ya que, a las responsabilidades de la formación, se agregarán los problemas materiales y el acrecentamiento inevitable de las colectas y otras gestiones.
El se sincera con algunos de sus próximos:"Mi tiempo está muy cortado por las ocupaciones más variadas." (6) "Es un gran compromiso para mí, ocuparme de la formación de éstas jóvenes..."(7) "Puede pensar que ésta comunidad aumenta mi trabajo que ya era múltiple", pero enseguida agrega: "El bien que debe resultar para las misiones, me fortalece..." (8)

El Padre asumirá esa función largos años hasta que se decida llamar del Africa a una o dos Hermanas para que aporten a un noviciado, ya más numeroso, su experiencia de las misiones. Pero en 1877, la hora no llegó todavía. Se atreve incluso a contar con una tercera persona que conoce bien la vida religiosa y misionera, pues ha prometido su ayuda. Pero nunca llegará . (9)

En el año que sigue a la fundación, sin ninguna pretensión, pero con su experiencia probada de formador, un sentido claro del fin a alcanzar y su hábito de poner a Dios en el centro de la acción apostólica, comienza sus funciones y "hace que tome cuerpo y alma esa pequeña comunidad que avanza lentamente"(10), lo cual no dejará de sorprenderlo, pues dice, "no es poca cosa reformar su carácter..." "Pero encuentro una verdadera buena voluntad, la mayoría son confiadas. Casi todos los días, voy a pasar una o dos horas a su disposición"(11). Horas muy bien empleadas para su formación, si se da fe a la Hermana Joseph que dice: "Cuando le pedíamos un consejo, nos daba seguridad"... "y tenía también un don particular para ayudarnos a que abramos nuestro corazón..." (12)

Él mismo es lo suficiente psicólogo para saber que debe adaptarse: "La dirección de las Hermanas es mucho más complejo de lo que se piensa." (13)
Y continúa compartiendo su experiencia con aquellos que recibirán a las Hermanas en Africa, dirá:" Con las mujeres hay que saber ser muy mesurado porque a menudo son exageradas. Una paciencia perseverante lleva casi siempre las cosas a un buen resultado." (14)

Finalmente "la pequeña comunidad anda bien, progresa mucho, será seria y sólida en poco tiempo."..."Las jóvenes están contentas y se introducen seriamente en la vida religiosa"... "Hacemos las cosas con seriedad y sin ruido, pero Dios bendice nuestros esfuerzos." (15)

Con seriedad y sin ruido, el tono ya está dado...Nunca habrá que perder de vista éstas dos palabras que no se cansa de repetir, que tan esenciales le parecen pare al espíritu que quiere hacer reinar en el noviciado. "Trabajamos para Dios, no para el ruido del mundo." (16). 
"Las Hermanas permanecen en la sombra", leemos en una carta más tardía, no hacen que se hable de ellas sino que cumplen un trabajo serio (17) y eso a pesar de los gritos de los contestatarios y de los envidiosos. Que por cierto los habrá...





  1. Carta de Planque al Padre Codant, Superior de la casa de las Dominicas en Sèvres, 28/12/1875. El Padre Planque agradece por adelantado a ésta Hermana que ha comprendido tan bien las necesidades de los africanos. 
  2. Carta del Padre Planque al Padre Codant, 11/2/1876.
  3. Carta de Planque a la Hermana Dominica, 15/3/1876.
  4. Carta de Planque a la misma Hermana, 27/10/1876. El padre Planque le explica sin convencerla, la condición de vida de las Hermanas en Niza. Cf. Al Abate x, 11/11/1884; "No es serio decir, escribirá, que ellas están empleadas como domésticas, aunque las mismas tengan tareas materiales." Al Padre Poirier, 7/12/1887, recomienda "que las Hermanas no cocinen, pues en Africa es demasiado fatigoso para los blancos."
  5. Carta de Planque al Padre Durieu, 14/11/1887, y a la Hermana Joseph, 28/11/1877.
  6. Carta de Planque a la Hermana Marie-Véronique, 6/2/1878. "La función de maestro de novicias no es lo que me demanda menos tiempo."
  7. Carta de Planque al Padre Durien, citada en nº 5. 
  8. Carta a la Hna. Joseph, 28/11/1877.
  9. Carta de Planque a la Hermana Marie de l´Assomption, 15/8/1877.
  10. Carta de Planque a la Hermana Marie de l´Assomption, 3/11/1877.
  11. Carta de Planque a la Hermana Marie-Raphaël, 27/11/1879; y varias cartas a las Hermanas entre junio y diciembre de 1877.
  12. Cuaderno de la Hermana Joseph.
  13. Carta de Planque al Padre Pourret, 16/6/1880.
  14. Carta de Planque a Padre Ménager, 11/6/1879.
  15. Carta de Planque al Padre Louapre, 24/10/1877.
  16. Carta de Planque a la Hermana Marie-Véronique, 19/6/1878.
  17. Carta de Planque al abate Voisin (Crest, Drôme), 25/10/1898.

CAPÍTULO DÉCIMO: “ME DECIDÍ A FUNDAR” (5)

2. Humildes principios (1)

"La Guillotière, era el período heroico", contaban las que lo habían vivido. "En la casa, aparte de las paredes desnudas de las cuatro piezas vacías donde entramos, se encontraba sobre todo la Señora Pobreza, pero también una alegría muy grande de trabajar por nuestro ideal y una confianza sin límites en Dios y en nuestro Padre Fundador, lo que nos llevaba a aceptar todo con júbilo." (1)
Para "aliviar el peso de la cuestión material", algunas de las jóvenes, siendo lenceras, propusieron trabajar para los grandes comercios de Lyon. Poco a poco la casa se organizó, tuvo un pequeño oratorio y también un verdadero horario de vida religiosa.

Y cosiendo para los otros, las postulantes desearon fabricarse para ellas también...un hábito religioso!
Las pequeñas historias de las hermanas mayores sobre éste tema, no faltan. Todas pintorescas y divertidas: cofias de lencería, cuellos blancos...Un hábito: el Padre Planque acepta finalmente que tengan uno como todas las hermanas de ese tiempo y la primera toma de hábito, fue el 15 de abril de 1877. Pero a sus ojos, es una cuestión secundaria, casi sin importancia, una vestimenta común. Y bastante secamente pedirá a la mamá de una novicia, que se preocupa demasiado, "que no se haga del hábito, lo esencial de la vida religiosa"... y "que por otra parte, en ciertos institutos del siglo pasado, nunca lo llevaron..." (2)
Cuando partan al Moulin-à-Vent "estarán vestidas de civil"...puesto que los tiempos son difíciles y es necesario guardar una cierta reserva sin buscar llamar la atención...
"No deseo dar a las Hermanas un verdadero hábito religioso", le dice a la futura Hermana Théodore, en consideración a los días malos que parecen prepararse para Francia. Un hábito simple, negro, que atraiga poco las miradas, creo que sería lo mejor por el momento." (3)

Sucede lo mismo con el nombre que se recibía antiguamente al tomar el hábito...Para el Superior, es también  una costumbre sin importancia, simplemente la acepta, pero...a su manera! y preparó una buena lista de santos africanos, donde las futuras Hermanas podrán elegirse un Patrón...nombres desconocidos, distintos y hasta raros, no siempre fáciles de llevar!...(4)

Por el contrario, cuando las casas y el personal comenzaron a multiplicarse, se mostró francamente opuesto a que, en la Congregación, las Superioras se conviertan en "Madres". "Son todas Hermanas", decía, "y mi intención es que, donde vayan, conserven ese nombre sin llamarse nunca `Madre´¨. "Que en ninguna parte, la Superiora sea así nombrada y si, en algún lugar, se tomó esa costumbre, que se aproveche entonces del primer cambio para retomar el nombre de `Hermana´. No sé tampoco si más adelante la Superiora de toda la Congregación tendrá ese nombre." (5)
Pero sobre ese punto también debió ceder siguiendo las solicitudes de algunas de sus hijas que regresaban de Africa (6).
Será necesario esperar las actualizaciones del Concilio Vaticano II, para que la Congregación vuelva a los proyectos simples del Fundador. En cuanto a él, en esos primeros años, predica con el ejemplo: "Que se me llame `Señor Superior´, `Señor Planque´, `Padre´, `presbítero´o `reverendo Padre´, no le presto ninguna clase de atención y no le atribuyo ninguna intención." (7) 
Y con respecto a todos esos apelativos muy considerados en su época, el Superior habló con claridad con uno de sus Padres:"Nada somos por el título. Se lo es por el cargo que se ejerce según la obediencia que es del orden de Dios, y por la manera con el cual se lo ejerce." 
Dar importancia en la vida de simplicidad que predica a todos, sería equivocarse de objetivo. Lo que cuenta, "lo que lo hará sólido", es "hacer delante de Dios, para Dios y con su auxilio, todo lo que se debe, para el bien..." (8)

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1. Según el cuaderno de recuerdos de las Hermanas Vianney y J. Joseph.
2. Carta de Planque a un sacerdote. "Por otra parte, dirá aún el Padre, puede suceder que, en otra casa, sea necesario llevar otro hábito." Pedirá también que " los vestidos no sean demasiado largos...y ¡nada de velos hasta el suelo...! (a la Hermana Heliodora, 13/10/1887)
3. Carta de Planque a la Hermana Théodore, carta sin fecha. Archivos nsa.
4. Carta de Planque a la Hermana Raphael, 28/11/1887. Así, encontraremos las Hermanas Nicanor, Nilamon, Castule, Classique, Hermogène...!y la que pidió un nombre africano, se llamará Elesbaan, que fue el nombre de un rey de Abisinia. 
5. Carta de Planque al Padre Moreau, 30/1/1884, y a la Hermana Claire, 2/1/1884 y 17/4/1884.
6. "Hermanas llegadas de Africa", se lee en los cuadernos de recuerdos de las mayores, "habían pedido al Padre Planque, llamar a la Superiora `Madre´, o `Reverenda Madre´, e incluso, `Muy reverenda madre´, tal como se hacía en los otros Institutos. "No juzgo necesario negárselos, visto las costumbres de la época." Pero desde 1967, el nombre de `Madre´ no se usa más en nuestra Congregación. 
7. Carta de Planque al presbítero x...
8. Carta de Planque al Padre Chautard, 15/11/1890.