sábado, 28 de enero de 2017

Capítulo 13: EN PLENA EXPANSIÓN (5)

1- La Costa de Oro (5).

A su regreso, el padre Moreau no encontró ni al Padre Legeay - de quien el padre Planque decía "que era intrépido hasta la imprudencia" y que demasiado pronto no resistió más - ni al señor Brun, agregado consular, que se hizo muy amigo de la misión.
También murió un sacerdote joven, el padre Miessen, que sólo pasó veintisiete días en misión.
Muy afligido por esos duelos, sin flaquear, Moreau ha vuelto a la obra y sueña, con hacer de Elmina, el centro de una cristiandad numerosa y fervorosa. Pero a su vez caerá en plena acción, pues se había decidido ir a Madère para reposar un poco, muere en el barco, al frente de Axim (1).

Con esas renovadas pérdidas de misioneros de valor, jóvenes y llenos de fe (2), se comprende que las nuevas fundaciones fueran demoradas o que algunas casas apenas abiertas, debieran cerrarse.
Pero el grave problema de salud y del personal no es el único. También se agrega, para obstaculizar la progresión, la inestabilidad política debida a las guerras continuas, especialmente las que sostienen los Ashantis, no sólo con las tribus vecinas sino con los ingleses de quienes son los temibles opositores y a quienes están resueltos a hacer retroceder.
No obstante, sus esfuerzos serán vanos y ese pueblo orgulloso y belicoso, se convertirá a su vez en "colonia de la Corona británica".

En 1895 - año que se anuncia particularmente duro para la salud- el Padre Albert acaba de ser nombrado Prefecto Apostólico de la Costa de Oro, y con ese hombre valiente, tan unido a la misión como lo estuvo, no hay que perder la esperanza (3). 
Su primera preocupación es prever construcciones más confortables para los misioneros, alejadas de los pantanos y sobre elevadas, para que sean menos húmedas. 
Acaba de transferir  la sede de la Prefectura de Elmina a Cape Coast, siendo ésta última ciudad, el centro del gobierno administrativo. 
No cerró ninguna de las cuatro misiones que parecen bien asentadas (4) y cada una comienza a irradiar en puestos secundarios.
Las escuelas de niñas y de varones, progresan, él mismo acaba de hacer sesenta confirmaciones en Keita...todo eso puede hacer prever que en un futuro próximo, se llegará a ciudades y pueblos del interior. pero la misión permanece pobre.
El Padre Albert contó demasiado - y el Padre Planque también - con subvenciones del gobierno británico...que fueron prometidas, pero nunca fueron dadas!...

En 1901, Monseñor Albert es elevado a la dignidad de Vicario Apostólico con gran alegría de todos, porque es muy estimado. Pero no tendrá más de dos años para continuar un trabajo que lo mantuvo cerca de la población y de sus problemas: muere en 1903, habiendo contribuído como uno de los mejores, en hacer arraigar la misión en esa parte de Africa que se le había confiado.

Es cierto que la iglesia de ese país constituye una de las más bellas fundaciones del padre Planque, incluso si tuvo en los comienzos su gran parte de pruebas, y si la presencia de algunos gobernadores británicos no facilitó siempre la ubicación de la misión.
Es quizás gracias a los esfuerzos que la ayudaron a constituírse, que la iglesia de Gana, ha recuperado desde hace mucho tiempo, su retraso, teniendo en particular sacerdotes, obispos y religiosas autóctonos.
Las primeras africanas llegadas a Nuestra Señora de los Apóstoles - hna. Benigna-Consolata Archer y Augustina Quayes - eran precisamente, dos jóvenes originarias de la antigua Costa de Oro (5)

  1. El padre Moreau muere a los 39 años, el 21/3/1886.
  2. El Padre Gaudeul, que vino a reemplazar al padre Moreau, muere, a su vez, el 23/5/1887, a los 39 años.
  3. El Padre Albert sucede al Padre Pellat, el que hizo terminar la iglesia de Elmina en 1890 - y provocó en esa ocasión, una reunión de "los contestatarios" de la región...Ver capítulo 12.
  4. Con Cape Coast y Elmina, están también Keita y Saltpond. Axim debió ser abandonada, pero será abierta de nuevo en 1902.
  5. Las hermanas Benigna y Augustina entraron al noviciado e Vénissieux, en 1930.

miércoles, 25 de enero de 2017

Capítulo 13: EN PLENA EXPANSIÓN (4)

1- La Costa de Oro (4).

Se comprende que el Padre Planque, conmocionado por tantas pérdidas humanas, "profundamente afligido" y "al no saber cómo parar esa terrible hemorragia", llama sin cesar a Roma y renueva el mismo pedido: "Más que nunca, escribirá, siento la importancia que tendría para nosotros, tener varias misiones en país templado. Salvo la prefectura del Delta egipcio, las otras cuatro se convirtieron, en pocos años, en tumba de los que fueron enviados." (1)
Sin duda, es verdad, que el clima era desfavorable. Pero, si creemos el médico que luchó por salvar a varios, las numerosas muertes parecen haber sido a causa de una salud demasiado débil para resistir a las epidemias y al ritmo acelerado de una vida de fatiga y exceso de trabajo.

Sin embargo, todos se aferrarán a ese país con coraje, con "un gran amor y en el corazón y el deseo de consagrarle su vida." (2)
Al recibir sus cartas entusiastas y resueltas, el Padre Planque tiene confianza; está seguro que "es una catolicidad que comienza y "no pierde la esperanza de ver florecer en ese país, en un futuro bastante cercano, una vida cristiana parecida a la de Lagos" (3).
Con la misma certeza, repetirá cais en términos idénticos al padre Gaudeul: "La Costa de Oro tiene todo lo necesario para convertirse en una gran misión" (4).

Solo en Elmina, esperando los refuerzos, el Padre Moreau no podrá hacer nada mejor que estudiar la lengua Fanti sin la cual, escribe, "no podré trabajar aquí". Y se dedica también, como los del Dahomey, a traducir textos bíblicos y litúrgicos, en lengua local e incluso, a redactar manuales escolares.
Para Navidad, con el padre Boutry, que ha llegado en noviembre, recoge ya los primeros resultados: algunos bautismos, así como alumnos cada vez más numerosos en la escuelita que prospera rápidamente, signos de esperanza que animan a buscar ortras implantaciones (5).
El padre Planque deja a los misioneros total libertad al respecto, solamente recomendó que - según la regla adoptada - se levanten pocos puestos sobre la costa y qe se dirijan lo más posible hacia el interior, lejos de los europeos.
Seguramente, ganarán por la salubridad de los lugares y, por otra parte, la misión alcanzará más rápidamente las poblaciones indígenas, por las cuales vienen a establecerse en el país.

Aprovechando la invitación del rey de los Ashantis, y acompañado por señor Brun, el Padre Moreau emprende las ciento cincuenta millas que los separan de Kumasi, la capital de la esa etnia.
Pero pronto se encuentra en la situación que ya había conocido el padre Borghero, de visita en lo del rey Glé-Glé...Él también regresa sin esperanzas...y nada más.
La provincia de los Ashantis, siempre en guerra, no quiere abrirse a ningún proyecto; e incluso si "cuatro sacerdotes están listos para ser enviados a fundar una misión en la capital", habrá que resignarse y esperar...unos treinta años para que las Misiones Africanas lleguen al centro del país (6).

Al regreso de su licencia en Francia, el Padre Moreau, trae consigo las dos primeras Religiosas destinadas a la Costa de Oro, una irlandesa: Hna. Ignatia, y la otra, suiza, Hna. Potamienne. 
Su arribo es todo un acontecimiento en un país donde nunca se han visto mujeres que no se casan para consagrarse a Dios.
En su casa ubicada cerca del desembarcadero, no tardan en organizar, en la planta baja, una escuela para niñas.
La Hermana Claire, que viene de Lagos, se une a ellas, luego una italiana, la Hna. Basile, y otra suiza, la Hna. Thaïs, que se sucederán en la misión, una por más de treinta años, la otra cerca de cincuenta años y serán muy queridas por los niños y las familias.




  1. Carta de Planque al Cardenal Prefecto, 14/4/1888. Otros dos Padres acaban de morir...
  2. Carta del padre Moreau, publicadas en "Los anales de la Propaganda Fide", en 1883.
  3. Carta de Planque al Padre Moreau, 15/12/1881.
  4. Carta de Planque al Padre Gaudeul, 31/5/1882.
  5. El padre Moreau también cree en la importancia de la escuela: "Es nuestro principal medio de acción, decía, no hay que descuidarla."
  6. La misión de Kumasi será fundada recién en 1910.

lunes, 23 de enero de 2017

Capítulo 13: EN PLENA EXPANSIÓN (3)

1- La Costa de Oro (3).

Para misioneros como Moreau y Murat, que conocieron otros horizontes, el país tiene mucho para sorprenderlos, pues posee una antigua civilización y tradiciones sólidas que parecen remontar a decenas de siglos antes de la era cristiana. El arte en particular, ocupa un lugar importante, y se expresa en la poesía, la danza, el teatro, pero también en el cincelado de los metales y en el estampado de las telas, con variedad de símbolos religiosos o familiares...
La población es ya en esa época, de gran densidad. "Se cuenta por millones", agrega el padre Planque que escribe al Señor Gaudeul, "es una región que no se parece en nada a sus desiertos de El Cabo central, y el país está abierto para recibirnos" (1).
Entre las numerosas etnias, sobre todo dos son predominantes, los Ashantis y los Fantis, igualmente fuertes y de bello aspecto físico, aunque diferentes, despiertos y dotados de gran capacidad de trabajo y adaptación.
Pero aquí, como en el Dahomey, el poder de los jefes y de los reyes que se ejerce de manera absoluta, se impone a menudo por el terror. 

No obstante, los Padres se sienten muy bien recibidos en Elmina, y pronto conquistados por el país, hacen conocer al Superior de Lyon, sus primeras impresiones: "La Providencia parece haber dispuesto todo para el éxito de nuestra obra...Aquí la población nos es muy propicia y hay esperanza de hacer el bien" (2).
A su arribo, tuvieron la suerte de encontrar dos franceses, los señores Brun, agregado del Consulado, y Bonnat, agente comercial, que les facilitan los primeros contactos y la búsqueda de un terreno donde construír la misión y la escuela, sin olvidad, una casa para las Hermanas (3).

Luego, con el deseo de informarse y de comprender mejor al país, hacen una breve estadía en Lagos, de donde regresan satisfechos y dichosos por haber encontrado a sus Hermanos.
Pero, ay de ellos!, en el camino contrajeron una fiebre perniciosa que terminará por derribar al Padre Murat que muere dos meses después, el 5 de agosto de 1880.
Es el primero de los veintisiete Padres y de las trece Hermana, que en viente años, representarán el pesado tributo pagado por los dos Institutos en esa parte de Africa


  1. Carta de Planque al Padre Gaudeul, 16/11/1881.
  2. Carta del Padre Moreau a Planque, 23/5/1880.
  3. Para adquirir un terreno, deberán solicitar a las autoridades británicas, así como al C. Manning de Londres, paa que él apoye su pedido.

domingo, 22 de enero de 2017

Capítulo 13: EN PLENA EXPANSIÓN (2)

1- La Costa de Oro (2).

Llegando de Santa Helena, los Padres Moreau y Murat, desembarcaron en Elmina en mayo de 1880, traídos por una nave militar inglesa, el Dwarf.
Son los primeros trasladados de la misión de El Cabo, donde el paso de poderes se demora. Los Misioneros del Espíritu Santo, muestran decididamente, tan poco apuro en aceptar ir al Cabo, como el que pusieron para retirarse de Cimbébasie (1).
Desearían volver atrás, e incluso si Roma rechaza todo nuevo arreglo, puede suceder que los misioneros de la Sociedad retenidos en Africa del Sur, terminen por no llegar a Elmina.

Los dos Padres se sorprenden al encontrar en las casas y las chozas, que comienzan a visitar, muchas huellas cristianas y hasta católicas, vestigios que testimonian un verdadero culto, imágenes, pilas de agua bendita, celebraciones de santos, la de San Antonio en particular, cuya estatua milagrosa es muy venerada. Nada de sorprendente en eso: durante cuatro siglos, el país escuchó hablar de Cristo a los ocupantes sucesivos que lo dominaron y cuya mayoría era cristiana.

Debemos decir que, rica en minas de oro, esa parte de la costa sólo podía atraer movimiento de navegantes, vendedores, exploradores, sin contar a los negreros y traficantes de toda clase.
En primer lugar, como siempre, vinieron los portugueses que, apenas instalados en Elmina, construyeron un castillo fortificado anexándole una capilla. Muy católicos, ellos mismos quieren que todos comprendan que al establecer sobre la costa su base comercial, tendrán también en cuenta la evangelización de los habitantes del lugar. Incluso se constituyó una diócesis en Santo Tomé, cuyos curas visitaron alguna vez Dahomey, mucho antes de la venida de la Sociedad de Lyon. Y se sabe que esa pretendida jurisdicción, ejercida por uno de esos curas en Widah, no dejó de causar problemas a los Padres de la misión.

En el siglo XVII, los holandeses llegan y barren lo que queda de los primeros ocupantes. Algunos Capuchinos, llegados de Francia e impresionados por la ignorancia de los cristianos y por la fragilidad de las conversiones, habían comenzado a remediarla con una enseñanza más seria, pero también deben partir para ceder el lugar a los Calvinistas (2).
Al fin hacia 1860, les toca a los británicos desalojar a los holandeses, por acuerdos concluídos entre ellos para cambiar sus zonas de influencia.


  1. Ver Capítulo 7: La misión en El Cabo. http://padreagustinplanque.blogspot.com.ar/2015/06/capitulo-7-hacia-otra-africa-15.html
       2. En esa época vinieron también misioneros protestantes de Bâle y ellos, con los calvinistas,       hicieron un trabajo serio.

sábado, 21 de enero de 2017

Capítulo 13: EN PLENA EXPANSIÓN (1)

Debemos retroceder a los años 1880, cuando las Misiones Africanas -cuya acción es desde entonces sostenida y de alguna manera, ampliada , por la de las Hermanas- continuarán con regularidad, su avance tanto sobre la costa oeste del Golfo de Guinea, donde ya tres misiones fueron fundadas, como en Egipto, donde dos primeros asentamientos abren camino a un desarrollo mayor.

De ese período - y gracias al correo del Padre Planque, que dirige y sigue paso a paso todos los acontecimientos- podemos conocer lo que eran, al final del siglo XIX, la pobreza, la inseguridad causada por las guerras, los inconvenientes para conocer la población, pero finalmente con la llegada a Cristo de las primeras comunidades, nació rápidamente una sólida cristiandad.


1- La Costa de Oro (1).

La Sociedad hará pié al fin en éste país donde desde hace diez años espera fundar algunos puestos de misión (1).
De hecho, cuando la Propagación Fide aceptó confiar a las Misiones Africanas la Costa de Oro, que acaba de elevar a Prefectura Apostólica, incluyó igualmente Costa de Marfil (2). 
Y ésta constituye un inmenso territorio desde el río Volta al este, hasta el río Cavally al oeste, es decir, todo el espacio comprendido entre el vicariato apostólico de Benín y el de Sierra Leona - un territorio que formaba parte del gran vicariato de las Dos Guineas, pero cuya evangelización no había estado suficientemente asegurada hasta ese momento. Sin embargo, antes de enviar sus misioneros hasta Grand-Bassam y a la parte oeste de la Prefectura, el Padre Planque deberá esperar el momento favorable.

Fiándose demasiado rápido de algunos relatos fantasiosos de funcionarios o de colonos británicos - como si al margen de esa costa se iba a encontrar una ribera con clima más templado y más sano - el padre Planque ya soñaba con construír un sanatorio o al menos, una casa de reposo para los Padres del vecino Dahomey...Será una cruel desilusión poque, en esa región, por motivos de salud, se producirá rápidamente la devastación más mortífera.




  1. La primera autorización dada por la Propaganda Fide a las Misiones Africanas para establecerse en Costa de Oro (actual Gana), data del 19/1/1871.
  2. El decreto para la institución de la Prefectura es del 27/1/1879. Parece que las fronteras entre los dos países eran aún mal definidas.

Capítulo 12: PROTESTAS Y CRISIS (12)

3- La revisión de las Constituciones (6)

 En el seminiario se prosigue con una vida más regular, aún cuando no faltan los desacuerdos entre alumnos y profesores. Parece ser (1) que la causa fue la gran diversidad de nacionalidades.
Ciertos Padres dicen, ¿por qué recibir tantos extranjeros (no franceses) sea en Lyon, sea en las escuelas apostólicas? Puesto que de seis territorios de misión, tres son de lengua francesa, ¿qué harán los seminaristas venidos de otras partes, sobre todo los de lengua alemana? En Clermont, sobre todo, (2) el número de alsacianos-loreneses es grande. Los jóvenes se fusionan mal entre sí, y según el Señor Chautard, "para hacer una verdadera familia de ésta mezcla, haría falta el soplo del día de Pentecostés y la voz de Pedro!...y además, agrega con humor, a pesar de los milagros y el fervor de las primeras comunidades, el "cor unum et anima mea", no duró mucho tiempo...!" (3)

De hecho, nadie adopta una actitud de rechazo a los extranjeros, pero todos se declaran en contra de su número que parece excesivo (4). 
Vemos cómo el Padre Planque soporta mal ese temor que surge en algunos, de lo que llaman "la invasión extranjera" (5) y que es tan contraria a su propio deseo de institutos "universales" (6). Multiplica los esfuerzos, tanto entre los Padres, como entre las Hermanas, para terminar con problemas que resultan sobre todo, de una "cohabitación" mal administrada. 

Pero él mismo permanece frágil como si las cicatrices de 1891 y de 1893, estuviesen apenas cerradas, y como si temiera alguna nueva intriga. Esto explica que los Directores del seminario, que siguen mal sus proyectos, no quedan por mucho tiempo con los aspirantes (6), a tal punto que la Propaganda Fide, se preocupa por los cambios demasiado frecuentes. El Cardenal Prefecto propone incluso al arzobispo de Lyon, que acepte el cargo de visitador apostólico de la Sociedad en Francia -lo que contribuye altamente a sostener y apoyar a un Superior algo cansado.

Sin embargo, entre los Padres que lo rodean, no faltan amigos muy fieles y fuertemente ligados a la Obra, como el Superior de Clermont, el Señor Desribes, o el futuro Monseñor Pellet, Superior de las misiones del Benín, y el Padre Auguste Duret, Prefecto apostólico del Delta del Nilo...Éstos saben hablar al Superior con franqueza y respeto:  "Nunca he puesto en duda vuestra devoción y valentía, escribe Duret. Hace 24 años que estoy a su lado y estoy cada vez más agradecido y sorprendido. Me siento feliz cada vez que tengo ocasión de manifestar esos sentimientos..."(7)
Son ellos que le ayudarán a dejarse llevar hacia nuevas formas de gobierno.

Cuando el siglo termina, el Padre Planque puede gozar de un ambiente más calmo, y de un clima de confianza (8) que se restauró lentamente. Empero debe sufrir el golpe de otro duelo que lo afecta mucho: el obispo de Grenoble, el querido Armand Fava, falleció repentinamente en el otoño de 1899...Ya una parte de su vida se aleja con el amigo que nunca le falló, que lo comprendió sin duda, mejor que nadie, y lo ayudó a pasar los días de prueba sin perder su mirada de fe (9).
Pero para Agustín, el número de años aún no está cerrado, debe ir hasta el final de su ruta y de su misión...



  1. Si se juzga por varias cartas de los Padres de esa época...
  2. Hace más de veinte años que las dos provincias fueron anexadas al Imperio alemán. Se comprende el antagonismo que opone a los jóvenes entre ellos.
  3. Carta del padre Chautard al Padre Duret, 26/2/1895: "En el noviciado, cuento seis nacionalidades entre 29 novicios..."
  4. Carta del Padre Duret al Cardenal Couillié, 30/1/1897.
  5. La expresión es del Padre Duret en su informe al Cardenal Couillié.
  6. Se sabe que el Padre emplea con agrado ese adjetivo...y que sostiene la internacionalidad de la Sociedad -como también de la Congregación de las Hermanas.
  7. Se sucederán rápidamente en ese puesto, los Padres Brun, Chautard, Dartois, Devoucoux...
  8. Carta del Padre Duret al Padre Planque, 9/1/1896.
  9. Carta de Planque a Monseñor Pellet, 2/6/1897, y a Monseñor Cornazzoni, 23/11/1897.
  10. Carta de Planque a monseñor Cornazzoni, 30/10/1899: "Asistí a los funerales de Monseñor Fava (fallecido el 17/10/1899). Bendito sea Dios por los homenajes que le han rendido."

jueves, 19 de enero de 2017

Capítulo 12: PROTESTAS Y CRISIS (11)

3- La revisión de las Constituciones (5)

Entonces, nada sorprendente si, en los primeros meses de 1893, llegó a Roma una carta firmada por todos los jefes de misión y dirigida a la Propaganda Fide, para reclamar, según las Constituciones, que les acuerden el derecho a la convocatoria de una Asamblea General con el fin "de obtener una reorganización completa de la Sociedad". Cuando recibe del Cardenal Prefecto, la copia de ese pedido, el Padre Planque se siente abrumado (1), interpretando demasiado bien los motivos de aquellos que han impulsado a presentarla. "Usted comprende hasta qué punto estoy triste y enfermo por el motivo que ya sabe" (2).

Si tal Asamblea es influenciada por los dos hombres que conoce bien (3), mucho teme que se vaya hacia una conmoción grave (4). Pero Roma persevera y acepta el reclamo que viene de Africa, por una Asamblea que puede ser saludable, como "un medio eficaz de disminuír los disgustos y conquistar de nuevo, la confianza de todos" (5). 

Se realizará, por supuesto, y el Padre Planque que nunca rechazó una decisión de la Propaganda Fide, consintió sin más objeciones. 
Para apoyarlo, el Cardenal Ledochowski, lo ayuda a fijar los puntos que serán debatidos y nombra al arzobispo de Lyon, como su delegado. Éste presidirá las sesiones y velará por su buen desarrollo y solicita que sea excluído todo cuestionamiento respecto al lugar del padre Planque, que debe quedar como Superior General de la Sociedad.
Tales medidas son apropiadas para calmar el juego de los más combativos. Los diez días que duran los trabajos se suceden sin golpes notorios, llevando los espíritus a más serenidad, y a hacia los verdaderos intereses de la misión.

El informe de las sesiones expresará incluso, en varias ocasiones, la sumisión y la adhesión de los miembros a la iglesia, así como la lealtad y el respeto hacia el Superior, del que reconocen el inmenso trabajo y dedicación. Y al término de lo que había representado para su viejo amigo, una prueba angustiante, Monseñor Cornazzoni, puede felicitarlo con alegría: "Tenía razón de decirle, `Coraje!´Acaso la Asamblea no le dió la prueba de considerarlo como el conservador de la Obra?" (6)

En un informe muy objetivo, el Cardenal Couillié, parece haber acertado en indicar el mal de la Sociedad, un mal que explica su difícil recorrido. 
Dos corrientes coexisten en efecto, y se enfrentan en la comunidad de los Padres: una más conservadora, la otra más reivindicativa, pues desea un alivio de la Regla y de todas las subordinaciones que trae aparejada, al mismo tiempo que una distribución de la responsabilidad. De donde las tensiones que hacen más difícil apaciguar los excesos de lenguaje de algunos y su manera de dramatizar los mínimos hechos. Pero al entender del Cardenal, "el Padre Planque puede muy bien, con su Consejo, enderezar la situación y hacer las mejoras necesarias" (7). 

Pero apenas terminada la Asamblea, un duelo repentino llega brutalmente a la Sociedad, y particularmente a Benín. Al regresar de Roma, donde había sido recibido por la Propaganda Fide y por León XIII, Monseñor Chausse sufrió una afección pulmonar aguda y muere en Lyon, a los pocos días (8).
Es un golpe para todos, para el Padre Planque sobre todo, tan ligado al Padre Chausse, y que pierde la esperanza de reconstruír con él, una nueva etapa de confianza y de amistad. Al menos la ceremonia del viático que el Padre aportó al Vicario Apostólico moribundo, fue entre ellos, como un último gesto de afecto y de reconciliación...




  1. En efecto, algunos desean aprovechar una Asamblea General, para hacer anular los artículos que rechazan en las nuevas Constituciones. Carta de Planque al Cardenal Ledochowski, 15/8/1893.
  2. Carta de Planque al Padre Duret, 29/4/1893 y a Monseñor Cornazzoni, 10/5/1893.
  3. Esos "dos hombres" son Monseñor Chausse y el Padre Terrien, éste está siempre al lado de los polémicos.
  4. Carta de la Propaganda Fide al padre Planque, 1/7/1893.
  5. Carta del Cardenal Prefecto al padre Planque, 11/11/1893 y del Padre Planque al Padre Desribes, 16/11/1893, donde anuncia el nombramiento del Cardenal Couillié, arzobispo de Lyon, como presidente de la Asamblea General que se fijó para el 22 de noviembre.
  6. Carta de Monseñor Cornazzoni al padre Planque, 18/12/1893.
  7. Carta del Cardenal Couillié al Cardenal Prefecto, 8/12/1893.
  8. Carta de Planque a la Propaganda Fide, 28/1/1894: "Monseñor Chausse falleció el 17 y sus funerales fueron celebrados en la catedral San Juan, el 22, con la presencia del Cardenal Couillié".

miércoles, 18 de enero de 2017

Capítulo 12: PROTESTAS Y CRISIS (10)

3- La revisión de las Constituciones (4)

También el año 1892 comenzó mal, y se podría creer que  nos encontramos en los tristes días de 1878 (1). En enero el Cardenal Simeoni muere bruscamente. También se alejó Monseñor Jacobini, el secretario y amigo de larga data, que fué nombrado nuncio en Portugal (2). Roma se llena de hombres nuevos que ignoran todo sobre los asuntos de las Misiones Africanas. Y el Padre ahora teme mucho hacer el viaje: "Si han tomado como verdad todo lo que se ha dicho contra mí, seré apartado como un ser dañino y destructor de la Sociedad?" (3)
Sin embargo, una vez más, nada está perdido puesto que vuelve a encontrar al amigo fiel, Fava, siempre dispuesto a sostenerlo. Como después de Niza, está en espera (4). Entre él y Ledochowski, el nuevo Prefecto de la Propaganda Fide, las relaciones se han estrechado, francas y cordiales y el interés que los dos sienten por las Misiones Africanas es incluso entre ellos un lazo más (5). La cálida simpatía del obispo de Grenoble, como las cartas muy benévolas que le llegan del nuevo Prefecto, van a ayudar al Padre Planque a ver más claro en el nuevo modo de gobierno, al cual necesita adaptarse. Sin embargo, la costumbre de haber tenido todas las cosas en sus manos, le ocasionará más de un inconveniente y lo arrastrará a causar torpezas a su alrededor.

La Sociedad ha evolucionado, no es más el pequeño grupo inexperto de los primeros años. Aún si atraviesa todavía, una verdadera crisis de crecimiento, debido en parte, a la permanente renovación de su personal donde los fallecimientos continúan profundizando vacíos, los misioneros -y Monseñor Chausse, más que otros - reclaman nada menos que su lugar en el gobierno y la marcha de la Obra, incluído -especialmente- la administración de los bienes que les corresponden. (6)


  1. Hemos visto antes, las consecuencias de la crisis de Niza.
  2. El 14 de enero de 1892. Durante un cierto tiempo, el padre Planque se sentirá muy solo.
  3. Cf. carta del Padre Planque al Padre Bricet, 11/11/1892.
  4. Cf. carta de Monseñor Fava al padre Planque, 5/7/1892: "Voy a escribir sobre usted, al Cardenal Prefecto. Rece, querido amigo, el coraje volverá."
  5. Cf. carta del Cardenal Ledochowski, recién nombrado a frente de la Propaganda Fide, a Monseñor Fava: " Necesitaba estar seguro acerca del excelente Señor Planque. Siempre estimé al jefe de uno de los institutos más meritorios de nuestros días en el mundo de las misiones...Siempre tuve la idea de solicitar al Señor Planque, que venga a Roma porque uno se entiende mejor cuando se conoce...Tranquilice a su antiguo condiscípulo..." (10/7/1892)
  6. El Superior continúa enviando al Vicariato, solamente a medida de las necesidades, las sumas que le son concedidas. Monseñor Chausse se rebela enérgicamente contra lo que llama, "un abuso de poder."

martes, 17 de enero de 2017

Capítulo 12: PROTESTAS Y CRISIS (9)

3- La revisión de las Constituciones (3)

Para suscitar la tranquilidad, incluso antes que el Documento circulara en las casas, se propone festejar la aparición asociándolo a la celebración anual del 8 de diciembre. Debía ser una buena ocasión para estrechar los lazos de familia y disponer los espíritus para que se acepte mejor la nueva redacción. A treinta y cuatro años de distancia de su fundación en Fourvière, están en ese momento, en la capilla más de ochenta misioneros sma, donde el padre Planque quiso una ceremonia de acción de gracias muy solemne para que todos conjuntamente se comprometan allí a vivir una nueva etapa de fidelidad (1).

Se prepara otro gran acontecimiento que podrá devolver una linda esperanza a los que han padecido esos largos años de paciencia. Es la nominación del Padre Jean-Baptiste Chausse como Vicario Apostólico de Benín. La Propaganda Fide, finalmente decidió elegir un obispo dentro de las filas de la Sociedad.
Al pedido de los católicos y de los misioneros del país, el Padre Planque no hace más que dar su pleno consentimiento (2). Esa candidatura fue presentada hacía tiempo, por él mismo.
La consagración de quien es su hijo muy amado viene a colmarle de una alegría que esperaba desde la muerte del obispo Brésillac. Con ésta prueba de confianza, no aporta Roma, una respuesta a los que han intentado desacreditar a las Misiones Africanas? en tal caso, puede tener esperanza de vislumbrar el final de su largo túnel de angustias y de aflicción?

Estos acontecimientos dichosos no bastarán, sin embargo, para desenredar tensiones. Incluso renacerán con más animosidad cuando los Hermanos tomen conocimiento del nuevo texto de las Constituciones. Ya que es tan diferente al primero (3), son varios los que lo declaran inaceptable. Suponer que el Superior lo redactó él mismo -pidiendo a Roma autenticarlo- y que ha traicionado a Brésillac, es casi lo mismo...(4)
Sabemos hasta qué punto la verdad era otra. Estos reproches -como tantos otros- no podían engañar a ninguno de los responsables romanos, pero hacían mal al implicado.

De hecho, los misioneros, soportan mal la nueva repartición de los poderes entre jefe de misión -el obispo, si hay uno - y los responsables de comunidades (5). Y aún más difícilmente aceptan que un "Visitador" les sea impuesto como delegado del Superior general en Africa. Esa nueva función les parece otra forma de intrusión y de control intolerable (6).
De allí las muy impetuosas protestas de un gran número de Padres y entre los de la primera fila, el padre Planque va a descubrir al nuevo Vicario Apostólico de Benín. Cómo no sentirse sorprendido y muy desdichado? (7)
  1. La misa es celebradoa por el Padre Chausse con un larga homilía del padre Planque. Cf, cartas de Planque al Padre Pied, 9/2/1890 y Chausse a Zimmerman, 21/11/1890.
  2. Jean-Baptiste Chausse, el más antiguo de los misioneros de la Sociedad -u que sólo tiene 44 años- es nombrado oficialmente, Vicario apostólico de Benín por el Breve del 12/5/1891. Será consagrado en Fourvière el 12/7/1891, por el C. Foulon, arzobispo de Lyon, Monseñor Fava, obispo de Grenoble y Monseñor Boyer, obispo de Clermont. El Padre Planque había pedido la dignidad episcopal para el Padre Chausse, en quien tenía una gran confianza y éste por su parte, se sentía muy allegado al Superior (cf. carta al Prefecto, 12/12/1890).
  3. Ya hubo un primer manifiesto de reivindicaciones en Elmina, al cual el Superior respondió francamente y con autoridad, puesto que las acusaciones son falsas. Cf. carta del 25/1/1891.
  4. Son las mismas palabras empleadas por el Padre Chausse en una carta al padre Brun, 3/10/1893: "El Superior ha fabricado un texto, ha hecho un verdadero golpe de Estado, ha traicionado a la Sociedad..." Tantas palabras que pueden explicarse por la decepción, pero también - se lo ha señalado- por la excesiva reserva del Padre Planque: "Nos debería haber prevenido."
  5. Mientras no había obispo al frente de la misión, los jefes de las regiones o de comunidades, se remitían normalmente, como los Padres, al Superior General.
  6. "Estas Constituciones denotan el despotismo y la tiranía", escribe otra vel el Padre Chausse.
  7. El conflicto que enfrentará al nuevo obispo de Benín con el padre Planque, es casi incomprensible, en consideración a su largo pasado de armonía y amistad.

lunes, 16 de enero de 2017

Capítulo 12: PROTESTAS Y CRISIS (8)

3- La revisión de las Constituciones (2)

Una de las desventajas más graves que pesará en ésta asunto, aumentando la disconformidad de todos, proviene de la excesiva lentitud de los trabajos. 
Entre julio de 1880 y julio de 1890, se cuentan tres viajes sucesivos del Superior a Roma, para apresurar el expediente. Incluso tendrá que ir a buscar el texto de las Constituciones, "¡tan escondido entre cajas que lo habían olvidado!" (1)
Por más que el Cardenal Prefecto se manifiesta "enojado por todos los retrasos" y afirma "que lo primero que hay que hacer, es terminar con los Estatutos de la Sociedad" (2), "no pasa nada, dice el Padre Planque, y eso que no soy yo el que pone obstáculo ya que acepté todo lo que se exigió." (3) 

Porque el segundo consultor, un Cisterciense (4), toma todo su tiempo y continúa trastornando, sin motivo, los documentos que se le han enviado de tal modo que, de los artículos y varias enmiendas enviadas por Planque, sólo quedará una pequeña parte. Por otra parte, y alabando "los grandes méritos de éste Superior tan dedicado a su Instituto", el Consultor destaca sin embargo, debido a los reclamos que llegan de varias casas de Africa, los excesos de autoridad que se le reprocha.

Es que la agitación comienza a crecer en la misión y se murmura en contra de un retraso del cual injustamente, consideran responsable al Superior, como si no hiciese nada para apresurar los trabajos. 
De hecho, se equivocó al no decir nada a sus Hermanos Sacerdotes, sobre las discusiones iniciadas con las oficinas romanas, ni de las presiones que soportó al aceptar cambios a los cuales él mismo era muy contrario. 
Hubiera sido más prudente, más realista también, prevenir sobre ello al menos a sus Consejeros y a los jefes de misión. Se hubieran colocado de su parte mientras que, por el silencio absoluto y la reserva que se impuso, despertó su desconfianza y parece cómplice de los cambios que poco a poco descubrirán. (5)

El 1 de agosto de 1890, "el asunto de los Estatutos finalmente terminó" (6) -como lo hace saber al señor Duret- luego de haber esperardo doce días en Roma, "decidido a no alejarse de allí hasta obtener satisfacción" (7). Pero como la burocracia no dijo su última palabra, a ese "Decreto de alabanza" tan esperado, le faltan las últimas rúbricas, lo que traslada la salida al siguiente 1 de noviembre. Y teniendo en cuenta los tiempos necesarios para la traducción y la impresión, las nuevas Costituciones llegarán a Africa (8) recién en el verano de 1891. Se puede comprender que, presionado entre la Propaganda Fide y algunos de los Padres, más fácilmente llevados a la sospecha y a la crítica, el Superior haya tenido los nervios algo deteriorados...




  1. Carta de Planque al Padre Poirier, 31/10/1888.
  2. Carta de Planque a Monseñor Jacobini, 4/101889.
  3. La misma carta.
  4. Se trata de Don Henri Smeulders, abad general.
  5. Se sabe sin embargo, que en otras circunstancias, el Padre se inclinaba más bien a hacer confidencias y a contar los problemas que le atormentaban. Cf. más adelante, carta del padre Guillon al Padre Planque, 30/5/1876.
  6. El Papa firmó el Decreto de aprobación de las Constituciones de la Sociedad el 3/8/1890.
  7. Carta de Planque al Padre Poirier, 30/7/1890.
  8. La carta del Padre Planque que anuncia el envío de las Constituciones, es del 24/6/1891.

domingo, 15 de enero de 2017

Capítulo 12: PROTESTAS Y CRISIS (7)

3- La revisión de las Constituciones (1)

Los desacuerdos más graves que hayan llegado a perturbar la unión de la Sociedad estallan con la implementación, por largo tiempo esperada, de una revisión de las Constituciones.
Desacuerdo profundo que dejará cicatrices en las relaciones del Superior con algunos de sus hijos.

Después de los malos días de Niza y de El Cabo, el Padre tiene un gran deseo de volver a la paz. Y queriendo dar a sus Hermanos una prueba evidente de su buena voluntad, con una gestión que cree les será agradable, renueva en Roma, el pedido de un reconocimiento de los estatutos de la Sociedad (1). Varias veces deseó obtener "una aprobación más oficial" que la dada precedentemente por el Cardenal de Bonald. Ha llegado el momento, le parece, de aportar a ese asunto, en suma muy jurídico, una conclusión que, al mismo tiempo, sería un punto de apoyo para su autoridad constantemente comprometida. "Es bueno desear que nuestros Estatutos reciban de la Propaganda Fide, al menos una primera consagración" (2) y el Cardenal Prefecto, convencido igualmente de esa necesidad, le ruega enviar, para mejorar, el texto de 1864, "las modificaciones más útiles que la experiencia le haya mostrado para el desarrollo del Instituto." (3)

Estamos en julio de 1885 y el Padre Planque, quien sin demorar ha suministrado los informes pedidos (4), espera una revisión rápida y sin problema. De hecho, acaba de ubicarse al frente de controversias y conflictos que durante largos años le perturbarán gravemente a él y a toda la Sociedad...Porque, conforme a una orden juzgada preferible (5), la Propaganda, "reunidos como consultores" en Asambleas plenarias, decidió volver a ver el conjunto de los artículos redactados veinte años antes con Barnabo. Cuando Brésillac- y Planque con él- deseaba a toda costa mantener la unidad del gobierno (6), la decisión romana substituye esa regla con la división de los poderes.
Atribuye al jefe de misión la autoridad en todo lo que respecta a la jurisdicción confiada por la Santa Sede y deja al Superior de comunidad, la obligación de dirigir la vida de los Hermanos.

El padre Planque fuertemente opuesto a ese cambio, debatirá largamente con todos los expertos romanos en nombre de la voluntad misma del Fundador, aunque en vano, y qué hacer sino someterse, esforzándose por entrar en los proyectos de la Propaganda Fide, haciéndolos suyos para convencer mejor a los miembros de la Sociedad. Y, aunque está fastidiado, no cesará de ser fiel a Roma. De hecho, desde la primera redacción del Estatuto ha pasado el tiempo (7), y también los Prefectos que ahora se apoyan en los nuevos (8) textos. El futuro dará la prueba de que, en definitiva, la separación de poderes a la que teme tanto, favorecerá su autoridad de Superior General y no la contradecirá.



  1. Esta gestión le da ocasión de recordar al Prefecto que "el Fundador quiso hacer una Sociedad gobernada por un Superior efectivo. El centro de la Sociedad debe ser un verdadero gobierno." Carta a Simeoni, 10/4/1879.
  2. Cf. las cartas a la Propaganda Fide, 6/2/1882 y 7/3/1885. En 1864, Roma había preferido remitir una aprobación definitiva para más adelante. 
  3. Carta del Cardenal Simeoni al Padre Planque, 30/3/1885.
  4. El padre Planque responde en julio siguiente.
  5. El Padre Planque expresa su desacuerdo con esa orden que le parece completamente ilógica. Cf. carta al Prefecto, 8/7/1886.
  6. A la inversa de lo que sucedía en Las Misiones Extranjeras de París, sabemos que Brésillac quería que el Superior general fuese a la vez, responsable de los Padres y de las obras en misión.
  7. Las de 1864, como se ha dicho antes.
  8. Hubo entre otros, como nuevos documentos, la Bula Firmandis (Benedicto XIV, 1744), revalorizada y el Documento Romanos Pontífices, de León XIII en 1881.

Capítulo 12: PROTESTAS Y CRISIS (6)

2. Enfrentado con las leyes (3).

Y a pesar "de la ley que será definitivamente adoptada" en 1887, aún le queda a la Sociedad, una oportunidad: la de poder aprovechar la dispensa acordada a los jóvenes que antes de los 19 años hubiesen establecido su residencia en el extranjero. En ese momento, Egipto se presentará como una feliz posibilidad, aún si abrir un segundo seminario es una cuestión no solamente costosa, sino difícil porque se necesita doble personal de directivos y de profesores. Pero el Superior, rápidamente resolvió el problema: "Acabamos de tomar la decisión, escribe el Cardenal Prefecto, de enviar a Egipto a todos los aspirantes que pueden beneficiarse con la medida de excepción. Por el momento, los pondremos en Ramleh, cerca de Alejandría, en una casa que no es otra que la capellanía de los Hermanos de las Escuelas Cristianas" (1), y nos alcanza por éste año...

En ese momento, el Padre tiene todavía confianza en "una solución que no lo obligará a establecerse por mucho tiempo en ese segundo seminario. Tal vez el exilio será solamente provisorio" (2) porque "el gobierno parece muy contrariado con esa ley militar en lo que respecta a las misiones" (3). Pero "de un escritorio a otro, cuando se trata de tomar una decisión, todos los ministros se pasan la pelota, por el miedo que tienen a las interpelaciones y a las griterías de la Cámara de Diputados" (4).
El Padre se da cuenta que se hace necesario "fijar definitivamente una casa en Egipto" (5). Será la "casa del diablo", en Mahalla-el-Kobre (Kébir), un pueblo grande de unos 100 000 habitantes, que dista de Tantah a una hora y media en tren.

Por cierto, es una casa grande y costosa, para la cual el Padre Planque contará con la ayuda financiera y la fidelidad de sus amigos- los de la Gran Cartuja, en especial, de los que el Abad no es otro que uno de sus antiguos condiscípulos de Cambrai (6). El Señor Duret, que se encuentra sobre el terreno, eligió él mismo el emplazamiento pero, le recomienda al Superior, que no olvide de prever un lugar para las Hermanas y buscar ya, aquella que será la responsable. (7)

En el otoño de 1890, terminada la instalación de Mahalla, obtendrá el Padre Planque, a fuerza de reclamos, que la Sociedad tenga dos años de sobreseimiento para los seminaristas implicados, y así encontrarse totalmente en regla con la ley de los 19 años? (8)
Sin esperar otras autorizaciones, el seminario de Egipto empezó a funcionar lo mejor posible (9), y el Superior debe viajar allá más seguido de lo que él desearía. Pues debe ayudar al buen funcionamiento de la casa (10) y se añade a sus múltiples preocupaciones, la presencia de su sobrino Joseph Planque, ingresado como se ha visto, a las Misiones Africanas, joven bastante distinto a los otros aspirantes, que crea siempre más críticas que amistades. (11)

Cuatro años más...y encontramos ese mismo seminario en Choubrah, cuando la Sociedad habrá por fin obtenido, el derecho de instalarse en la periferia de El Cairo.




  1. Cartas de Planque a Monseñor Corbelli, obispo de Alejandría, 10/12/1889. "Hemos sido tomados de imprevisto y no podemos realizar una instalación real y definitiva"- Cf. carta al Cardenal Simeoni, 10/12/1889. Pero el obispo de Alejandría acepta mal esa "intrusión". "No puedo creer que algunos seminaristas que continúan sus estudios, empujados por acontecimientos imprevistos, invadan un sitio reservado a los franciscanos!..." Cf. carta a la Propaganda Fide, 1/2/1890.
  2. Cf. las cartas ya citadas al Cardenal Prefecto, 10/12/1889 y 1/2/1890, y a Monseñor Corbelli, 10/12/1889.
  3. Carta de Planque al Padre Duret, 22/5/1890.
  4. Carta de Planque al padre Duret, 22/5/1890, y al Padre Schimpff, 20/6/1890.
  5. Diversas cartas de Planque al Padre Duret, 19/9/1890, al señor Borelli, 10/7/1890; al padre Terrien, 16/11/1890; y al padre Boutry, 12/1/1891.
  6. Se trata de Dom Anseme Bruniaux, Padre general de los Cartujos, que ayudó mucha al padre Planque y a la Sociedad: "Sin usted, el seminario no existiría", le escribe Planque, 4/1/1891.
  7. Se ha visto en textos anteriores, que el Superior proyecta para las Hermanas, una escuela y un dispensario. Prevé igualmente, los servicios que podrán prestar al seminario. Las tres primeras serán: la Hna. Dominique, hna. Fulgence, y sin duda, la Hna. Potamienne; cf. cartas al Padre Duret, 22 y 29/8/1891.
  8. El Superior busca igualmente, obtener el beneficio "del alistamiento decenal", que lleva los tres años obligatorios a un año, para los maestros laicos y para los miembros de las Congregaciones reconocidas.
  9. El Padre avisa a la Propaganda Fide, la apertura de Mahalla, la instalación de los seminaristas y de las Hermanas, 17/1/1891.
  10. A veces hay quejas de parte de los jóvenes, tanto por la severidad del reglamento como por las condiciones materiales. Joseph es el hermano de la Hna. Agustín. Parece que se integró mal a la Sociedad, porque sin duda, es demasiado independiente y sin gran regularidad. El tío que no economizó ni estímulos ni advertencias, sufrió ciertamente, con esa situación tanto en su afecto, como en las relaciones con los Hermanos, pues pensaban que el sobrino era demasiado favorecido.

sábado, 14 de enero de 2017

Capítulo 12: PROTESTAS Y CRISIS (5)

2. Enfrentado con las leyes (2).

Pero a fines del verano, la Sociedad se encuentra en igual condición que las Congregaciones afectadas por las leyes de disolución. El Padre debe emplear todos los medios, escribir al Ministro y con palabras muy complidas, pero firmes, pedir "que se reconozca a sus misioneros por lo que son en verdad." El Superior declara "que no pertenecen a ninguna Orden religiosa porque como sacerdotes seculares se encuentran bajo la jurisdicción del obispo del lugar, y en pueblos todavía mal desarrollados se dedican tanto a la instrucción como a la evangelización." (1)

El obispo mencionado- Caverot- acepta certificar con una declaración conjunta, "la plena verdad de las aseveraciones del Señor Abate Planque" (2). 
Debemos asentar aquí- a modo de paréntesis- que los puentes entre Planque y Caverot, desventuradamente rotos en el momento de los problemas precedentes, fueron restablecidos y si todavía están lejos de la armonía y de la amistad que antiguamente unían al Superior con Monseñor Ginoulhiac, la claridad se hizo en la mente del Cardenal Caverot, sobre el alcance de las acusaciones dirigidas contra el Padre Planque y sobre su verdadera personalidad. 

No obstante, la gestión ante el Ministro obtuvo sólo un resultado parcial: "Los hermanos de Clermont fueron expulsados y los de Niza también" (3).
Si ésta última casa fue un hogar de desórdenes y querellas, el Padre echa de menos "el pequeño hospital donde los misioneros podían reponer su salud desmejorada por las fiebres tropicales" (4). Pero el seminario de Lyon, donde temió que se renovaran las expulsiones de 1870, no será molestado (5). Y en la escuela de Clermont, donde sólo algunos profesores serán despedidos, las clases no fueron interrumpidas. (6)  
De hecho, se hace evidente que el gobierno republicano no busca llevar demasiado lejos las medidas radicales que tomó de manera desconsiderada. Gran cantidad de congregaciones pueden quedarse en Francia y sus escuelas siguen funcionando. Se acordó un plazo...al menos hasta comienzos del siglo siguiente, en que las hostilidades entre iglesia y Estado tendrán consecuencias más graves.

Empero una amenaza permanece todavía latente y "hace temblar al Padre Planque", se trata de las leyes militares que exigirían enviar al cuartel, como a los demás, a los estudiantes eclesiásticos que se verían así, con la cláusula de excepción suprimida- favor que era admitido en tiempos en que la iglesia constituía un mundo aparte (7). Desde ese momento, para salvar a algunos, y de acuerdo con aquellos seminaristas que ya tienen tres años de teología. (8)



  1. Carta de Planque al Ministro Nacional de Educación, 28/9/1880.
  2. Cf. carta del Cardenal Caverot al mismo Ministro, 28/9/1880: "El seminario está bajo mi plena jurisdicción y los sacerdotes libres de todo compromiso religioso."
  3. Carta de Planque al Cardenal Prefecto, 8/10/1880.
  4. Cf. la carta al Ministro, citada en 1. En 1883, el Padre tentará varias diligencias en París y en Niza para obtener la reapertura de la Casa y ofrecerla de nuevo a los misioneros cansados. Cf. cartas del 16/6/1883 a un miembro de la Corte de Casación y del 20/11/1883 al obispo de Niza.
  5. El Padre no abandona sim embargo, el proyecto en España. Incluso cuenta con los buenos favores de la reina Isabel. 
  6. Carta de Planque a la Presidenta de una obra de beneficencia, 16/9/1881.
  7. Carta de Planque al Padre Duret, 1/6/1881.
  8. Carta de Planque al Cardenal Simeoni, 26/12/1880. - A cualquier precio, es necesario escapar del servicio militar...! "El cuartel no hace bien a nadie, y a menudo mucho mal a los seminaristas", a la señorita S., 20/2/1898.

miércoles, 11 de enero de 2017

Capítulo 12: PROTESTAS Y CRISIS (4)

2. Enfrentado con las leyes (1).
  
El regreso a la calma parece confirmarse, pero será escasa y momentánea, pues en lo sucesivo, el Padre Planque deberá afrontar otra clase de combate que lo mantendrá en alerta hasta el fin de su vida. Porque entre el período que se exttiende de los años 1880 hasta el comienzo de la guerra de 1914-18, en Francia, un verdadero conflicto dispone al gobierno contra la iglesia, particularmente contra las congregaciones religiosas y contra las sociedades de clérigos no religiosos que son a menudo equiparados sin diferencia.
La tercera república, instalada en Francia en 1870, se apoyó paradójicamente, en los principios más bien realistas del país, especialmente en la iglesia que en su conjunto permaneció conservadora y monárquica (1). Eso hizo que, en el seno de los partidos republicanos, apareciera un renuevo de anticlericalismo francamente agresivo. Cuando Jules Ferry fue alternativamente, ministro de la Instrucción Pública y Jefe de gobierno, con una intención no solamente socialista, sino contraria al catolicismo, decide- como una especie de medida anexa a su política escolar (2)- la supresión de las congregaciones religiosas y la expulsión de los jesuitas, todos acusados de detentar el monopolio de la enseñanza.

Otra vez, el padre Planque, está nuevamente en la pelea. Mientras "no ven en qué se convertirán esos decretos proscriptores" (3), se "mantiene muy tranquilo, declara, ante medidas presidenciales que parecen querer echarnos a todos" (4), y permanece "todavía sin inquietud ante la violencia que podría alcanzar a la Sociedad de las Misiones Africanas señalada como las otras, por la ley" (5). 
Pero su tranquilidad no dura mucho tiempo: "Dónde estaremos dentro de dos meses? tal vez, dispersados por la fuerza? (6). Somos como el pájaro en la rama" (7)
Y cuando aparecen los decretos, le quedan sólo algunas semanas para encontrar donde evacuar a los jóvenes aspirantes. Si espera que "Dios proveerá", sabe bien como Superior responsable que debe preveer él mismo...el padre Desrives es por consiguiente, enviado a España, para preparar la apertura de un nuevo seminario porque no hay que "dejar dispersar los cuarenta y seis jóvenes" que se encuentran en el paseo de Brosses como un "precioso núcleo" (8). Pronto puede anunciar que la Sociedad ha adquirido- como una especie de medida preventiva- "un antiguo convento en Bugedo, cerca de Miranda, en la diócesis de Burgos" (9).




  1. Carta del padre Planque al Padre Ménager, 9/1/1879. Cuestionarios e informes habiendo sido examinados en roma, "la Propaganda me escribió para decirme su satisfacción."
  2. La adhesión de los católicos a la República, será lenta y difícil. A pedido del Papa León XIII, el cardenal Lavigerie empujará a ello fuertemente. El brindis de Argel, el 12/11/1890, ha quedado célebre, cf. "El cardenal Lavigerie", François Renault, op. cit. p. 589 y ss.
  3. Jules Ferry participa en el gobierno entre 1879 y 1885. Su política escolar que quiere instaurar el laicismo, es sobre todo fuertemente anticlerical.
  4. Carta de Planque al Padre Pourret, 7/8/1880.
  5. Carta de Planque al Padre Duret, 8/4/1880.
  6. Carta de Planque al Padre Gaudeul, 8/4/1880.
  7. Carta de Planque al Padre Ménager, 19/5/1880 y al Padre Gaudel, 5/5/1880.
  8. Carta de Planque al Padre Chausse, 19/5/1880 y al padre Duret, 2/6/1880.
  9. Carta de Planque al Cardenal Simeoni, 3/10/1880- es un retorno a España, pero veremos que sea de corta duración.
  10. Carta de Planque al Cardenal Simeoni, 8, 10 y 26/12/1880.

martes, 10 de enero de 2017

Capítulo 12: PROTESTAS Y CRISIS (3)

1- El complot de Niza (2)

"El descontento no era sin duda tran profundo y extendido como algunos lo decían, constatará un historiador de la Sociedad, relatando ese período, y había probablement en todo eso, mucho más humo que fuego..." (1). La paz que muchos desean, volverá. Por otra parte la misión, por muy perturbada que haya estado en esos meses de agitación, no se detuvo. En cuanto al padre Superior- aunque parezca extraordinario- no interrumpió en nada todos sus asuntos, ni las negociaciones en trámite sobre Egipto y los Grandes Lagos, ni la ubicación del noviciado de Lyon.
Si a menudo confesó su sufrimiento, aparentemente permaneció sin tensión, arreglando los problemas lo mejor posible, directo como siempre en su manera de expresarse, pero sin animosidad  (2).
La Sociedad le debe el haber resistido durante la tormenta, sin división y sin perder reputación. Y ahora para entrar ya en el camino de las reformas, apresura la organización de un nuevo Consejo (3).

Al año siguiente el Padre Planque debe soportar una nueva prueba. En Roma, el Cardenal Franchi es nombrado Secretario de estado, Monseñor Simeoni le sucede como Prefecto (4) y, enterado de las dificultades que acaban de sacudir a las Misiones Africanas (5), quiere informarse más de ello con el Cardenal Caverot. Pero el arzobispo de Lyon tiene la desdichada idea, lo hemos visto antes, de pedir testimonio a las dos personas más implicadas en las controversias anteriores y no se puede esperar de su parte, un juicio imparcial y sereno (6). Por el contrario, el Cardenal considera "que las informaciones obtenidas son infinitamente valiosas y considerando la sabiduría y virtud de los que las han redactado, se puede dar plena fe" (7). Ignora entonces, que el Padre Courdioux salió de la Sociedad, insatisfecho por haber buscado en vano durante diecisieteaños un sitio a la altura de sus ambiciones- y que le es más bien hostil? (8)

El informe que presenta ese ex superior del Dahomey, critica de forma despiadada el modo en que Planque ejerce su autoridad así como su administración y la formación que da en el seminario.
Todo anda mal en la Sociedad por culpa del que está a cargo. Ese testimonio es tan oscuro y agobiante que un eclesiástico de Lyon, después de haberlo conocido, podrá decir: "Es verdaderamente la obra de un enemigo..." (9)

Apoyándose en los argumentos de Courdioux, el arzobispo de Lyon, expresa una cierta desconfianza frente a las aptitudes de Planque para ejercer sus funciones (10). Pero rechaza la proposición que le hace el cardenal prefecto de discutirlo personalmente con el interesado y aconseja a la Propaganda que confíe el expediente a Monseñor Fava. Para el Superior y su obra no podía haber mejor solución. Porque el obispo de Grenoble, honestamente, dirigiéndose a todas las personas comprometidas se va a tomar el tiempo necesario, lo que le permite también de reunir- en contrapartida de tantas acusaciones- apreciaciones sólidas y elogiosas (11). Y el informe que presenta a Roma no omite ni los puntos débiles, ni los errores por corregir. Pero apelando a su propia experiencia misionera, Monseñor Fava lleva las cosas a su justa proporción, dando a la Sociedad una visión menos dramática y más objetiva y sobre el Superior, una opinión muy favorable (12).
Entre la Propaganda y las Misiones Africanas, las relaciones se restablecerán dentro de la confianza y la cordialidad (13), como lo testimonia la reanudación de la correspondencia. El Padre Planque, finalmente aliviado, se atreve a tener esperanza de días mejores.




  1. Según el informe de Collins, 1931 (Archivos sma)
  2. Como testimonian varias cartas de 1876-1877.
  3. En la carta a Franchi del 18/6/1876, ya citada, el Padre habla con claridad sobres su proyecto de Consejo. Dahomey, Francia y El Cabo elegirán un delegado mientras se espera que sea readaptado el anterior texto de las Constituciones.
  4. Anteriormente Secretario de la Propaganda Fide, Monseñor Simeoni llegó a Prefecto el 15/3/1878. Todos esos cambios sucedieron a la muerte de de Pío IX, acaecida después de 32 años de pontificado, el 7/2/1878. León XIII le sucede el 20/2/1878.
  5. Tuvieron las cuestiones de Argelia y de Niza, pero también las de Couzon.
  6. Se sabe que esas dos personas consultadas son el padre Courdioux y Madre Bonaventure. El Padre Courdioux que ha abandonado la Sociedad en 1875, en el momento de los hechos, ejercía de capellán en una institución de San Etienne, en la diócesis de Lyon. Llegará a ser párroco de San Luis de la Guillotière, la parroquia del seminario, y morirá en 1898.
  7. Informe del Cardenal Caverot al Cardenal Simeoni, 28/4/1878.
  8. Cf. carta de Planque al Cardenal Simeoni, 1/8/1878. El Superior encuentra extraño el hecho de pedir informes sobre la Sociedad a alguien que salió "ab irato"...De hecho, Courdioux espera quizás, el momento favorable...Si las cpsas se arreglasen, sería el primero en volver! cf. carta del Padre Courdioux al padre Chausse. Este lo transmitió al Padre Planque, 23/7/1878.
  9. Carta de Planque al Cardenal Simeoni, 1/8/1878.
  10. Se atribuía al Cardenal Caverot, la idea de incorporar la Sociedad dentro de las Misiones Extranjeras. Según otros rumores, Roma hubiese querido confiar las Misiones Africanas a una Congregación religiosa. Pero en la Propaganda, esos rumores no tenían ningún fundamento.
  11. Entre los testimonios más benévolos, se ubican los del Padre Chapuis, el cura de San luis; del padre Viannay, Superior del seminario menor San Juan; del Padre Desgeorges, Superior de la casa diocesana de Chartreux en Lyon; de los Padres Describes y Guillon que pertenecían a la Sociedad, etc.
  12. Cf. Informe de Monseñor Fava, 19/11/1878.

lunes, 9 de enero de 2017

Capítulo 12: PROTESTAS Y CRISIS (2)

1- El complot de Niza (1)

La primera de las grandes crisis fue una especie de negociación secreta que se montó en Niza (1), en el centro de convalecencia, abierto para los Padres cansados(2). Porque en esa ciudad demasiado mundana, en medios residenciales, nada facilitaba la tentativa de apostolado mientras que, por su lado, el Padre Geay, un sacerdote afiliado a la Sociedad y predicador muy conocido en la ciudad, maduraba allí, cómodamente, sus ambiciones sobre la Casa que esperaba recibir cuando partiese el Padre Papetart. Decepcionado al verse suplantado por un nuevo Superior, aliándose a otros dos Hermanos, hace conocer su descontento a las casas de El Cabo, del Dahomey y de Francia, para ganar algunos a su causa. Quiere obtener de Roma, la realización de una Asamblea General que podría reclamar la dimisión del padre Planque. (3)
Las cartas que comienzan a circular, crean malestar (4), en Africa, sobre todo. Dado que la discusión amenaza con ampliarse, el Superior parte hacia Niza al encuentro de los tres instigadores (5).
Pero el daño es aún más grande en la misión del sur, donde "el Padre Devernoille, organiza pronto una asamblea de demandas e inspira la rebelión en las mentes, fingiendo las apariencias de un hombre de Dios" (6)
Por mucho tiempo, el Padre Planque, quiere creer en la buena fe de Devernoille, engañado, dice, por los otros (7). Finalmente debe aceptar la evidencia y constatar que aquel, por quien tiene una gran estima habiéndole confiado el cargo de Vice Prefecto de El Cabo, es una de las cabezas de la rebelión. Devernoille, que se declaró "dispuesto a enterrar la Sociedad con honor si no puede continuar viviendo" (8), elige finalmente, desaparecer de su misión sin que se sepa "dónde ha ido" (9)...hasta que se enteran, finalmente, que siempre en El Cabo, el desertor da clases en la casa de los Metodistas, y que se convirtió seguramente, en uno de ellos (10).
Otro dos Padres ya han abandonado también, la Sociedad y han ido a pedir a Monseñor Lavigerie, que los reciba. Sin embargo, Roma no parece apresurada en acordarles la dispensa de su juramento (11).

El dolor del Superior es grande, pero también su preocupación. Por qué esa especie de conspiración de silencio que rodeó el asunto (12) por mucho tiempo, impidiéndole obrar rápidamente?
Se siente un poco solo, abandonado, incluso por los mejores. Pero pronto- y según un rasgo de su carácter que no puede creer fácilmente en las traiciones, o en las malas intenciones de los otros - se convence de que la mayoría de los Padres se dejó arrastrar por la acción de algunos. "Han firmado ciegamente, dice, los escritos que se les presentaban" (13). Les ama tanto que está dispuesto, con todos los que han reflexionado y que ya lamentan esa confabulación, a comenzar de nuevo, "como si nada hubiese sucedido" (14),
Multiplica las cartas y expresiones de confianza, poniendo todo su esfuerzo para apaciguar los ánimos. 



  1. La crisis de Niza estalla al comienzo de 1876.
  2. Esa casa fue fundada después del cierre de la de España. El Padre Papetart era el responsable pero, fatigado, debió partir para descansar y sólo regresará poco antes de su muerte, el 6/5/1877. El Padre Guillon llega para reemplazarlo en mayo de 1876.
  3. Cf. carta de Planque al Padre Louapre, 9/8/1876: "Era un verdadero complot para ponerme en la puerta." Se encuentra también en el informe a Monseñor Fava, en octubre 1878: "El motín tenía sólo un fin, echar al Superior para substituírse en su lugar...Es evidente que me encontré ante una verdadera revolución."
  4. Entre otros descontentos, los Hermanos de Benín se quejan de manera inesperada de "la triste situación material y moral en la cual se encuentra la misión." El Superior se sorprende de "ese grito de angustia lanzado de repente y que no parece razonable." Cf. Carta de Planque a los Hermanos de Benín, 18/1/1876.
  5. Se trata de los señores Beaugendre, Ollagnier y Geay. Éste incluso, a escrito al padre Superior, una carta violenta de la cual no demora, por otra parte, de disculparse y pide retirarse. Pero la contienda está iniciada. El Padre informa a Lyon, al Vicario Capitular, Monseñor Thibaudier y a Roma, al Cardenal Franchi.
  6. Esta Asamblea se realiza en George Town, una de las misiones de El Cabo, 6/7/1876. El Padre realizó una larga mención en su informe a Monseñor Fava, octubre de 1878.
  7. Carta de Planque al Padre Gaudel, 22/1/1877.
  8. Carta de Planque al Padre Jan, 2/11/1876, donde relata esa conversación.
  9. Carta de Planque al Padre Guillet, 12/3/1877: "Devernoille dijo al Padre Cloud que no escucharía más hablar de él." Hasta octubre de 1877, el Padre Planque escribe en varias oportunidades: "Ninguna noticia del señor Devernoille, en ninguna parte!". Cf. carta de Planque al Padre Passot, 14/10/1877.
  10. El 14/11/1877, el Superior anuncia sucesivamente a los Padres Durieu, Poirier y Louapre, la partida definitiva del Padre Devernoille: "Hace dos días me sorprendió una carta que me hace saber que se pasó al protestantismo...no hay duda posible."
  11. Se trata de los señores Deniaud y Guillet que quieren convertirse en Padres Blancos. El segundo había sufrido sin embargo, más que los otros, los reproches y las afrentas del obispo de Argel, en San Eugenio...y he aquí que quiere volver allí! Roma desea sin embargo, que la dispensa del juramento pase por el Superior. Parece que la hostilidad no se ha apagado entre Argel y la Sociedad. Y Monseñor Fava, que regresa de Roma, comunica amigablemente al Padre Planque: "Hemos pasado por el seminario de Roma, y el Padre Charmetant también...Pero aclaré todo..!", 23/11/1878, Archivos sma. 
  12. Los Hermanos dudaron mucho tiempo en señalar a los instigadores, no previnieron al Superior o lo hicieron demasiado tarde.
  13. Carta de Planque al Padre Devoucoux, 15/11/1876.
  14. Carta de Planque al Padre Chausse, 17/10/1877; cf. al Padre Gaudel, 22/1/1877:" No creí un solo instante que hubiesen tomado parte en el complot", y al Padre Durieu, 15/2/1877: "Manifieste al Padre Poirier, que le he considerado siempre como un pilar de buen espíritu."

Capítulo 12: PROTESTAS Y CRISIS (1)

Si periódicamente, fermentaron en la Sociedad, algunos movimientos profundos que constituyeron una amenaza seria para la cohesión del grupo y para sus esperanzas de éxito apostólico, éstos no eran ni imprevistos, ni repentinos.
Había bastante descontento, disgustos o desilusiones que oscurecían el horizonte y causarían nuevas tormentas.

En las horas de su más oscuro desaliento, el padre Borghero lo había afirmado: la misión era dura, imposible, sobrehumana...
Veinte años después de él, la tristeza de los duelos está siempre allí, puede desmoralizar a los más fuertes, sin contar que las jornadas cansadoras de sol o de luchas han mermado el juicio en unos y otros y su autodominio. Si no, cómo explicar la violencia de ciertos escritos, los desbordes de palabras mal controladas y la ausencia de todo fundamento en las acusaciones hechas sin pruebas?

Para debilitar las comunidades, hubo también partidas y abandonos. Es un hecho que algunos Padres, activos y fervorosos sin duda, vinieron a las Misiones Africanas como verdaderos "seculares", pensando en conservar su independencia. Desde entonces, soportan mal los reglamentos y constituciones y no comprenden nada de ese espíritu de cuerpo, de la familia bien unida de la que Brésillac y Planque hicieron uno de los pilares de base en la Sociedad. Esos pocos misioneros, encuentran muy pronto, el pretexto para desatar los lazos que han malamente aceptado o para reclamar ese poder que niegan a los que lo detenían. Así, se introduce un perjuicio que puede minar en un grupo, el sentido de su acción.

Sin duda, para reasegurar y elevar los espíritus turbados, el Padre Planque está allí, buscando convencer, siempre presente...con su correspondencia al menos, porque muchas veces está lejos de los  lugares donde se traman las pequeñas intrigas. Pero de qué manera ser eficaz cuando la oposición se alza precisamente, contra su autoridad de Superior? (1)
Los misioneros tienen razón ciertamente, hay que hacer reformas. La Sociedad necesita descentralizarse aprovechando a los consejeros responsables de territorios, que deberían ser regularmente más consultados, y aportarían así, una iluminación distinta, a los problemas de la misión. 

Sobre la legitimidad de las funciones del padre Planque- que es inatacable- es donde los más belicosos se equivocan gravemente. Solamente se podrá lamentar- y hasta el final de su prolongado cargo- que no haya recibido, a la muerte de Brésillac, una consagración más oficial...y que tendría que haber llegado hasta el episcopado.
Se ha dicho- y se repetirá con razón- que en Roma no ha dejado de ser amado y respetado por su acción y por la dignidad de su vida...Pero para que pudiera imponerse en las horas difíciles, y responder a algunos insumisos, hubiese necesitado más.




  1. La primera revisión de las Constituciones confirmó, en efecto, al padre Planque, en la totalidad de sus poderes, tanto sobre las personas como sobre las obras y los bienes de la Sociedad.

domingo, 8 de enero de 2017

CUARTA PARTE: DEL CRECIMIENTO A LA PLENITUD.

Parece que durante la vida de Agustín Planque, la fundación de las Hermanas está en el umbral de una nueva etapa que se anuncia a la vez, fecunda y animada.
Los años que siguen lo llevan de un solo impulso, al término de su presencia efectiva al frente de las misiones, y estarán plenos de realizaciones.

Señalan el tiempo de una gran expansión. Nuevos territorios son confiados a las Misiones Africanas y  poco a poco llegan al interior.
Pronto tendrán sus propios Vicariatos Apostólicos.

El Instituto de las Hermanas a comenzado su camino, el de los Padres, se amplía, con capacidad de alcanzar su madurez...pero también habrá años tumultuosos, frustrados por tormentas y serias crisis, unas internas a la Sociedad, a veces violentas, rebeliones de hijos contra la autoridad del Padre, inevitables como las turbaciones causadas por el crecimiento.
Otras sobrevendrán como consecuencia de conmociones políticas, socio-religiosas o coloniales, originadas en los Estados que, a fines del siglo, buscan equilibrar sus fuerzas y sus poderes.

Así, los dos Institutos que el Padre está aún solo para conducir, avanzan cada uno a su ritmo.
A menudo difícil, su marcha sin embargo, no dismunuye.
Estando al frente, se detiene a veces, agotado, él también, pero es para tomar aliento, hasta que llegue el momento en que pasará el cargo a otro para las etapas por venir.

sábado, 7 de enero de 2017

CAPITULO UNDECIMO: ESENCIALMENTE MISIONERAS (10)

4- DE DAHOMEY A LAS ORILLAS DEL NILO (2)

Uno de los puntos que le preocupa fuertemente, es el buen entendimiento entre los dos grupos: el de las primeras de Couzon, "las mayores", como las llama, y las nuevas Hermanas. 
El Padre ha deseado a menudo "que todas formen sólo una familia y que reciban a las que llegan con bondad y caridad..." (1). 

Pero el encuentro no se realiza sin tropiezos, las primeras se mantienen naturalmente en su ideal franciscano y, con su experiencia de cerca de diez años de misión en Africa, tienen tendencia a mirar "sin indulgencia a las jóvenes" de las cuales critican fácilmente la insuficiencia de las aptitudes y de la formación. Tendrá entonces que "separar a los dos grupos"?, él que "contaba tanto con las mayores para animar y estimular a las que llegan con toda su buena voluntad" (2).
Preocupado "de que la obra naciente no se hunda por la acción de ese lenguaje de reprobación y desprecio" (3), reacciona vivamente tanto más, que todo lo que se dice y escribe llega hasta el noviciado de Lyon...(4) sembrando algo de pánico...

Y luego, el tono se calma. El Padre
Louapre, superior de Porto Novo, debió intervenir. El Padre Planque que aprecia tanto a las mayores, reconoce su mérito y su devoción a la misión (5), insistiendo en reclamar un poco más de moderación y de justicia en las palabras. Y él que no pierde nunca la ocasión de informar a Roma y a los consejos centrales de la Propagación de la Fe del éxito de sus misioneros, ya ha informado a todos los responsables superiores, que "las Hermanas son muy reconocidas y que verdaderamente, hacen mucho para arraigar la misión" (6). 

Desde ese momento, del Dahomey y a las orillas del Nilo, estarán así en todas partes, allí donde van a aventurarse los Padres. Y en ese compartir la misma vida apostólica, es importante que haya entre ellos una puesta en común de los proyectos, de los esfuerzos y de las tareas. "Estudiarán con el Padre Prefecto, recomienda el Superior a la Hermana Claire, cuál es el mejor medio de hacer fructífera la misión que van a realizar con las mujeres y las jóvenes. De ese acuerdo combinado y de ese pleno entendimiento, saldrá el verdadero bien." (7)

Pero como quiere también las situaciones claras, tiene mucho empeño en que las Hermanas formen comunidades autónomas. Por el momento, la obligación la tienen los Padres de "cuidar para que no les falte nada- e incluso, de ser "generosos sobre ese punto", considerando que "hay cosas que pueder serles necesarias, pues tienen otras necesidades que nosotros..!"
Que se abstengan de inmiscuírse en las cuestiones relativas a las casas de las Hermanas. Tienen sus responsables y deben arreglar sus propios asuntos ellas mismas.

Siempre trabajando dentro de los mismos territorios, se encontrarán como ellos, en situaciones muy variadas: ambientes, costumbres y condiciones de vida que deben enfrentar, a veces pintorescas o emocionantes, raramente peligrosas, aún si a menudo son cansadoras. Aquí, recuperarán, con algo de diplomacia, a las jovencitas prometidas a la esclavitud de Zounon, el rey del día o a Toffa, el rey de la noche. Allá, partirán a la recolección de los bebés abandonados en la maleza porque, si bien las mujeres están estrechamente ligadas a sus hijos, deben separarse de aquellos que podrían traer desgracias- gemelos, discapacitados, etc.
En Agoué, en un antiguo calabozo, comienzan a dar clases y pueden ver allí todavía, los restos de argollas con los cuales los negreros encadenaban a desgraciadas multitudes humanas, antes de embarcarlas para América. Por otra parte, conocerán las travesías en piraguas, y en Egipto, en las famosas "falúas" del Nilo, con sus pesadas velas, para ir al encuentro de los felás. 

En Egipto, después de abrir su primera escuela en Tantah (8), deberán, por causa de los motines, huír rápido, incluso a Francia. Las que se quedaron en Alejandría, asistirán al espectáculo de los combates y de los bombardeos, seguidos del desembarco de las tropas inglesas. 
Tendrán que visitar a los ancianos en las chozas, curar en el dispensario llagas u oftalmias, y pensar en abrir un asilo para los leprosos; enseñar a leer o a bordar, enseñar el catecismo y también la pintura y la música, y sobre todo, encontrarse con las mujeres, para quienes han venido...¡Las Hermanas no tienen tiempo de descansar o de soñar!
"Podría hacerse una idea del respeto del cual están rodeadas, las que viven haciendo el bien a todos?"
Y el Padre, con admiración, agrega: "Debo decir que la gente está deslumbrada de la caridad de éstas `Saaba banate´ (las siete jóvenes sin marido)!" (9)


  1. Carta de Planque a la Hna. Raphaël, 27/11/1878.
  2. Carta de Planque al Padre Louapre, 31/7/1878.
  3. Carta de Planque al Padre Louapre, 4/9/1878 y 16/10/1878. Cf. carta al Padre Ménager, 4/9/1878: "No dejemos ganar terreno a un espíritu que destruirá todo."
  4. Carta de Planque al Padre Louapre, 28/11/1878.
  5. El Padre se ocupa de que las primeras que han optado por la nueva Congregación, conserven allí completamente su lugar. Es por eso que no desea que continúen con Couzon una correspondencia que no parece hacer bien ni a unos ni a otros...Cf. carta al Padre Ménager, 11/6/1879.; al Padre Chausse, 25/6/1879; al Padre Louapre, 29/1/1879 y 19/2/1879.
  6. Carta de Planque al Cardenal Barnabo, 12/12/1868- a la Propagación de la Fe, 25/3/1869- y varias otras.
  7. Carta de Planque a la Hna. Claire, 24/2/1894.
  8. las Hermanas abrieron la misión de Tantah en 1881.
  9. Cuando regresaron a Tantah después del motín, a fines de 1882, eran siete... y el nombre les quedó!

lunes, 2 de enero de 2017

CAPITULO UNDECIMO: ESENCIALMENTE MISIONERAS (9)

4- DE DAHOMEY A LAS ORILLAS DEL NILO (1)

Desde abril de 1877 a febrero de 1880, se cuentan ya dieciséis Hermanas que se han embarcado para la costa de Guinea, en cinco embarques sucesivos. Después de Marie de l´Assomption y Marie Raphaël, seguirán otras en1881-1882, para las primeras fundaciones en Egipto: Hnas. Alexandre, Héliodore, Athanase...(1)
Como allá se espera el relevo, esas partidas a menudo son demasiado prematuras. Además, hasta 1881 (2), el Padre Planque no puede realizar las Profesiones Religiosas en la Guillotière (3). Parece que en los comienzos pidió al Señor Durieu, Superior en Porto Novo, uno de los Hermanos en quien tiene puesta toda su confianza (4), que cuide de las Hermanas que sólo han hecho un año de noviciado, para que puedan terminar su formación.
Cuando disponga de un personal numeroso el Padre encargará a una de las mayores. Hna. Thaïs, en Zagazig, Hna. Dominique en Tantah- que vigile la continuación de la formación religiosa, "como se hace, en la mayoría de las comunidaes donde las jóvenes permanecen durante cinco años bajo la conducción de su Maestra de Noviciado." (5). De la misma manera, "desea que la Hna. Claire eche raíces en Elmina porque no quisera ver a las recién llegadas sin una Hermana mayor." (6)

Sin embargo, el Superior no ha desistido de sus buenos oficios si se juzga por el correo que aumentará considerablemente- desde el momento en que las Hemanas nsa abandonaron su residencia- con largas páginas o pequeños mensajes que les envía donde está siempre presente y lleno de interés: "Escríbanme, si necesitan, siempre seré vuestro Padre" (7).
Verdaderas esquelas de espiritualidad para llevarlas a orientarse un poco más, mediante tantas cosas humildes y concretas de su vida, hacia el silencio interior que se adecua a todas las "palabras" del apostolado...(8)- y a volverse hacia "ese prójimo de Africa" al cual han prometido servir y llevar la la alegría de Cristo.

Como en los tiempos del Noviciado, el Padre siempre tiene palabras marcadas de severidad y rigor, que debe escucharse en toda su aspereza, incluso si hoy fueran difícilmente admisibles. No economiza con las Hermanas, ni las observaciones, ni las reprobaciones merecidas; ni los llamados al orden o a las obligaciones de todo lo que hace a su vida de apóstoles. Pero principalmente, a través del correo, se vuelve apoyo, una especie de recurso, punto de referencia en los problemas difíciles de arreglar. Siempre comprensivo y bueno, apoya y sostiene a cada una. Las Hermanas saben que pueden confiarse a él, a su recititud y al inmenso deseo que tiene de verlas establecerse sólidamente en Africa.



  1. Sus nombres merecen ser retenidos, la primera será superiora general en 1910, la segunda, será provincial de Egipto, la tercer, después de su regreso a Francia, ejercerá varias funciones de responsabilidad.
  2. En esa fecha, las Hermanas habrán elegido domicilio en la diócesis de Grenoble...
  3. La Hermanas deberán prepararse para su profesión religiosa en Africa. La primera en hacer allá sus votos será, la Hermana Raphaël (cf. carta del 4/6/1878)
  4. El Padre Durieu acaba de ser nombrado pro-prefecto del Vicariato.
  5. Carta de Planque a las Hermanas de Egipto, 30/4/1884.
  6. Carta de Planque al Padre Moreau, 11/6/1884. Hna. Claire es una de las primeras Hermanas venidas de Couzon.
  7. Carta de Planque a la Hna. Eugène, 20/9/1882.
  8. "Hay santos que se retiraron al desierto...¡Ustedes no son de esa vocación!" (Conferencia del Noviciado), cf, nota4 y 5 de http://padreagustinplanque.blogspot.com.ar/2016/12/capitulo-undecimo-esencialmente_27.html

CAPITULO UNDECIMO: ESENCIALMENTE MISIONERAS (8)

3- CONSAGRADAS PARA SERVIR (2)

La pobreza: cuando establece sus normas sobre ella, para el Instituto, la ve como una situación de dependencia, como un espíritu de desprendimiento que ayuda a simplificar las necesidades habituales de la vida. Vivir como pobre es aprender a recibir y, no poseyendo nada como propio, a poner todo en común. Y en loque podría sentirse como una frustación, florecerá la alegría de un corazón verdaderamente liberado. Pero cuando no se carece de lo necesario, menos aún de todo lo que puede asegurar una buena salud, de qué manera conocer algo de la dura condición de los verdaderos pobres cuya carencia llega hasta la miseria y el hambre?
Por el hábito a las renunicas personales, a través del compartir todo lo ue tienen y lo que son, en la simplicidad de sus elecciones y de su modo de vida, en una solidaridad estrecha con los más desprovistos, las Hermanas vivirán en verdad una pobreza efectiva dispuestas a dar todo lo "que han recibido gratuitamente del Señor", y capaces de aceptar con coraje las privaciones, la incomodidad o incluso la inseguridad que- momentáneamente al menos- pueden sobrevenir en sus vidas.

El celibato consagrado: para quien desea ir más allá de un amor y de un hogar, con el propósito de entregarse más libremente a todos, requiere del dominio de sí, un hábito de reserva y especialmente una entrega total al Señor. 
Pero ésto de ninguna manera excluye la riqueza de las relaciones, los vínculos fraternales o la amistad, de la que el Padre Planque tiene una elevada idea.
"Su mismo nombre es santo", se encuentra en notas de sermón, "y sus derechos inviolables". "Dos cosas hacen sólida una amistad: el afecto que es su fundamento, y la fidelidad que interviene como el sello y la consolidación del afecto mutuo, de esa especie de contrato por el cual se compromete fidelidad uno al otro..."

Como viven en países todavía poco conocidos por ellas, el Padre recomienda a sus hijas la prudencia, y mucho más teniendo en cuenta que las mentalidades y las costumbres consideran como gran honor la fecundidad del casamiento y no están aún preparadas para comprender el celibato.
Pero les gusta recordarles a menudo, que es la amistad de Cristo lo que da sentido a ésta consagración. Dónde encontrar, si no en la oración, la fortaleza y la fuerza de trabajar para forjarse un corazón libre, dichoso en hacer a los otros felices. En efecto, es un medio muy seguro para lograr una vida apostólica el hacer brillar la caridad y el saber crear alrededor de sí, un clima franco y sano donde, en la transparencia, la simplicidad y la libertad del corazón, el celibato consagrado pueda testimoniar verdaderamente lo que  quiere ser: un signo de la ternura de Dios.

En cuanto a la obediencia, es seguramente una de las virtudes que el Padre inscribía de buena gana al frente de todas las otras y que recomendaba más frecuentemente a las Hermanas (1).
El modelo que propone es siempre Jesucristo cumpliendo la voluntad de su Padre. "Qué importa dónde voy, gustaba repetir, cuando es Dios quien me envía."
En el instituto que él funda, la manera de obedecer se presenta primero como el respeto a la autoridad casi absoluta de los Superiores, y esa exigencia estricta está ciertamente en la línea de los que anhela (2). Una forma de obediencia que no carece, sin duda, ni de grandeza, ni de mérito, ni de renuncia. El Padre, siguiendo la costumbre de su tiempo, pero también según su propia intención, da poco lugar al diálogo o a la escucha de las preferencias legítimas que las Hermanas podrían expresar. No obstante, está siempre atento, al confiar un puesto, un cargo o un empleo, a respetar los dones y disposiciones naturales de las Hermanas. Una obediencia que es sólo un ejercicio de ascetismo, sería un absurdo. Realista, equilibrado, muy humano, el Padre, aquí se aparta de ciertos maestros espirituales del pasado.

El Concilio Vaticano II, ha devuelto a la virtud de la obediencia religiosa, su verdadero valor que es teologal, y su dignidad de acto libre y responsable- y ha quitado quizás, el rigor y la absoluta sumisión exigidos por el Padre Planque. En adelante, si aceptamos siempre la mediación de los Superiores y de las comunidades para leer en su propia vida los signos de Dios, y si se hacen propias las decisiones provenientes de la autoridad, se toma más conciencia que se obedece a Dios. Las responsables y Hermanas, juntas se saben llamadas a discernir cómo hacerce disponibles a Dios para ayudar al bien de las personas y al progreso de todo el pueblo de Dios.

Tal es el tipo de obediencia vivida en la Congregación. Incluso revalorizada y re-humanizada de alguna manera, desde hace unos treinta años, la obediencia será siempre, como en la época del Padre Planque, un ejercicio exigente y difícil porque, permaneciendo en el recto camino de la búsqueda de la voluntad de Dios, llama a vivir el misterio pascual de la muerte y resurrección del Señor.

Así, el Padre, que no tiene nada, quizás de lo que se llama un maestro de espiritualidad, pero que es sin embargo un verdadero "espiritual", enteramente conducido por la Palabra y por el Espíritu de Dios, supo dar desde el comienzo, a los miembros de su Congregación, líneas de vida bastante fuertes para que puedan afrontar sin temor, y en la esperanza, el mundo desconocido que las espera. 


  1. Carta de Planque a las Hermanas de Cork, 22/12/1887: "La humilde obediencia conduce a Dios". Al Padre Bouche, 19/9/1868: "Al conservar el espíritu de obediencia y de devoción, harán avanzar la obra de Dios."
  2. Sobre la autoridad muy absoluta del Padre frente a las Hermanas, se tiene una carta del padre Pourret, 29/4/1880, que le reprocha "ejercer un poder demasiado personal y apremiante y de privarlas así, de la iniciativa y de libertad..." De hecho, el Superior ha querido adoptar una línea de conducta próxima a la de la Compañía de Jesús.