2- DEL CENÁCULO A PENTECOSTÉS (4)
D) Comunidad.
Aunque la Congregación no nació para crear comunidades de vida, sin embargo la comunidad constituye uno de los componentes esenciales, uno de los sostenes indispensables de su acción apostólica. Pues, en el orden de las cosas de Dios, no se hace nada si se está aislado, hay siempre equipo, reunión de hermanas y hermanos, de pueblos...y todos están en marcha, no uno solo.
Por ello el Instituto considera cada comunidad como la célula de base donde se vive la participación en las tareas que le son confiadas. A su vez, cada Hermana recibe de su comunidad, el sitio preciso que debe ocupar como piedra de toda la construcción. Y esa cohesión que es ante todo fraternal- y es que el Padre Planque ha recomendado a menudo con insistencia- asegura a todas, equilibrio y fuerza para el apostolado.
Sim embargo, no es fácil ni evidente una vida en común, cuando se viene de los horizontes más diversos, familias, regiones, medios, grupos de edad...Para ellas como para los Padres de la sma, pueden surgir incomprensiones, choques o desacuerdos sobre todo cuando se agrega a ello "el clima, en esos países del trópico, donde el sol excita la irritabilidad y hace difícil el apoyo del prójimo y hasta de los Superiores..."(1)

"Creo que ustedes se hacen ilusiones sobre la vida en común", escribía un día, recordando que es difícil de vivir, "sólo se puede amar a su prójimo con el sudor de su frente!" (3).
Pero Jesucristo no eligió a sus Apóstoles ni en el mismo lugar, ni con una absoluta identidad de propósitos. Eran todos galileos? Entre Pedro que no conoce más que su barca y el mar de Tiberíades, pero impulsivo y sin rodeos, elos hijos de Zebedeo que buscan siempre el primer lugar, Judas que piensa en llenar sus bolsillos; Mateo, funcionario, hombre de dinero; Simón, el zelote, sin duda hostil a los romanos y más bien conservador... la armonía sólo podía ser perfecta alrededor del Señor, su amigo. Por eso es tan importante vivir en la caridad. El Padre, sin dudas, ha dado ejemplo: "Desde que entré en la Congregación hace cuarenta años, advierte una Hermana, nunca escuché una palabra no caritativa que saliera de la boca de nuestro Padre Fundador." (4)
La primera comunidad es el modelo al cual debemos volver continuamente para aprender a superar las deficiencias y llevar con éxito una vida fraternal dichosa y fecunda. Pues la amistad entre todas será fuente de fuerza y de alegría. Tal era el pensamiento del Padre Planque cuando multiplicaba sus llamados a la unidad, a la concordia, a la dulzura: "¡Pongan aceite, decía, en los engranajes y suavicen las asperezas...!", y sobre todo, "Acéptense tales como son, llevando las cargas las unas de las otras, sosteníendose en la amistad y la alegría, pues ésto es un verdadero alivio en las miserias de la vida" (5). Pero desde los primeros conflictos con España, el padre vigila principalmente a que el espíritu de nacionalidad no dañe a la buena armonía. "Que no haya nunca pequeños clanes de nacionalidades". "Que se diga a las Hermanas hasta qué punto el padre Superior es enemigo de todo lo que espíritu de partido en la Congregación. ¡Quiere un solo corazón y un solo espíritu..! (6).
Que cada una se sienta estimada, respetada, que encuentre en el Instituto la posibilidad de tener éxito en su vocación, sacando el mejor provecho de sí misma...entonces el Superior "bendecirá a Dios por haber establecido entre todas la amistad y la paz, rogándole mantener en casa esos dones preciosos." (7)
Pero si la comunidad es el lugar por excelencia donde pueden vivirse la fraternidad y la alegría, ante todo está constituida para el logro de la misión. Allí está su función, su responsabilidad de ofrecer el testimonio de la caridad para todos los que viven a su alrededor. "si el amor reina entre ustedes, decía el Padre Planque, serán como los primeros cristianos, un buen ejemplo ante los demás. "Para ser fuertes en la obra de Dios, es necesario que estemos unidos". "Allí donde se instala la cizaña, nada bueno puede hacerse para el Reino". Entonces, recomienda "rezar al Maestro para que introduzca entre ustedes la unidad que ha pedido a su Padre, para los que trabajan en la evangelización del mundo" (8). Y la comunidad podrá representar verdaderamente su papel de célula apostólica en el Instituto.
- Carta de Planque al Padre Crétas, 13/6/1888.
- La internacionalidad no ha cesado de crecer, ver , http://padreagustinplanque.blogspot.com.ar/2015/10/capitulo-decimo-me-decidi-fundar-3.html nota 6.
- Carta de Planque al Padre Vermorel, 18/1/1869.
- Según el cuaderno de la Hermana Joseph.
- Varias cartas a las Hermanas y al Padre Beaugendre, 20/5/1872.
- Carta de Planque a la Hermana Raphaël, 3/7/1890.
- Carta de Planque a la Hermana Frumence, 5/1/1887.
- Numerosas cartas del Padre Planque a los Padres y Hermanas sobre la vida fraterna y muy a menudo, en vínculo con la evangelización. Cf. Carta a la Hermana Claire, 12/2/1879.
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