sábado, 21 de enero de 2017

Capítulo 12: PROTESTAS Y CRISIS (12)

3- La revisión de las Constituciones (6)

 En el seminiario se prosigue con una vida más regular, aún cuando no faltan los desacuerdos entre alumnos y profesores. Parece ser (1) que la causa fue la gran diversidad de nacionalidades.
Ciertos Padres dicen, ¿por qué recibir tantos extranjeros (no franceses) sea en Lyon, sea en las escuelas apostólicas? Puesto que de seis territorios de misión, tres son de lengua francesa, ¿qué harán los seminaristas venidos de otras partes, sobre todo los de lengua alemana? En Clermont, sobre todo, (2) el número de alsacianos-loreneses es grande. Los jóvenes se fusionan mal entre sí, y según el Señor Chautard, "para hacer una verdadera familia de ésta mezcla, haría falta el soplo del día de Pentecostés y la voz de Pedro!...y además, agrega con humor, a pesar de los milagros y el fervor de las primeras comunidades, el "cor unum et anima mea", no duró mucho tiempo...!" (3)

De hecho, nadie adopta una actitud de rechazo a los extranjeros, pero todos se declaran en contra de su número que parece excesivo (4). 
Vemos cómo el Padre Planque soporta mal ese temor que surge en algunos, de lo que llaman "la invasión extranjera" (5) y que es tan contraria a su propio deseo de institutos "universales" (6). Multiplica los esfuerzos, tanto entre los Padres, como entre las Hermanas, para terminar con problemas que resultan sobre todo, de una "cohabitación" mal administrada. 

Pero él mismo permanece frágil como si las cicatrices de 1891 y de 1893, estuviesen apenas cerradas, y como si temiera alguna nueva intriga. Esto explica que los Directores del seminario, que siguen mal sus proyectos, no quedan por mucho tiempo con los aspirantes (6), a tal punto que la Propaganda Fide, se preocupa por los cambios demasiado frecuentes. El Cardenal Prefecto propone incluso al arzobispo de Lyon, que acepte el cargo de visitador apostólico de la Sociedad en Francia -lo que contribuye altamente a sostener y apoyar a un Superior algo cansado.

Sin embargo, entre los Padres que lo rodean, no faltan amigos muy fieles y fuertemente ligados a la Obra, como el Superior de Clermont, el Señor Desribes, o el futuro Monseñor Pellet, Superior de las misiones del Benín, y el Padre Auguste Duret, Prefecto apostólico del Delta del Nilo...Éstos saben hablar al Superior con franqueza y respeto:  "Nunca he puesto en duda vuestra devoción y valentía, escribe Duret. Hace 24 años que estoy a su lado y estoy cada vez más agradecido y sorprendido. Me siento feliz cada vez que tengo ocasión de manifestar esos sentimientos..."(7)
Son ellos que le ayudarán a dejarse llevar hacia nuevas formas de gobierno.

Cuando el siglo termina, el Padre Planque puede gozar de un ambiente más calmo, y de un clima de confianza (8) que se restauró lentamente. Empero debe sufrir el golpe de otro duelo que lo afecta mucho: el obispo de Grenoble, el querido Armand Fava, falleció repentinamente en el otoño de 1899...Ya una parte de su vida se aleja con el amigo que nunca le falló, que lo comprendió sin duda, mejor que nadie, y lo ayudó a pasar los días de prueba sin perder su mirada de fe (9).
Pero para Agustín, el número de años aún no está cerrado, debe ir hasta el final de su ruta y de su misión...



  1. Si se juzga por varias cartas de los Padres de esa época...
  2. Hace más de veinte años que las dos provincias fueron anexadas al Imperio alemán. Se comprende el antagonismo que opone a los jóvenes entre ellos.
  3. Carta del padre Chautard al Padre Duret, 26/2/1895: "En el noviciado, cuento seis nacionalidades entre 29 novicios..."
  4. Carta del Padre Duret al Cardenal Couillié, 30/1/1897.
  5. La expresión es del Padre Duret en su informe al Cardenal Couillié.
  6. Se sabe que el Padre emplea con agrado ese adjetivo...y que sostiene la internacionalidad de la Sociedad -como también de la Congregación de las Hermanas.
  7. Se sucederán rápidamente en ese puesto, los Padres Brun, Chautard, Dartois, Devoucoux...
  8. Carta del Padre Duret al Padre Planque, 9/1/1896.
  9. Carta de Planque a Monseñor Pellet, 2/6/1897, y a Monseñor Cornazzoni, 23/11/1897.
  10. Carta de Planque a monseñor Cornazzoni, 30/10/1899: "Asistí a los funerales de Monseñor Fava (fallecido el 17/10/1899). Bendito sea Dios por los homenajes que le han rendido."

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