2- CON LA IGLESIA (1)
*6- Los disturbios en Italia durante la revolución de 1848 obligaron al Papa a huír a Gaéte, cerca de Nápoles.
Siguiendo el ejemplo del obispo desaparecido, Agustín Planque mantendrá vínculos muy estrechos con Roma y también con los distintos organismos responsables.
Para expresar su adhesión a la Iglesia, Brésillac había tenido palabras vibrantes y llenas de ardor: "Santa Iglesia!, Mi madre! Santa Iglesia Católica, aposótlica y romana, única verdadera Iglesia de Jesucristo, sed hata el fin de mi vida el único móvil de mi ambición en la tierra!" (*1) Nada se puede construir sin la Iglesia. El obispo debió convencerse de eso aún más todavía a través de las experiencias que ahbía vivido sucesivamente en Coïmbatour o en Roma después de 1854, cuando en realidad hubiese querido dedicarse lo antes posible "absolutamente a lo apostolico, ir directamente hacia los nuevos pueblos" (*2)
Toda misión parte de la Iglesia y esas pocas palabras del documento citado, redactado posiblemente a su regreso de la India, retoman la misma idea: "El misionero es un enviado...enviado por su obispo o por el Papa para dedicarse al mkinsiterio apostólico" (*3) allí donde cristiandades nuevas no han tenido oportunidad de nacer.
En términos menos entusiastas, por cierto, pero igualmente convencidos y sinceros, Agustín demostró siempre los mismos sentimientos: "Amaba a la Iglesia, al Papa y a toda la jerarquía", recordará una de las primeras Hermanas de Nuestra Señora de los Apóstoles. "La Iglesia nos envía como una milicia activa...con ella y con la inspiración del Espíritu Santo hay que participar lo mejor posible en los combates del Señor..."
Es verdad que para aprender a caminar por ese camino y "perseverar en él a pesar de todos los obstáculos" (*4), Agustín Planque había tenido una buena escuela. recordemos la época de la calle Royale, de los seminarios mayor y menor. La formación cristiana, recibida por el adolescente y el jovén clérigo que era entonces, lo había conducido a una especia de veneración por el Vicario de Cristo.
La influencia ejercida por el Cardenal Giraud, que marcó tan profundamente a Agustín, fue ciertamente determinante, en ese punto preciso de su unión con roma. A medida que se sucedían los acontecimientos, el arzobispo de Cambrai, crecía en su "adhesión a la Sede de Pedro y se fortificará en una amistad muy fuerte con Pio IX" (*5). Y cuando el papado se verá atacado en Italia por la Revolución de 1848, el cardenal Giraud se contará entre los defensores más decididos de Pío IX, expulsado de Roma y refugiado en Gaéte. (*6)
*1 y *3- Cf. "Mi pensamiento sobre la Misión" de Monseñor de Brésillac, documento no fechado. DMF, pag. 79.
*2- Carta de Brésillac a Monseñor Barnabo, 26/5/1885.
*4- Carta de Planque al Padre Cloud, 19/12/1866.
*5- "Historia de la Diócesis de Francia, Cambrai, Lille", cap. 2, pag. 227.
*6- Los disturbios en Italia durante la revolución de 1848 obligaron al Papa a huír a Gaéte, cerca de Nápoles.
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