En 1807 urgido por abrir un seminario y no teniendo un lugar adecuado, Monseñor Belmas había comprado en el barrio del Badar un convento de religiosas. Pero cuando, treinta años más tarde pudo por fin adquirir el ex colegio de los jesuitas, sin tardar transfirió allí a los seminaristas mayores. La belleza y las dimensiones de la capilla favorecieron esa elección. Con su altar de mármol, sus órganos y tres grandes naves, estaba señalada para las futuras ordenaciones. Agustín iba a menudo a rezar allí y en ella fue dando los distintos pasos hacia el sacerdocio.
El 28 de octubre ingresa en la clase de filosofía. Nadie podrá disputarle el primer lugar en ésta materia en la que su espíritu sólido le sirve para ser clasificado notablemente por sobre sus compañeros. En su legajo se dice "Buen alumno en filosofía", mensiòn muy elogiosa cuando se sabe que el señor Leleu no era pródigo en alabanzas.
Ese nuevo superior de Agustín, joven todavía, que primero había pensado en orientarse hacia la Trapa, conservaba de ese deseo nunca realizado, el gusto por el ascetismo y la sobriedad.Y al modo de un monje, tenìa el culto por la regla que definía como el mejor medio de formación de los clérigos...Tenemos que reconocer que, desde la Tía Poupart, los educadores del Padre Planque siguieron todos la misma línea de austeridad. Le ofrecieron sucesivamente un marco de vida más bien rígido, donde la puntualidad cobraba valor de ideal. Sin embargo a ninguno de ellos le faltaba comprensión ni bondad. Ese ambiente en que el rigor sabía aliarse a la humanidad influyó en la evolución del futuro padre Planque.
El señor Leleu no fue una excepción, detrás de una apariencia de firmeza, se conservaba sencillo y benévolo. Lleno de sensatez, dotado de un gran espíritu de decisión, le gustaba aproximarse a los seminaristas y ganarse su confianza. Su relación con Dios era la de un hombre que contempla y medita, pero que al mismo tiempo adhiera a las "prácticas". Monseñor Giraud encontraba en él un colaborador ideal para devolver a la casa un clima de oración y restablecer, como lo deseaba, "los ejercicios espirituales" a los cuales la época concedía una gran importancia: lectura, examen de conciencia, rosario en común, etc. No hay duda de que semejante superior haya contribuido a afianzar a Agustín en su elección y en sus aspiraciones personales. Le dio, entre otras cosas, el ejemplo de una sumisión absoluta a la autoridad infalible de Roma, de la cual se había hecho un ardiente defensor mucha antes del Concilio Vaticano I. Cuando el Padre Planque, convertido en Fundador, redacte las Constituciones de sus dos Sociedades, se podrá evaluar lo que había retenido de los consejos de sus maestros.
Con el deseo de mejorar la calidad de la enseñanza, Monseñor Giraud y el Superior agregan a las materias tradicionales el estudio del Derecho Canónico y crean una cátedra de hebreo. Para el curso de física se compran nuevos instrumentos. Para botánica, los jardines de Neuville sirven de campo de experimentación. Estas innovaciones permiten hacerse una idea de las facilidades de trabajo ofrecidas a los alumnos.
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